-¿Después del informe de Papel Prensa parece que muchos recién se dan cuenta de que hubo un golpe cívico militar?

– Es que no fueron los militares los que pusieron a Martínez de Hoz como ministro de Economía. Fue al revés. Martínez de Hoz, en representación de las grandes corporaciones, puso a los militares en el poder. Lo de Papel Prensa siempre fue un secreto a voces. Por eso es increíble escuchar a gente como el fiscal Strassera, que ganó prestigio en el juicio a las juntas militares con una rara teoría de los dos demonios. Strassera en la dictadura mandó archivar la causa de los curas Palotinos en dos oportunidades. En la dictadura ya era fiscal, juró por las actas del Proceso y ahora dice que “jamás le dijeron que robaron Papel Prensa”.

En 1983, los Graiver recibieron una reparación como otros empresarios expropiados por la dictadura. Alfonsín no quería tocar Papel Prensa y enfrentar los intereses de Clarín y La Nación. Es asombroso que María Sol Graiver hoy diga que “no tiene nada que reclamar”. Cuando estuvimos en la causa Von Wernich se discutió el caso de Lidia Papaleo y del resto de la familia Graiver, sometidos a las más aberrantes torturas. En este caso el objetivo político que se perseguía era quedarse con una decena de empresas como Papel Prensa, que como definió Ernestina Herrera de Noble “quien maneja el papel maneja un poco la vida política”.

De todas maneras, respecto del acto que hizo el gobierno, lo que no puede perderse de vista es el ocultamiento de lo que pasó en la dictadura.
Ver a Osvaldo Cornide aplaudiendo a Cristina es una vergüenza. Él fue uno de los empresarios que formó parte del lock out patronal previo al golpe, junto a todas las empresas golpistas de APEGE. Es una imagen que sólo Cristina puede conseguir, al lado de Hebe de Bonafini y de Hugo Moyano, que también tiene denuncias por su relación con la Triple A. Un trabajador portuario en la causa ESMA contaba que durante el lock out de febrero del ‘76, un mes antes del golpe, en el puerto se empezaron a realizar asambleas, preocupados porque veían que si en Chile hubo un lock out patronal previo al golpe contra Allende, acá se podía venir lo mismo. Estas empresas prepararon el golpe. Se juntaron y decidieron que el mejor representante que podían tener era Martínez de Hoz, que hizo en el caso Gutheim2 lo mismo que en Papel Prensa.

 
-Ernestina Herrera de Noble está relacionada con la apropiación ilegal de hijos de detenidos desaparecidos. ¿Es el único caso?

– No, la apropiación ilegal de bebés fue una práctica sistemática de los empresarios para quedarse con hijos de los desaparecidos. La Mercedes Benz donó al hospital militar de Campo de Mayo durante la dictadura un equipo de neonatología, algo insólito, increíble. Se supo que los gerentes de Mercedes Benz se habían apropiado de chicos en ese centro clandestino. No sólo no avanzó la causa de los chicos apropiados sino que tampoco la causa contra la Mercedes Benz por la represión contra sus trabajadores, por la desaparición de su Comisión Interna. Una testigo de origen alemán de la causa ESMA declaró que su papá fue a pedir por ella y su marido a la embajada de Alemania. Pero un alto funcionario le dijo al padre que no fuera más a molestar porque “un camión de la Mercedes Benz vale más que la vida de un terrorista”. Esa es la ligazón de las empresas con la dictadura. Mercedes Benz sigue haciendo sus negocios sin que merezca siquiera una nota al pie de todos los discursos oficiales.
La Ford tuvo su propio campo de concentración. ¿Alguien escuchó hablar de los crímenes de lesa humanidad en Jujuy? Sí habrá escuchado hablar del Ingenio Ledesma y de los Blaquier. Eduardo Aliverti hizo la película “Sol de noche”. ¿Qué pensará ahora Aliverti de Pedro Blaquier, quien se declara el más “cristinista”? En Jujuy no avanzaron los juicios. Esta interrelación entre dictadura y empresas se denuncia sólo cuando el grupo económico está enfrentado con el gobierno. Esto no quiere decir que estos crímenes no sean aberrantes. Lo que no se puede hacer es lo que hacen los miembros del Grupo A, que después de 30 años tratan de volver a meter dudas sobre las torturas y los desaparecidos.

– Hay ejemplos como en Campana, donde Siderca tenía al lado de la fábrica un campo de concentración donde la misma empresa con la burocracia sindical entregaban a los trabajadores.

– Y no sólo eso. En 1982 Domingo Cavallo estatiza las deudas de las mismas empresas. Hoy este gobierno las está pagando bajo el discurso de desendeudarse. Esa deuda está manchada con sangre de los desaparecidos.

Quería anunciar que el sábado 18 de septiembre vamos a marchar de Congreso a Plaza de Mayo a las 15 horas con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia porque no vamos a dejar impune la causa de Julio López, denunciando la complicidad de las fuerzas de seguridad como la Bonaerense. Creo que es importante retomar la lucha por la apertura completa e irrestricta de los archivos de la represión, que no implica sólo entregar los nombres del Batallón 601. Queremos los legajos de todos y cada uno de los que participaron en la SIDE, de todos los negociados que están registrados en el Ministerio de Economía. La historia de Cristina diciendo “fuimos a una oficinita y había un señor que abrió la puerta y nos mostró una carpeta, y justo ahí descubrimos lo que necesitábamos contra el grupo Clarín”… ¿Por qué no van todos los días y buscan lo que cada grupo empresario hizo para llenarse de deuda que luego pasaría a manos del Estado para que hoy la sigan pagando el conjunto de los trabajadores? Creo que la apertura de los archivos no es una formalidad como entregar una lista. Sí, queremos la lista del Batallón 601 porque sirvió para demostrar infiltración en organizaciones populares y de la izquierda hasta hace poco. Queremos los papeles que demuestran esta complicidad empresaria con la dictadura, que va hasta la apropiación de bebés.