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POLICÍS COMUNALES (exclusivo internet)

La alianza con los barones del Conurbano

Bajo la fanfarria del Estadio Único de La Plata, el gobernador Scioli encabezó el acto de más de 6.000 aspirantes a la Policía Bonaerense y al Servicio Penitenciario que juraron la “promesa al buen desempeño”. La nueva promoción superó todos los records, pues en 2012 egresaron apenas 2.430 efectivos. De 54.000 pasaron a ser 60.000 efectivos.

Miguel Raider

30 de mayo 2013

La alianza con los barones del Conurbano

Bajo la fanfarria del Estadio Único de La Plata, el gobernador Scioli encabezó el acto de más de 6.000 aspirantes a la Policía Bonaerense y al Servicio Penitenciario que juraron la “promesa al buen desempeño”. La nueva promoción superó todos los records, pues en 2012 egresaron apenas 2.430 efectivos. De 54.000 pasaron a ser 60.000 efectivos. La Bonaerense ya es un auténtico ejército de ocupación territorial que conspira particularmente contra los jóvenes de las franjas más desposeídas de la clase trabajadora.
Cuando se trata de “seguridad” Scioli no vacila en “financiar obras”. Así en 2012 ya puso en pie ocho escuelas descentralizadas de formación policial, aguardando seis más a inaugurar durante los próximos meses, abarcando 85 municipios que recibirán 3.200 patrulleros, mientras para 2014 está proyectada la apertura de la escuela descentralizada de San Martín. Asimismo, incorporó para el sistema penitenciario 9.500 nuevas plazas y nueve alcaldías.
Con la finalidad de erradicar la pésima imagen de la Bonaerense, Scioli impulsa el funcionamiento de las escuelas descentralizadas en las instalaciones de las universidades nacionales, tal como ocurre con las universidades de La Matanza y Lomas de Zamora. Mediante la relación entre la Bonaerense y las universidades, Scioli pretende reproducir organismos similares a los Foros Vecinales de Seguridad, las instituciones reaccionarias introducidas por Menem y lo más granado de la mano dura que expresan la alianza entre la policía y las franjas más reaccionarias de las clases medias altas.
Escoltado por más de veinte intendentes, Scioli apareció secundado por Hugo Curto (Tres de Febrero) y Lucas Ghi (Morón), el lugarteniente de Martin Sabbatella, titular del AFSCA y dirigente de Unidos y Organizados. Ghi declaró que “cuando hay que buscar soluciones, las diferencias con la provincia quedan de lado”, reclamando “la necesidad de crear la policía municipal”. Durante 2012, el Departamento Judicial de Morón inició 49.977 causas judiciales, la mayoría delitos contra la propiedad, lo que representa nada menos que un 7,6% del total de las causas de la provincia. Evidentemente, Ghi y Scioli buscan las mismas “soluciones”.
Curiosamente, el reclamo de Ghi es una demanda histórica de derechistas como Mario Ishii, Sergio Massa y el resto de los intendentes del conurbano que afincan sus feudos sobre la prepotencia del poder territorial. Esta es precisamente la política de Scioli con la creación de escuelas de policía descentralizadas para conjurar potenciales problemas de pobreza como los saqueos registrados el 20 y 21 de diciembre del año pasado protagonizados por jóvenes pobres. Una “policía de proximidad” tal como la Metropolitana de Macri que funciona como grupo de choque asaltando el Hospital Borda y reprimiendo a trabajadores y pacientes sin vacilaciones.
Desde 2011 el gobierno bonaerense anunció la formación de la policía comunal, una nueva fuerza de seguridad que tendrá un jefe operativo policial, pero reservando en manos de los intendentes la planificación de sus acciones. Según la Ley 13.482, el jefe podrá ser designado por los propios intendentes. El proyecto apunta a conformar estos cuerpos en los municipios del conurbano y en aquellos del interior provincial con menos de 70.000 habitantes. Si bien ya rigen en 75 distritos, la extensión generalizada de las policías comunales representa la concesión de poderes extraordinarios a los intendentes, los que hasta tendrán las atribuciones de sheriff para lanzar operativos de persecución. Mediante la creación de las alcaldías, las que descomprimirán el grueso de los detenidos en comisarías,
los intendentes hasta tendrán injerencia directa en el sistema penitenciario. Así Scioli pretende apoyarse sobre el poder territorial de los barones del conurbano, los mismos que apadrinan a sus propios comisarios generales para seleccionar la plana mayor de la Bonaerense.
Tras los escándalos del Proyecto X y la reciente revelación de la infiltración de la Federal en la agencia de noticias Rodolfo Walsh, el gobierno de Cristina y sus feligreses de la doctrina de seguridad democrática terminaron demostrando la afinidad con Scioli y los barones del conurbano en el control social de las mayorías populares.

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