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NACIONAL

Las falsificaciones de los escribas K para defender al gobierno

Blanqueo de dólares ¿Una medida para reactivar la economía?

Los escribas del gobierno intentan justificar la propuesta de blanqueo de dólares. Esta medida económica, en pos de lograr algunos dólares para contrarrestar la escasez de divisas, ofrece un beneficio que podrán disfrutar los empresarios evasores y también estafadores, coimeros, en nombre propio o de testaferros.

Pablo Anino

16 de mayo 2013

Blanqueo de dólares ¿Una medida para reactivar la economía?

Los escribas del gobierno intentan justificar la propuesta de blanqueo de dólares. Esta medida económica, en pos de lograr algunos dólares para contrarrestar la escasez de divisas, ofrece un beneficio que podrán disfrutar los empresarios evasores y también estafadores, coimeros, en nombre propio o de testaferros. Esto, más allá que algunos pequeños ahorristas que acudieron al dólar como una estrategia defensiva para evitar la licuación de sus ahorros puedan ingresar al blanqueo.
En el camino quedaron en terapia intensiva el relato sobre el “desendeudamiento” y la “pesificación”. El Certificado de Depósito para Inversiones Inmobiliarias habilita un desdoblamiento cambiario, es decir, la creación de un “dólar inmobiliario”.
Alfredo Zaiat, columnista de Página 12, planteó que aunque es cuestionable la medida de blanquear fondos, los recursos estarán destinados a la inversión energética, en la perspectiva de una política de sustitución de importaciones (producir localmente lo que se importa) y remover la recurrente escasez de dólares. Parece un objetivo muy ambicioso que contrasta con los propios fines que se propuso el gobierno de alcanzar un resultado similar al blanqueo previo del 2009. En ese entonces se obtuvieron 4.000 millones de dólares. Si se lograra un resultado similar, apenas el 10% de los dólares que se estima que están en los “colchones” serían blanqueados y sólo entre el 1 o a lo sumo el 3% de los dólares que se fugaran del país: se llegó a contabilizar más de 20.000 millones anuales en los peores años K.
Héctor Valle, director por el Estado en YPF, dijo que el blanqueo busca generar un vínculo entre la inversión financiera y la productiva (Página 12, 12/5), aunque aclaró que es necesario tomar medidas complementarias para captar recursos en pesos como el Bono YPF por el cual ya recaudaron mil millones de pesos. Si a eso le sumamos un blanqueo “exitoso”, apenas alcanzaría para un poco más de medio año de los cinco en los que YPF planea invertir 37.000 millones de dólares en pos de alcanzar la prometida “soberanía hidrocarburífera”. La insuficiencia de capitales “nacionales” se revela en el apuro por cerrar acuerdos con la yanqui Chevron para explotar el yacimiento de Vaca Muerta. La asociación con el capital extranjero que aporta tecnología bajo las condiciones que acepta este gobierno, concluye en una mayor dependencia. Los acuerdos generosos con las mineras son elocuentes. Las insuficientes inversiones (“reticencia inversora” le dicen algunos K) para sostener el ritmo de crecimiento llevaron a múltiples “cuellos de botella” en la industria. La Argentina sumergida por las inundaciones puso de manifiesto la ausencia de infraestructura urbana básica, lo mismo que el crimen social de Once dejó al desnudo los profundos problemas irresueltos en el transporte. La idea del vinculo entre la inversión financiera y la productiva choca de frente con la “década ganada” por la especulación inmobiliaria y las exorbitantes ganancias bancarias.
El “cepo” cambiario permitió mitigar la fuga de dólares sólo parcialmente. El costo fue imponer un freno a la economía (por la traba al ingreso de muchos productos importados necesarios para el funcionamiento de varias ramas industriales) y particularmente a la actividad inmobiliaria y de la construcción. Pero la escasez de dólares no se detiene porque no se revierten las tendencias económicas profundas que la determinan: el capital imperialista y sus socios locales fugan legal o ilegalmente sus ganancias, la fraudulenta deuda externa saquea las arcas públicas, y la economía precisa de crecientes importaciones para sostener el crecimiento a causa del atraso de muchas de sus ramas productivas y la ausencia de otras de alta tecnología. Ninguno de estos problemas es atacado con un “cepo” ni con el blanqueo anunciado.
En lo inmediato lo que no puede ocultar el operativo maquillaje del blanqueo, es que el discurso de la pesificación del mercado inmobiliario contra la supuesta cultura de “pensar en verde” quedó atrás. El propio Alfredo Zaiat reconoció que el blanqueo significaba un retroceso en el intento del gobierno de pesificar el mercado inmobiliario. Lo que se está habilitando con los CEDIM (Certificado de Depósito para Inversión Inmobiliaria), en el intento de revitalizar el mercado inmobiliario, es una nueva dolarización en función de la valorización de los especuladores y no de la construcción para suplir las necesidades de vivienda de la población. Por último, los dólares que se capten a través del Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE) y el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico proveerán financiamiento a YPF con capitales del blanqueo y endeudarán al Estado. El mito del desendeudamiento también queda al descubierto con esta nueva emisión de deuda.

El pecado original
El gobierno dice que tomó la iniciativa del blanqueo de capitales para evitar la devaluación. Es cierto que una devaluación tendría efectos de transferencia de ingresos desde los sectores de trabajadores y de bajos ingresos a los empresarios más ricos. Justamente esta enorme transferencia está en el ADN del kirchnerismo, que aprovechó el beneficio para la ganancia empresaria que implicó el gigantesco golpe al salario de la devaluación que llevaron adelante Eduardo Duhalde y Remes Lenicov, el entonces ministro de Economía. Pero la política del dólar caro la continuaron Néstor Kirchner y Roberto Lavagna, quien también fue ministro con Duhalde.
Lo que no es cierto es que el gobierno no devalúa. Desde septiembre de 2008, cuando la cotización era de 3 pesos, el gobierno devalúo la moneda 70% (actualmente el tipo de cambio está en 5,2 pesos por dólar). La política de devaluación en cuotas es uno de los factores que influye en el aumento de precios. A pesar de negar la devaluación y el desdoblamiento cambiario, con el blanqueo lo que ocurrirá es que, al dólar turista que ya es más caro por efecto de los recargos que hace la AFIP, se sumará el “dólar inmobiliario” que se regirá por la cotización que tengan los CEDIM, que tal cual prevén los guardianes del relato K se ubicará cercana al ilegal “dólar blue”. Evidentemente las encrucijadas de la economía capitalista no las resuelve ningún relato.

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