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Córdoba

Fuera Kammerath

30 de septiembre 2002

En Córdoba se ha abierto el proceso de revocatoria del odiado intendente Kammerath. Este importante hecho expresa el inocultable rechazo a esta desagradable figura, emblema del neoliberalismo más puro. No puede saberse ahora que es lo que sucederá, si el Consejo Deliberante abrirá un juicio político para trabar la revocatoria, si la apelación de Kammerath prospera y todo morirá en la Corte Suprema, o si el proceso seguirá su curso. Como fuere, los trabajadores y el pueblo tenemos que tener una política independiente de los mecanismos y laberintos que tiene el régimen para amortiguar la crisis si queremos deshacernos realmente de este nefasto personaje y de los candidatos a sucederlo en el trono municipal. Para ello es necesario ser concientes de que la posibilidad de lograr el “que se vayan todos” en Córdoba depende de poder organizar una lucha realmente fuerte. Las organizaciones, especialmente los sindicatos que conforman la Multisectorial que impulsa la revocatoria tienen la fuerza suficiente para echarlo de forma fácil. Kammerath tiene menos del 3% de popularidad y en ese marco una paralización de la ciudad por parte de los principales sindicatos por pocos días junto a la movilización popular, provocaría su caída de forma más o menos rápida. El Suoem, Luz y Fuerza, Judiciales, el CTA, todos los que impulsan la revocatoria podrían organizar una Asamblea Popular, como la que ya una vez amenazó con convocar el sindicato de los municipales, junto a los vecinos de los barrios y las Asambleas Populares, a los movimientos de desocupados, a los estudiantes y a los trabajadores sindicalizados y no sindicalizados y organizar una lucha así, un Paro Provincial hasta que se vaya. Esto está al alcance de la mano si fuera este el camino que quisieran tomar quienes integran la Multisectorial por la Revocatoria. Sin embargo estas organizaciones prefieren un método distinto. La juntada de firmas para que sea el mismo régimen el que habilite una consulta popular que defina si sigue Kammerath o si es reemplazado por el vice intendente, el delasotista Lima. Vale la pena señalar que el proceso de revocatoria no ha permitido motorizar ningún proceso de movilización serio, que la juntada de firmas no ha tenido este fin. Más aún la misma justicia dispuso de lugares especiales donde concurrir a firmar, por lo que no queda siquiera ya la militancia de algunos sindicatos y principalmente del PO que ha sido el mejor soldado de la juntada de firmas.1
Lamentablemente esta no es la política que se precisa. No se trata sólo que es absurdo juntar firmas cuando se tiene la fuerza suficiente como para echarlo por la vía de la movilización. Además estará planteado imponer una salida propia de los trabajadores a la crisis actual y a la situación que abriría una hipotética caída del intendente. Para esto, desde ahora es necesario luchar para que luego de Kammerath, el poder sea asumido por una Asamblea Constituyente que sea capaz de resolver todos los grandes problemas que tiene esta ciudad de un millón y medio de habitantes. Estatizar bajo control obrero a todo el sistema de transporte y rediseñarlo en común con los usuarios, repartir las horas de trabajo para terminar con los despidos y las suspensiones que en la industria desgarran a los metalmecánicos, expropiar los stocks de los grandes supermercados para terminar con el hambre que ha crecido en el Gran Córdoba en un 150% en poco más de medio año, entre otras medidas. Esto es necesario porque no se trata aquí de echar a Kammerath para que asuma Lima u otro personaje de la misma calaña. Una lucha por estos objetivos, que empiece por tirar a Kammerath e imponer una Asamblea Constituyente que de una respuesta a los padecimientos de las grandes mayorías, podría llevar a la lucha a los miles que hoy se encuentran desocupados, superexplotados, suspendidos y estafados que no van a pasar a la acción para cambiar un chancho por otro. Una perspectiva así mostraría un camino para echarlos a todos, para que se vaya Kammerath, De la Sota y Duhalde, para cambiar todo.


1 Engrampados en los mecanismos del régimen, los sindicatos con el aporte lamentable del PO se han visto en la situación de haber juntado 100.000 firmas y que por las disposiciones legales la jueza no se los haya reconocido y ahora tengan que empezar todo otra vez... y lo están haciendo de a poco.

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