La crisis energética ha puesto nuevamente en el debate las privatizaciones menemistas y la actual ¿política? en el sector de los hidrocarburos llevada adelante por el gobierno.

En primer lugar queda claro, como ya se ha afirmado en estas páginas, que la entrega de las riquezas petroleras y gasíferas efectuadas por Menem, con el apoyo de Kirchner, los radicales y el resto de los políticos patronales, no estuvo al servicio del desarrollo del sector, sino del saqueo de las riquezas naturales que posee el país. Basta solo como ejemplo que aún hoy en día, mientras se importa gas de Bolivia, energía eléctrica de Brasil, y fuel oil de Venezuela, pagando altos precios, nuestro país sigue exportando gas y petróleo, violando hasta la propia Ley de Hidrocarburos.
También queda demostrado que, en lo que respecta a los hidrocarburos, hay continuidad con las privatizaciones menemistas.

No solo por mantener las mismas, a pesar que las empresas no han hecho ninguna inversión productiva, sino por continuar con la política de darles más prebendas (ver recuadro).

Por su parte los políticos patronales “opositores”, ahora realizan críticas a la falta de estrategia del gobierno en el sector mientras ellos mismos fueron cómplices de la entrega. Muchos de ellos afirman que hay que aumentar las tarifas para que las empresas tengan “incentivos” para invertir, como si no hubiera sido suficiente lo que ganaran hasta ahora y aún así no invirtieron un peso.

¿Qué estatización?

Por otra parte surgen voces críticas que plantean la reestatización de YPF y Gas del Estado sin especificar quien la controlaría, como el Grupo Moreno, impulsado por Fernando “Pino” Solanas, el CoCePa de Gustavo Callejas y Mario Cafiero y la FeTERA (Federación de Trabajadores de la República Argentina), al que adhiere el PCR.
Este sector, junto a otros, vienen denunciando la entrega que se está llevando actualmente, y la venta del 25% de YPF al banquero Ezkenazi, la falsa argentinización.

Sin embargo volver a una YPF, manejada por funcionarios como De Vido o Daniel Cameron (secretario de Energía), no es ninguna solución. Hay que recordar que cuando ésta era estatal no estaba al servicio del desarrollo del país, sino que, en manos del Estado, servía a los intereses de los sectores dominantes de la burguesía como Perez Companc, Bridas, Astra, SOCMA, Soldati,. En un primer momento con los bienes del Estado se desarrolla la empresa, se realizan las exploraciones para encontrar los pozos petrolíferos y las reservas de gas, vendiéndolo a bajo precio a los industriales. Y luego de cumplida esta etapa, los burgueses nacionales, asociados con las compañías imperialistas se van apoderando de las reservas estatales, y las inversiones de riesgo realizadas por YPF. A su vez, el Estado utiliza la renta petrolera para solventar sus políticas, como fue el caso del endeudamiento de YPF y Gas del Estado por parte de la última dictadura militar.

La historia ya demostró que con la privatización, ya sea bajo Menem o Kirchner, o con YPF y Gas del Estado en manos del Estado, no satisfacen las necesidades de los trabajadores y el pueblo. Es por esto que debemos luchar por una estatización o nacionalización sin pago y bajo el control de los trabajadores, para utilizar estos recursos al servicio de los trabajadores y el pueblo.
Sólo así se podrá detener la expoliación de nuestros recursos y planificar la producción, comenzando por el abastecimiento de gas natural a las 14 millones de personas que no lo tienen -mientras se provee de garrafas de gas y kerosene a bajo precio a las familias pobres que aún se ven obligadas a utilizar estos insumos-; el control de las reservas reales con que cuenta el país para analizar si se pueden exportar o no; la utilización de los recursos para realizar nuevas exploraciones, y la puesta en marcha de un plan de obras públicas que lleve estos recursos a todo el pueblo pobre, generando empleos genuinos.