El repudio a la designación del comisario retirado Jorge (a) “Fino” Palacios, al frente de la policía Metropolitana por parte del gobierno de Macri es cada vez mayor. En estos días se están organizando distintas acciones y reuniones de partidos políticos, organizaciones sociales, estudiantiles y de Derechos Humanos por su destitución. Este personaje siniestro acusado de encubrimiento en el atentado de la AMIA, de participar en los asesinatos de manifestantes en las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 y aún de complicidad en el secuestro de Axel Blumberg, entre muchos otros antecedentes que le valieron toda la confianza de la derecha de la “mano dura”, tiene que caer. Para esto es necesario, junto a las acciones que se vienen llevando adelante, organizar y unificar en una gran marcha masiva de decenas de miles y movilizarnos hasta que se vaya. Por eso, al mismo tiempo apoyamos el petitorio por las 100.000 firmas que impulsan la CTA y otras organizaciones, les exigimos que, junto con los diputados y legisladores de la ciudad que obtuvieron fuerte apoyo electoral como Pino Solanas, convoquen a una gran movilización por su inmediata destitución. En las calles tenemos que poner la fuerza para imponer esta salida.

Esta designación está en consonancia con la creación de la policía Metropolitana, que incluso contra las disposiciones de la Ley de Seguridad Interior, autorizó a incorporar a sus filas a militares en actividad. Entre los 800 “seleccionados” hasta ahora, se encuentran miembros de la Federal, de la “la bonaerense” y ex policías imputados en diversos delitos. La creación de esta nueva fuerza será un factor de agravamiento de la represión contra el pueblo y los trabajadores. Particularmente ya se anuncia que será utilizada en los desalojos contra las familias que se ven obligadas a ocupar viviendas o contra los trabajadores que tomen fábricas contra los cierres y despidos que se multiplican con la crisis. Todas las organizaciones obreras, de Derechos Humanos y partidos de izquierda debemos luchar, en primer lugar por impedir la asunción de Palacios, y también por la disolución de la Policía Metropolitana mediante la movilización en las calles.