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Casas Socialistas

Gregorio Flores presentó su libro junto a josé montes

El clasismo, ayer y hoy

15 de octubre 2004


El viernes 8/10 en el Centro Cultural Rosa Luxemburgo, realizamos la presentación del libro "SITRAC - SITRAM. La lucha del clasismo contra la burocracia sindical", de Gregorio Flores, delegado obrero del sindicato clasista Sitrac en los ’70. Junto a él estuvo el compañero José Montes, miembro de la recuperada junta interna del Astillero Río Santiago y dirigente nacional del PTS. La idea fue debatir y reflexionar sobre el clasismo, la década de los ’70, los elementos de continuidad que se dan hoy en la vanguardia obrera, y las perspectivas de la izquierda.
El texto es una recopilación sobre el clasismo que Flores comenzó a escribir en la cárcel de Rawson en 1971, más un agregado de documentos de la época y una serie de reflexiones sobre la relación del movimiento obrero y el Estado, el rol del peronismo y la burocracia sindical.
"Lo bueno del libro es que intenta no quedarse rememorando los ’70 -expresó Montes-, sino que abre la posibilidad a la enseñanza para que otro proceso lo supere. Para ello es muy bueno contrastarlo con los procesos que se dan hoy en la clase obrera (…) de forma embrionaria, como los de Zanon, el Subte, los Sutebas, el Astillero, o el de la Alimentación".
"Un hecho distintivo muy importante -comentó Flores- es que el peronismo, como movimiento nacional, que aglutinaba a las mayorías populares y que ha sido un gran impedimento para que entraran las ideas clasistas en la clase obrera, está en clara descomposición (…) y que la burocracia sindical no representa a nadie. Pero a la vez, es el único partido en condiciones de gobernar." Ahora bien, dijo:"en las grandes movilizaciones que se dieron a partir del Cordobazo en adelante, la participación de la clase obrera organizada fue central (...) Era la clase obrera la que tenía la iniciativa. Esto en la actualidad se está dando pero de forma muy embrionaria (…) El que tenga el control de los sindicatos es el que puede gobernar; quien no dirija a la clase obrera no puede gobernar este país."

Faltó un partido revolucionario de la clase obrera

Las conclusiones que nos legó la lucha de la vanguardia clasista de los ’70 fueron la falta de un partido revolucionario por un lado y los límites para ampliar y fortalecer esta experiencia de lucha contra la conciliación de clases del peronismo y los stalinistas.
Como dijo Montes, "faltó avanzar en una expresión nacional de lo que fue el clasismo. Por eso vemos la necesidad de aglutinar a la vanguardia en una mesa o coordinadora para extender la lucha y golpear todos juntos (…) La Coordinadora del Alto Valle en Neuquén, impulsada por los ceramistas de Zanon, es sin duda uno de los ejemplos más avanzados al respecto." Y continuó:"el otro gran problema y sobre el cual coincidimos con Gregorio, fue la ausencia de una dirección política; de un partido revolucionario. Hoy, esta debilidad persiste. Y ese partido revolucionario no es ni el PTS, ni el PO, ni el MAS ni el MST. Ese partido hay que construirlo".
Hacia el final Flores planteó la siguiente reflexión: "¿Cómo concibo una alternativa política? Por ejemplo, un frente donde se reunieran los compañeros del PTS, del PO en una sola asamblea y discutir un programa mínimo, donde participe la gente y que no sólo sea una discusión entre las direcciones (…) Pero construir un frente no significa dar solamente una alternativa electoral. Este frente debe ser para luchar juntos en las fábricas, en los sindicatos, en la universidad (…)."

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