Hace diez años, un grupo de estudiantes universitarias, jóvenes feministas y militantes del PTS nos preparábamos para ir juntas al Encuentro Nacional de Mujeres, en Rosario.
En medio de la lucha estudiantil se realizó el 1° Encuentro Provincial de Mujeres y LGTBI, con más de 300 mujeres entre estudiantes, amas de casa, trabajadoras de la salud, docentes, mujeres de los asentamientos que sufren represión y desalojos, familiares de víctimas de las redes de trata y de la impunidad y trabajadoras desocupadas. Se planteó la lucha contra la homolesbotransfobia y cualquier tipo de violencia de género.
El 1/10 los estudiantes de la Universidad de San Paulo (USP) tomaron el rectorado reclamando la elección directa del rector, la disolución de la estructura de poder, herencia de la dictadura militar, y una asamblea estatuyente libre, soberana y democrática en la universidad.
Los medios italianos describen el hecho como una “tragedia” y muestran las imágenes de los muelles abarrotados por los cuerpos fallecidos. Los representantes del gobierno repiten una y otra vez las mismas frases de hace unos meses tratando de quitarse responsabilidad.
La imagen es escalofriante. Cientos de cuerpos flotando en el mar, un cementerio ondulante y anónimo. En aquellas profundas aguas se perderán para siempre las historias de los hombres, las mujeres y los niños que arriesgaron todo para cruzar. Hasta ahora se encontraron unos 111 cadáveres, mientras se estima que otros 200 quedaron atrapados en la barcaza hundida en el fondo del mar o desaparecidos.
Piratería. Ese es el principal cargo que enfrentan 30 activistas de Greenpeace que fueron reprimidos y detenidos el 19/9 en aguas rusas del mar ˜ártico. Este cargo es considerado como grave a nivel internacional y en Rusia tiene penas de entre 5 y 15 años de cárcel. ¿Cuál fue el “delito”? intentar trepar a una plataforma petrolera para colgar un cartel contra la explotación indiscriminada de los recursos naturales y la contaminación en esa región.
Entrevistamos a Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B y candidato a senador por el FIT, quien denuncia la operación montada contra los trabajadores y los delegados del subte.
Durante las últimas semanas se hizo cada vez más evidente que el macrismo junto a la empresa Metrovías y la estatal SBASE estaban desarrollando una fuerte campaña política contra los trabajadores del subterráneo y sus delegados, con particular énfasis en la línea B, contra nuestro compañero Claudio Dellecarbonara.
La campaña por la reincorporación de María y Eduardo se profundizó las últimas semanas: el sindicato de los trabajadores del subte dio su apoyo y difunde su pelea, también Nora Cortiñas, miembros del SerPaj, y el CELS (organismo presidido por Horacio Verbitsky), entre otros, se sumaron a repudiar los despidos discriminatorios y persecutorios de esta empresa textil que produce para la esposa de Macri. Hasta Los Kjarkas, reconocida banda boliviana, brindaron su solidaridad.
En las próximas semanas se realizan las elecciones en la autopartistas Lear, una de las más grandes de la Zona Norte. Está planteada la defensa de la interna que dirige la Lista Celeste, una lista democrática y combativa.