“El caso de López me da mucha pena. Habla con claridad del poder policial y de los servicios de inteligencia.
Los políticos, la autoridad civil, no fabricaron las armas para combatir la impunidad.
Ese poder quiere atemorizar a quienes van a declarar. Acabo de testimoniar por el caso Kasemann, la joven alemana asesinada en El Vesubio, y ya recibí varios llamados diciendo que voy ‘a pagar por esa declaración’.
Somos una sociedad corrompida por esa dictadura, antes también por la Triple A. La lucha continúa, pero la desaparición de López es una advertencia a esta lucha inclaudicable”