El paro de 48 horas del lunes y martes volvió a ser, como el jueves y viernes anterior, una masiva acción de los docentes de Bs. As. que alcanzó, como parte del resurgir de luchas salariales, una importante repercusión nacional.

Ni la campaña mediática de desprestigio de los funcionarios de Solá, ni las amenazas de la tramposa conciliación obligatoria, ni los aprietes en las escuelas pudieron evitar los cuatro días de paro. Los docentes de la provincia, muy a pesar de los dirigentes del Frente Gremial Docente (Suteba y FEB) que se encargaron de convocar a estos paros de forma totalmente inconsulta, volvimos a pegar con un solo puño, demostrando nuestras fuerzas y trastocando «la normal» finalización del ciclo lectivo, incluso postergando los actos de fin de año para después de los paros. Además anunciamos la posibilidad de no iniciar las clases en el 2005 si el gobierno no cumple con nuestros reclamos.

El desafío a una facultad del propio estado fue lo que llevó al gobernador Solá a decir con mucha preocupación que esta situación “quede en la memoria antes de las vacaciones es una conducta inapropiada y de una rebeldía muy grande”. (El Día, 7-12-04)

Esta preocupación no es casual. Los docentes no solo demostramos ser capaces de desafiar la finalización del curso lectivo y el inicio del venidero sino que pusimos de manifiesto que puede desarrollarse el conflicto en el 2005 y colocar a los docentes en el centro del enfrentamiento de los trabajadores de la provincia con el gobierno y el PJ en momentos que resurgen las tensiones entre Solá y el aparato duhaldista que controla la provincia en general y en la educación en particular.

Para poder prepararnos en ese sentido los docentes necesitamos sacarnos de encima el chaleco de fuerzas que constituyen las burocracias del Suteba y de la FEB. Durante los cuatro días de paro no solo no realizaron ni una sola asamblea para que pudiéramos decidir y resolver (tal como hicieran los trabajadores telefónicos), mantuvieron una lucha pasiva para impedir que ganáramos las calles, sino que mantuvieron la lucha totalmente aislada del resto de los trabajadores estatales y privados que también reclaman aumento de salarios y de esa forma impidieron que unificáramos nuestro reclamo y nuestra lucha con los trabajadores telefónicos que por primera vez desde las privatizaciones salieron a luchar de forma unificada.

Por su parte la CTA no convocó a ninguna medida de solidaridad con el paro docente ni tampoco ha llamado a unificar la lucha con los estatales; mientras nosotros paramos el lunes y martes, ATE provincial también convocó a paro de 48 horas pero para jueves y viernes. Esto no es casual. Durante la lucha de los telefónicos la CTA recién llevó su apoyo a los 7 días de iniciado el conflicto.

La exigencia de realizar asambleas conjuntas por escuela y plenarios de delegados con mandatos de la base, son un primer paso para superar las maniobras burocráticas de los dirigentes y prepararnos ofensivamente para el 2005.

Hacia este objetivo los docentes no partimos de cero sino que hemos logrado una gran conquista como lo son las seis seccionales opositoras del Suteba donde los docentes ya derrotamos a la burocracia. Desde allí contamos con una plataforma para imponer un programa y un método alternativo al de los dirigentes del Frente Gremial Docente que nos permita llevar al triunfo nuestra lucha. Para ello hace falta que desde las seccionales opositoras se impulse la solidaridad y la coordinación con los otros sectores en lucha, por ejemplo con los estatales provinciales. A su vez una coordinadora democrática de las seccionales opositoras, de las agrupaciones combativas y de los activistas también se convertiría en una importante herramienta para impulsar las asambleas de escuelas y los plenarios de delegados con mandato para preparar un 2005 con los docentes a la ofensiva contra un gobierno que no solo busca mantener bajos nuestros salarios sino que está preparando proyectos que significan un nuevo ataque a la escuela pública y al estatuto docente.

El gobierno bonaerense daría a conocer un proyecto de presupuesto educativo de $ 5 mil millones y un refuerzo de 500 millones para aumentar los salarios. Solá pretende, al igual que Kirchner, que los docentes nos conformemos con las migajas que sobran del pago de la deuda externa. Para enfrentar esta nueva farsa es necesario comenzar a organizar el no inicio de las clases para el 2005. 

Por esto los docentes del PTS junto a compañeras/os independientes hemos comenzado a organizar agrupaciones clasistas y antiburocráticas que impulsen la autoorganización de los docentes en la perspectiva de construir un sindicato militante al servicio de unir las luchas de los trabajadores y triunfar. Este es el desafió hacia el 2005.