“El gobierno primero negó el hecho, luego lo reconoció, después dijo que encontrarían a Julio y después calló y ocultó. El poder judicial siguió estos vaivenes como un títere. Así hasta hoy. Cada luchador gremial, estudiantil o social debe levantar el reclamo de la aparición de Julio y el castigo a sus secuestradores. La impunidad fortalece al aparato represivo”