Los trabajadores y el pueblo jujeño sufrimos nuevamente un lock out –huelga- patronal por parte de los empresarios del transporte de colectivos. Es la tercera en el año, y dicen que será por tiempo indefinido. Piden que el boleto aumente a 1 peso de los 70 centavos actuales.
Las calles de la zona sur, de Mariano Moreno y del barrio Alto Comedero estuvieron desde temprano repletas de gente intentando llegar a su lugar de trabajo o estudio. El municipio prestó un servicio “de emergencia” con trafics que comenzaron a circular recién a las 9 de la mañana. El intendente del PJ no se hace cargo, y se acusa al radicalismo de huir del debate en el Concejo Deliberante (quien debe definir si da o no el aumento a las empresas) para que el “partido gobernante” pague los costos políticos del tarifazo.
El mismo gobernador Fellner (kirchnerista) dijo que el debate “debería centrarse en el servicio que los jujeños queremos y nos merecemos, no tanto en el precio del boleto”1. Así, “ignora” la situación de los sectores populares (salarios congelados, enorme desocupación) y busca garantizar la ganancia empresaria sin exigir que éstos brinden primero un mejor servicio, ya que es pésimo el estado de los vehículos y la falta de frecuencia.
Lamentablemente, muchos choferes se suman a los reclamos patronales, empujados por la burocracia sindical de UTA, quien se somete ante las amenazas de pérdidas de puestos de trabajo2. Pero, se pudo escuchar a choferes y pasajeros discutiendo por radio, y se les decía correctamente que hacían mal en protestar junto al patrón, ya que cuando ellos hicieran nuevos paros, por aumento salarial, serían echados, ya que hay mucha gente “disponible” que tienen los empresarios para trabajar.
Los empresarios insisten en que no cubren siquiera los “costos operativos” con el actual precio, y que acumulan deudas y no les quedará otra que cerrar. Pero la realidad demuestra que con el actual precio se puede funcionar: la Cooperativa El Salvador sale a las calles todos los días.
Los trabajadores y sus organizaciones –por ejemplo el gremio de los docentes CEDEMS se pronunció en su última asamblea contra el intento de aumento-; las organizaciones sociales como centros vecinales, las organizaciones de desocupados, junto a la juventud estudiantil y de los barrios tenemos que movilizarnos (la CTA dice estar en “estado de alerta”) y exigir que los empresarios abran sus libros de contabilidad y hagan públicos los números, a ver si es verdad que no tienen ganancias.
Hay que apoyar a los choferes amenazados, y luchar en común para poner en pie una empresa estatal de transporte bajo control de sus propios trabajadores junto a comités de usuarios, única forma de que haya un servicio eficiente para todos, con salarios dignos.

1 Pregón, 18/11.
2 Los trabajadores de la empresa Río Blanco, por ejemplo, no cobran sueldo desde agosto.