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Comunicados de prensa

Silvia Delfino y Lohana Berkins hablan de los incidentes en la Legislatura

"La policía quiere recuperar su caja negra"

Prensa PTS

26 de julio 2004

Ya nadie debate sobre el nuevo código contravencional porteño. Ya nadie recuerda que la nueva ley viola dos tratados internacionales que suscribió la Argentina. Ya nadie cuestiona que se aprobaron nuevas pautas de convivencia sin consenso. Ahora se habla de los incidentes de la Legislatura del viernes pasado, cuando un grupo de personas rompió vidrios, destrozó un auto e incendió una puerta del edificio de Perú al 100. Silvia Delfino, miembro del área Queer del Centro Cultural Ricardo Rojas y la travesti Lohana Berkin venían organizando la resistencia a esta reforma desde febrero pasado, estuvieron en la última manifestación y aseguran que los hechos fueron provocados por infiltrados que buscaban justificar las reformas criminalizando a los opositores.
"Jamás propusimos algo así -asegura Delfino-. Llevamos siete meses trabajando contra el código y nuestras protestas siempre fueron marchas, cantos, pero no hechos de violencia". Profesora de la Universidad Nacional de Buenos Aires y también de la de Entre Ríos, Delfino llegó al mediodía al frente de la Legislatura y enseguida advirtió que algo no estaba bien: "Por cada uno de nosotros había como diez que no conocíamos. Estaban con la cara tapada, algo que nunca había pasado en nuestras marchas, sin pancartas ni banderas. Cuando nos acercamos a preguntarles de dónde eran, vagamente nos respondieron que eran de Once y de Lezama".
A Delfino también le llamó la atención los handies que portaban esos desconocidos y, sobretodo, la manera en que se burlaban de los travestis. "Hemos hecho un importante trabajo con piqueteros, cartoneros, desocupados, todas víctimas de este nuevo código. Y entre estos grupos hay un cuidado muy grande entre ellos, un respeto donde no existe este tipo de insultos. En todo este tiempo, yo nunca había escuchado algo así. En cambio, es la manera habitual que la policía denigra travestis y mujeres en estado de prostitución".
Berkins señala que lo que el viernes vivieron las travestis no fue otra cosa que lo viven de manera cotidiana en las comisarías y las calles. "Lo mismo que los vendedores ambulantes y las mujeres en estado de prostitución. Vieron que se reproducía los hostigamientos de todos los días. Es difícil de abstraerse en esas situaciones sin reaccionar. Pero acá se está hablando de los efectos y no de las causas".
Delfino y Berkins coinciden en que la mayoría de los manifestantes se desconcentró cuando advirtió qué estaba sucediendo. "Era todo bastante confuso. Yo tuve la certeza de lo que pasaba cuando vi que los mismos que rompían lajas del piso después llevaban detenida a la gente", señala la docente de la UBA y agrega: "Esto tuvo que ser orquestado por los sectores ligados a la Policía Federal y la Secretaría de Inteligencia del Estado que se benefician económicamente con el nuevo Código, que permitirá volver a las extorsiones y el cohecho en el espacio público. Es el mismo sector que a nivel nacional lo perjudica las medidas que se tomaron contra los desarmaderos de autos, los secuestros, los robos. Con hechos como los del viernes se justifica la necesidad de este nuevo código, que le da más atribuciones a una Policía, a quien se la quiere mostrar inactiva. Ahora resulta que nosotros que luchamos contra la represión aparecemos como violentos y peligrosos. Esto me hace acordar mucho a la bomba que estalló en Plaza de Mayo el 20 de diciembre".
"La policía quiere recuperar su caja negra", coincide Berkins y agrega: "Esto es contra los pobres. Quieren eliminar la pobreza de la ciudad. Yo también, pero a través de políticas sociales de inclusión, no de represión". Después se pregunta: "¿De qué violencia hablamos?" ¿No es violencia que a las travestis nos denieguen la personaría jurídica? ¿No es violento que la Cámara de Casación diga que no debemos tenerla porque no brindamos ningún beneficio a la sociedad? Vamos a recurrir a la Corte. Resulta que ahora nos demonizan. Somos las víctimas y quieren convertirnos en los victimarios".
Delfino admite un error en la estrategia de la resistencia al código. "No percibimos -reconoce- que esto había adquirido una magnitud tal que para los defensores de las reformas ya no alcanzaba con generar una gran campaña de opinión pública, era necesario también pasar a la acción. Y así lo hicieron. Estuvo claro que la del viernes fue una acción planificada y en nuestras reuniones nunca se tocó si quiera el tema de una acción violenta. Además, llama la atención que en el grupo que realiza el ataque hay gente de todo tipo y edad. No son todos de mediana edad, que podrían ser vendedores ambulantes. Tampoco son todos jóvenes, que podrían ser piqueteros. Tampoco son todas travestis. Hay como una especie de selección".
Para Delfino este es un momento crítico. Después de una década de trabajo para instalar como un problema político la discriminación contra las minorías, los incidentes del viernes amenazan con tirar todo el esfuerzo por la borda. "Luchamos para que haya políticas sociales activas para estos grupos que padecen la discrimanación y represión que no deja de ser una forma de exterminio y ahora se los visualiza como productores del caos. De todas formas, puede ser que finalmente pase este código, pero a todos les quedará claro que este un código represivo que no da las respuestas sociales que hacen falta".

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