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Derechos Humanos

Por la movilización popular y una defensa de abogados de la clase obrera

Castells Libre

16 de octubre 2002

Luego de dos extensas jornadas de juicio oral en Lomas de Zamora, y una de las más grandes movilizaciones que se recuerden en los últimos tiempos para liberar a un preso político, Raúl Castells fue absuelto y dejado en libertad al amanecer del domingo 13. Como planteó el mismo Castells en el primer minuto de su libertad, “esto es un enorme triunfo de la clase obrera”. Un triunfo logrado por la movilización popular y un ejemplar equipo de abogados del CeProDH, encabezado por Ivana Dal Bianco y Rubén Tripi, junto con Jorge Ceballos de Barrios de Pie.
Las jornadas comenzaron el viernes 11 muy temprano en Puente La Noria. Allí se congregaron miles de manifestantes del MIJD junto a otras organizaciones como el Polo Obrero, el CeProDH, el PTS, Barrios de Pie, MTR. La “noticia” que levantaron todos los medios fue que se habían hecho presentes Rodríguez Saá, Aldo Rico y Hugo Moyano, escondiendo la masividad de la manifestación por la libertad inmediata de un luchador como Raúl Castells. A diferencia de este político patronal y sus burócratas amigos (presentes como parte de su campaña electoral) que hicieron un incómodo y fugaz acto de presencia, más de mil manifestantes, trabajadores, jubilados y desocupados y militantes de la izquierda se quedaron durante 48 hs. acampando frente a los tribunales.
Cuando la extensa marcha arribó al edificio de los tribunales (rodeado por 1200 efectivos de la Bonaerense), se realizó un acto en un palco montado con el telón de fondo de una gran bandera que decía: “Libertad a Raúl Castells y a todos los presos políticos; defensa de Zanon y todas las empresas ocupadas: estatización bajo control obrero”, una magnífica síntesis de la unidad obrera en lucha contra los capitalistas y su régimen explotador. Allí se leyeron adhesiones y se escuchó la voz de delegados del MIJD y un delegado de Cerámicas Zanon, que luego de reclamar la libertad de Castells, denunció lo ocurrido en la puerta de la fábrica la semana anterior. Posteriormente lo hizo una delegada de la fábrica Brukman. También hablaron los abogados del CeProDH y familiares de otros presos politicos (Bertola, Quinteros, Krmpotic) reclamando la libertad de todos los presos políticos.
Dentro de la sala de audiencias, al iniciarse el juicio, rápidamente se comenzó a derrumbar –cual castillo de naipes– todo sustento fáctico o legal que justificara que Castells haya tenido que estar preso por 15 meses y acusado de delitos que le podrían haber llegado a costar hasta diez años de prisión. La primera sesión culminó a las 3 de la madrugada. El velo se caía: un juicio totalmente armado para aleccionar a los que luchan, sin pruebas, sin testigos que declararan contra el “imputado”, a excepción de dos polizontes con el título de jefes de seguridad de la Municipalidad de Lomas.
El sábado al mediodía continúa el juicio oral. Testifican una decena de integrantes del MIJD defendiendo la acción llevada a cabo el 13 de junio del año pasado en la Municipalidad de Lomas en búsqueda de bolsones de alimentos adeudados y puestos de trabajo. El ex intendente de ese municipio, el frepasista Edgardo Di Dío, afirmó que, pese a lo que planteaba la fiscalía, él no había recibido amenaza alguna, y todo lo que había hecho el día de los hechos (una manifestación más a la municipalidad en busca de planes trabajar, coincidente con una huelga de los trabajadores municipales) había sido por su entera voluntad. El Tribunal plantea un cuarto intermedio de cinco horas, aceptando los términos solicitados por la fiscalía. Afuera, bajo un sol rajante, los militantes que acampaban se acercan al palco convocados por Nina Castells quien anuncia que los abogados iban a contar qué estaba sucediendo. Entre Ceballos, Dal Bianco y Tripi contaron cómo se estaba cayendo la estrategia de la fiscalía y calificaron al juicio como una vil causa armada, una clara “persecución política”. Luego hablaron Néstor Pitrola del Polo Obrero y José Montes por el PTS, dos de los dirigentes que estuvieron presentes en la totalidad de las sesiones.
Terminado el cuarto intermedio, entrada la noche del sábado, viene el alegato de la fiscalía. Con la declaración de Di Dío había quedado deshecha la acusación de “coacción agravada”. El fiscal Michelini entonces la retira y pide 2 años y 4 meses de prisión por el resto de los “delitos” imputados.
A su turno, los abogados defensores comenzaron –en forma magistral– a derrumbar uno por uno los argumentos legales y políticos de la parte acusadora. Plantearon claramente que el caso se enmarca en un conjunto de actos represivos a los luchadores obreros y populares, que no son actos aislados, sino exponentes de una actitud permitida e impuesta desde los más profundos centros de poder. Inmediatamente después Castells dio su alegato de pie denunciando cómo le armaron la causa para que estuviera preso, tratando de buscar figuras jurídicas “para sacar un opositor político del medio y tenerlo encerrado el tiempo que fuera”. Asimismo, realizó un emocionante homenaje a los luchadores caídos en los últimos años de esta democracia, desde Teresa Rodríguez a Santillán y Kosteki (su madre estuvo presente en el juicio).
En las afueras de los tribunales, y pese (o gracias) a que había centenares de efectivos policiales pertrechados como para una guerra, cerca de las dos y media de la madrugada del domingo un joven del MIJD de Berazategui fue herido por una de bala disparada desde un Falcon gris que pasó a los tiros por el acampe. Fue una burda maniobra de fuerzas paraestatales que pretendían generar temor e intimidar a los manifestantes. Se tensionaron los músculos y la vigilia, pero nadie se fue de su puesto militante. Los abogados del CeProDH realizaron la denuncia inmediatamente.
A las cuatro de la mañana, el Tribunal informa de la sentencia: por unanimidad absolución de todos los cargos e inmediata libertad. La tensión mantenida luego de dos jornadas agotadoras estalló en un inmenso grito de alegría en la sala de sesiones y afuera. Porque Castells estaba nuevamente en libertad, porque un luchador preso era arrancado de las garras del enemigo de clase y ese era un triunfo de todos los luchadores. Se realizó un acto en las puertas del tribunal, con Castells rodeado de sus compañeros del MIJD, militantes del Polo Obrero, Barrios de Pie, PTS y sus abogados Ivana Dal Bianco y Rubén Tripi del CeProDH y Jorge Ceballos. Al presentarlos, Castells afirma: “estos son los mejores abogados que tiene la clase obrera”, y hace un homenaje público a sus defensores legales, recordando desde el primer día que el Dr. Tripi lo comenzó a visitar en la prisión de máxima seguridad de Florencio Varela -hace tres años- y su opción siempre a favor de los obreros, y destacando la juventud y el profesionalismo de la Dra. Dal Bianco -26 años-. Esta era la segunda vez que los abogados del CeProDH participaban de la defensa de este luchador.
Esta derrota infligida a la política represiva del régimen y su “justicia”, arrancándole un rehén de los trabajadores y el pueblo con la movilización popular y la extraordinaria labor de un grupo de abogados al servicio de los luchadores obreros, indica que los explotados ganamos una importante batalla. La lucha contra la represión, las persecuciones y aprietes, el terror que quieren generar las bandas armadas estatales o para-estatales y la pelea por liberar a todos los presos políticos en cada región, barrio, escuela o facultad, tiene que multiplicar por miles este triunfo.

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