¿Qué opinás sobre el desplazamiento de Nilda Garré del Ministerio de Seguridad?

Garré se va y con ella el intento fracasado de lo que se llamó la “seguridad democrática”, demostrando que no hay reforma posible de esas fuerzas de seguridad que fueron militarizadas en su estructura durante la dictadura y que conservan esa formación y las prácticas de infiltración y espionaje.

Los cambios se dan tras un nuevo escándalo, como lo es la infiltración del agente de la Policía Federal Américo Balbuena durante 11 años en la agencia Rodolfo Walsh. Este nuevo caso se suma al del Proyecto X de Gendarmería, y se da en momentos en que las policías provinciales de Formosa y Chaco están realizando una verdadera masacre de los pueblos originarios que defienden su legítimo derecho a la tierra.
Se va Garré pero continúan Berni, el Proyecto X y el cuerpo de inteligencia de la Federal con muchos más agentes como Balbuena.

¿Qué se puede esperar de la gestión Puricelli/Berni?

La designación de Puricelli en reemplazo de Garré es alarmante. Está cruzado por denuncias de corrupción y por haber devuelto el control de las fuerzas armadas al mando militar. Recientemente, en el Día del Ejército, planteó “el reencuentro definitivo de las Fuerzas Armadas con la sociedad”, la nueva forma de plantear la reconciliación con las fuerzas armadas genocidas.

Debemos señalar, igualmente, que el mismo día de la designación de Puricelli quien se paseó por todos los medios fue el secretario de Seguridad Sergio Berni mostrando, con un discurso digno del ex ingeniero Blumberg de “entran por una puerta y salen por la otra”, quién manda y cuál será la línea política.

Por si fuera poco esta semana se supo que tres directores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, designados por el kirchnerismo, habían sido personal civil de inteligencia en la dictadura.

Sí, de la Fuerza Aérea. Más allá de que hayan sido removidos tras la denuncia pública, se constata lo que venimos denunciando: el hecho de haber actuado como agentes encubiertos en la dictadura les permite a decenas de estos personajes reciclarse y seguir actuando.

En este caso es más terrible porque incluso están en listas que se hicieron públicas. Pero como para ningún juez o fiscal parece ser motivo suficiente para investigarlos por su participación, entonces, impunes, se reciclan.

Está el caso de Gerardo Martínez, agente de inteligencia del Ejército en la dictadura y hoy al frente de la UOCRA. Cuando se hizo público su antecedente presentamos la denuncia, pero ahora el juez Ariel Lijo se está encargando de que no podamos acceder a la causa.

Tomás Eliaschev y Franco Mizrahi, periodistas de la Revista Veintitrés, denunciaron en 2011 que Julio Adolfo Sosa, secretario Gremial y de Interior de La Fraternidad, entre 1979 y 1980 también revistó como Personal Civil de Inteligencia. Y así hay decenas de ejemplos.

La periodista que investigó el caso de los tres agentes de la PSA dijo que a Germán Montenegro, el jefe de esa policía que los designó, lo nombró Berni, quien sigue en funciones y cada vez con más protagonismo y poder.