En estos días se sancionará en Tucumán la nueva Constitución, armada a pedido del gobernador Alperovich para garantizar su reelección y la de su séquito hasta el 2017. También se habilitó un sistema electoral que nada tiene que envidiarle a la derogada Ley de Lemas, ya que permite que cualquier partido pueda “colgar” su lista de candidatos a una fórmula de gobernador. Es una Constitución que restringe aún más el acceso a las minorías y beneficia a los políticos patronales, que garantizan superganancias a los grandes empresarios del citrus, del azúcar y de los juegos de azar. La nueva carta orgánica limita la posibilidad de destituir a un funcionario mediante el juicio político, siendo necesario un 75% de legisladores (controlados por el mismo aparato del Gobernador) para que se efectúe. También aumenta la injerencia del Ejecutivo en la designación de los jueces y limita el poder de los órganos de control.
Todo este plan se perpetró a espaldas del pueblo trabajador. Las comisiones funcionaron en absoluto secreto. Incluso el Gobernador dijo que los constituyentes de su bloque (36 de 40) no podían oponerse a nada que él planteara porque él los había puesto ahí para eso.
Esta Constituyente trucha desde ya que no resuelve ninguno de los problemas del pueblo trabajador y no podía hacerlo con la participación de los trabajadores absolutamente vedada. Las soluciones que esperan los trabajadores y el pueblo sólo serán posibles con su movilización independiente.

El Partido Obrero 100% adaptado al régimen de Alperovich

La posición de PO en la Constituyente, que obtuvo dos convencionales debido a que no se presentaron ni Pueblo Unido ni la derecha bussista de Fuerza Republicana -el oficialismo obtuvo 36- , fue similar a la levantada durante su campaña: se ubicaron como “la oposición” al Gobernador pero no desde una posición de clase.
Pese a plantear algunos aspectos de denuncia correctos, intentaron dialogar con el sentimiento de inseguridad por el caso de asesinato de Paulina Lebbos, diciendo en un afiche que quieren “reelegir a los responsables de la grave inseguridad que vive la provincia” sin plantear que esa inseguridad está basada en la miseria del pueblo y en las mafias políticas y policiales. Llamaron a la Constituyente a “autodisolverse” y ni mencionemos la exigencia de que la reelección se vote por medio de un plebiscito, que además de sembrar expectativas en un método ajeno a la lucha de los trabajadores, sólo lograría que mediante el uso del aparato clientelar Alperovich salga fortalecido.
Desde el PTS estamos debatiendo con trabajadores y estudiantes, la necesidad de construir una verdadera izquierda en la provincia, obrera y socialista, que además de usar la tribuna electoral y parlamentaria para desarrollar la organización y la lucha de los explotados, se proponga desenmascarar a este sistema podrido, prepararse para derrotarlo y levantar un gobierno de los trabajadores.