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ESPIONAJE, INFILTRACIÓN E INFORMES ILEGALES

MARÍ DEL CARMEN VERDÚ

“Crecerán las herramientas represivas contra los trabajadores”

Reproducimos parte de la entrevista a María del Carmen Verdú, abogada y dirigente de la CORREPI, en el programa Pateando el Tablero del sábado 26. Ella es parte de la querella en la megacausa de la Panamericana.

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1ro de diciembre 2011

-El viernes 25 presentaron el archivo 2011 de casos de personas asesinadas por las fuerzas represivas del Estado.

 Como todos los años hacemos esta actividad en Plaza de Mayo donde tratamos de mostrar el verdadero alcance y dimensión de la represión en Argentina, a través de los números que recopilamos todo el año con los datos disponibles de los hechos represivos en los que muere alguna persona en el país. Desde 1983 a la fecha registramos 3.393 casos. Esta represión tiene dos caras complementarias entre sí. De un lado, la que llamamos represión preventiva que es la que se descarga sobre el conjunto de la clase trabajadora, sobre los sectores no organizados, en barrios, villas, sobre los más jóvenes y pobres. Se expresa a través del gatillo fácil, y en cárceles, comisarías u otros lugares de detención por la tortura y las desapariciones. Por otro lado, la represión selectiva con herramientas como la criminalización de la protesta, la persecución judicial, que se da cuando jueces y fiscales con el Código Penal en la mano convierten en hechos criminales actividades de lucha, de protesta, de reclamo por condiciones de trabajo, prioritariamente sobre los trabajadores organizados y militantes de organizaciones políticas, estudiantiles, etc., muchas veces por solidarizarse con los trabajadores. Que también tiene su cuota de muertes, obviamente menor, pero que si la miramos en una línea de tiempo nos muestra que sobre 65 asesinados en la represión a la protesta social desde 1995, a contar desde Víctor Choque en Tierra del Fuego, 17 fueron asesinados durante el actual gobierno peronista de los Kirchner, dos durante el mandato de Néstor Kirchner y los 15 restantes en estos últimos cuatro años.

-Vos fuiste una de las querellantes por una denuncia y un pedido de investigación a la Gendarmería por infiltrarse en las manifestaciones en la Panamericana encabezadas por los trabajadores de Kraft. ¿Qué te llevó a ser parte de esta querella junto a algunas Madres de Plaza de Mayo, compañeros de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y el CeProDH?

 El hecho puntual que se denuncia en esta querella es la utilización de información obtenida a través de tareas de lo que ellos llaman inteligencia y nosotros calificamos como tareas de espionaje mediante infiltraciones, seguimientos, filmaciones disfrazados de periodistas, etc. Es una práctica muy vieja y muy constante por parte de los distintos gobiernos cuando se trata de identificar y seleccionar a aquellos que van a sufrir el embate represivo en la modalidad que se trate. Lo que motivó esta acción judicial y esta denuncia pública es la utilización de forma masiva por parte del actual gobierno, y sobre todo en el caso contra comisiones internas, delegados de base, etc., de información específicamente ordenada a Gendarmería. Donde nos encontramos con procesamientos de compañeros que están fundamentados por los jueces, por ejemplo y este caso está citado en el escrito en declaraciones como la de una gendarme que muy suelta de cuerpo presta declaración ante el juez diciendo que quien dirigía la movilización y quien organizó el corte es fulanito de tal y lo sabe porque, caracterizada como periodista, hizo tal o cual entrevista, tomó tal o cual foto, o realizó tal video grabación. Nos muestran de qué manera son utilizadas las fuerzas de seguridad, en el caso puntual la Gendarmería, pero insisto en que esto se puede rastrear desde 1983 en manos de otras fuerzas. En su momento fue la dependencia policial de inteligencia que dirigía el célebre Cantalicio Bobadilla, que enviaba a sus policías con un tatuaje del Che Guevara en el hombro a meterse en las movilizaciones e identificar a los dirigentes piqueteros. Pero en el caso del actual gobierno hay un uso generalizado, sin siquiera intentar disimularlo. Una muestra clara de que en el próximo mandato presidencial crecerán las herramientas represivas contra los trabajadores organizados, pero una muestra también de que son concientes que la profundización de la crisis y el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores van a generar nuevas luchas.

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