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Red Internacional

Nota De Tapa. Conferencia de la UIA: Cristina hizo el chiste del año y felicitó a empresarios

La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo un discurso que reivindicó la industrialización del país. Además, anunció que no se cobrará el impuesto a las ganancias en el medio aguinaldo para salarios menores a $35.000 y felicitó a la cúpula empresarial. También dijo un disparate: que los salarios le ganan a la inflación.

Ayer cerró la 20° Conferencia de la UIA, realizada en el hotel Sheraton de Pilar, con el esperado discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien en más de una hora de exposición anunció que no pagarán el impuesto a las ganancias en el medio aguinaldo los salarios menores a $35.000 y buscó apagar los fuegos cruzados que tuvieron lugar entre empresarios, por un lado, y los ministros de Industria, Débora Giorgi y de Economía, Axel Kicillof, por el otro.

Según Cristina Kirchner la exención del pago del impuesto a las ganancias en el medio aguinaldo beneficiará directamente a 784.759 trabajadores. “Esto es para fomentar el consumo y mantener la progresividad de este tributo", dijo la presidenta.

En horas de la tarde se había anunciado un paro de transporte para la semana próxima y la CGT opositora amenazaba con un paro general contra ese impuesto. La presidenta eligió la conferencia de la UIA para ceder frente al malestar creciente en amplios sectores de trabajadores e intentar desactivar la medida.

Pero la realidad que la exención del pago de ganancias por única vez para el medio aguinaldo mantiene en pie el regresivo impuesto aplicado sobre el salario (que no es ganancia) con tasas que se inician en el 9% y pueden llegar al 35%. Salarios que apenas superan el valor de la canasta familiar hoy tributan el impuesto.

El trato con la clase dominante es distinto: la renta financiera, los curas y los jueces están exentos de manera permanente de pago de impuestos a las ganancias. En 2012 las 283 personas que más ganaron en el país sumaron ganancias por 4.799 millones de pesos, tributando sólo el 17% de ese total.

Es una teoría disparatada hablar de progresividad con el sistema impositivo vigente donde todos los días los trabajadores pagan 21% del IVA por la compra de cualquier producto de primera necesidad mientras las grandes fortunas pagan por bienes personales como máximo 1,25% al año.

No sólo eso. Los grandes empresarios fugan capitales y evaden impuestos montando complejos sistemas con el soporte de toda una caterva de profesionales del fraude (contadores, abogados, etc.) como dejó expuesto la denuncia sobre el HSBC.

La defensa “filosófica” del regresivo sistema impositivo ya la había realizado el día lunes el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

Los salarios pagan los costos del ajuste

A pesar del disgusto del ministro Kicillof con este número, este año la inflación rondará el 40%, pero los salarios en las paritarias aumentaron entre 26% o 30%, según se considere o no la disminución del impacto por su aplicación en cuotas.

Hasta la CTA oficialista del alcahuete Yasky reconoce que este año los salarios perdieron poder de compra.

Por eso la desgravación del impuesto a las ganancias por única vez al medio aguinaldo no fomenta el consumo como pretende la presidenta, sino que es apenas una recuperación muy parcial de lo que se está perdiendo por inflación.

Ni que decir del tercio de la fuerza de trabajo que está en negro o más del 60% que está precarizada donde las paritarias no llegan.

El resto de la clase obrera que no tributa el impuesto ni siquiera tendrá un bono de emergencia para fin de año por la negativa cerrada del oficialismo.

No obstante, la presidenta hizo el chiste del año en la Conferencia de la UIA. Allí dijo sin sonrojarse que "Los sueldos siguen ganándole a la inflación en la República Argentina". Pero como dijo el General Perón, la única verdad es la realidad y en Argentina “los precios suben por ascensor y los salarios por escalera”.

Esa es la base del creciente malhumor de los trabajadores. Y no se cura con los chistes presidenciales.


El mito de la industrialización y la ausencia de recesión

El discurso de la presidenta fue enteramente “industrialista” en el sentido reivindicativo de los supuestos avances sobre esta área bajo el kirchnerismo, buscando cerrar un flanco de disputas con la cúpula empresarial argentina.

“Como verán, argentinos, quédense tranquilos que nuestras empresas están vendiendo bien y teniendo buenos resultados netos”, dijo Cristina Fernández para reafirmar el buen momento de los industriales.

Es claro que las ganancias de las grandes empresas atraviesan un gran momento. Los resultados récord de la Bolsa de Buenos Aires lo confirman.

Pero de eso no se deduce que la economía continué en crecimiento o el país se esté industrializando, como sostuvo la presidenta y el ministro Kicillof, quien en horas previas al discurso de la presidenta había dicho que la economía “no está en recesión, sino que tiene problemas puntuales”, enfatizando que “no hay gasto público descontrolado” y que la inflación está en "desaceleración alrededor del 24 por ciento”.

Respecto de la situación industrial, el ministro de Economía consideró que si se le quita al Estimador Mensual Industrial (EMI) que elabora el INDEC para medir la actividad del sector, el complejo automotriz “el crecimiento es del 1,4 por ciento”. “Es decir que no hay recesión, hay problemas puntuales y cuando hay problemas puntuales el Estado sale con un instrumento para resolver los problemas”, sostuvo el funcionario.

Lejos de los malabares discursivos del ministro, lo cierto es que en lo que transcurrió del año hasta octubre los datos oficiales dicen que la industria cayó 2,6%. Las estimaciones privadas exhiben que la caída es más profunda. Los indicadores de la construcción también muestran una retracción, pero relativamente moderada (-0,5%).

En otras variables el resultado negativo es más contundente: el comercio exterior se derrumbó tanto por importaciones como por exportaciones, y las ventas minoristas se desplomaron 7,2% entre enero y noviembre en comparación con 2013. Por donde se lo mire, la recesión avanza.

Contradiciendo las palabras del ministro, el país viene experimentando un proceso de reducción del peso de la industria en el PBI; esto viene acompañado de una profundización en la extranjerización de la economía, en la re-primarización de la producción con el avance de la soja y la minería, y en una concentración creciente de la misma. Pero como ya es costumbre el kirchenrismo sólo se alimenta de mitos.


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