logo PTS

Actualidad

Coordinemos la defensa de los luchadores y activistas

PAREMOS LOS ATAQUES A LA VANGUARDIA OBRERA

10 de agosto 2006

Hay luchas que tienen poca cobertura en los medios masivos, que se libran en el subsuelo de la vida política nacional, pero que son parte importante de la experiencia que está haciendo un sector de la clase trabajadora en este período. En páginas centrales de este La Verdad Obrera, mostramos cómo los trabajadores de Coca Cola, con el sindicato en contra, hicieron huelga en la megaplanta de Pompeya –nada menos– para repudiar la golpiza de una patota, seguramente de la empresa, contra un activista que encabeza una campaña contra los despidos y las persecuciones del imperio de la gaseosa. En La Matanza, los jóvenes obreros de la ex -Jabón Federal, hoy multinacional TVB, se defienden con uñas y dientes ante la provocación patronal que, en total ilegalidad, despide a casi 40 activistas de una nueva generación de luchadores que forjaron una nueva comisión interna antiburocrática un año atrás. Hay más ejemplos. Salen poco a la luz porque estas luchas son focalizadas, por fábrica, no son como las que desde el 2004 protagonizaron los trabajadores por recuperación salarial, principalmente en los servicios o realizadas por grandes sindicatos. La fuerza social de la clase trabajadora impacta más cuando actúa el conjunto de los trabajadores de una rama y, más aún, cuando afecta directamente en la vida pública, como cuando se trata de acciones de los trabajadores de los subterráneos o los teléfonos que utilizan millones de usuarios. Pero además, en aquel momento político, los grandes medios de prensa las presentaban como luchas que iban en el mismo sentido que el discurso gubernamental de cierta “distribución del ingreso” después del mazazo al salario que había significado la devaluación. Hasta Moyano terminó encabezando el reclamo de los telefónicos a fines de 2004 que había empezado con la fuerza de las asambleas de base. Y el gobierno tuvo que ceder, aún contra la dirección de la UTA, al reclamo de 44% de aumento salarial del Cuerpo de Delegados y la base de los trabajadores del subte Metrovías en los inicios de 2005.
En cambio, estas luchas actuales son la respuesta obrera a golpes reaccionarios que las patronales, con la complicidad del gobierno y la burocracia están lanzando sobre sectores combativos de los trabajadores. Hacen recordar, más allá de los contextos distintos, a la “Santa Alianza” de patrones, burócratas y el Estado, que denunciaban los activistas obreros en 1974 cuando luchaban contra el Pacto Social del ministro Gelbard.
Aprovechando el conformismo imperante con Kirchner por el crecimiento económico, los empresarios y los burócratas sindicales quieren recuperar posiciones y sacarse de encima a la nueva vanguardia obrera que se empezó a foguear en los últimos años. Estos ataques son más duros en la industria, por las características de dictadura patronal que impera en las fábricas, como también ocurre en el caso de la multinacional Pepsico que junto a la agrupación de Daer despide activistas y proscribe delegados, o el de la empresa Cargo tercerizada de Renault de Córdoba que impide la organización gremial. Pero también se expresa en subterráneos con provocaciones de la patr onal que fue respondida con el paro en la Línea C, o en telefónicos contra los jóvenes precarizados que se empiezan a organizar en Atento.
Más en general, estás luchas en defensa de las posiciones conquistadas en el terreno sindical y en los lugares de trabajo, enfrentan el intento del aparato del PJ de regimentar y controlar los movimientos de oposición obrera y popular. Ninguna de las críticas de los opositores de la UCR o el ARI al “hegemonismo” de Kirchner y sus “superpoderes”, denuncia que el gobierno quiere recomponer plenamente el verticalismo en las organizaciones de los trabajadores, para que reine la burocracia y termine el proceso de asambleas de base. Desde el acto oficialista del 25 de Mayo, la ‘Plaza del SI’ que insistimos en denunciar desde estas páginas, la burocracia sindical peronista vino recuperando fuerza gracias a que Kirchner les dio un espaldarazo político. Moyano se fortaleció en la conducción de la CGT por el servicio prestado a los empresarios y al gobierno, conteniendo los reclamos salariales en el techo del 19%. Pero no sólo Moyano. Favor con favor se paga: la justicia acaba de dejar “sobreseídos” a Juan José Zanola de la Bancaria, Gerardo Martínez de la UOCRA y otros jefes sindicales, en una causa en la que estaban denunciados por manipular 61 millones de dólares correspondientes a 6 meses de 55 mil aportantes a la obra social. Los “gordos” que hasta ayer se especulaba podrían llegar a apoyar la candidatura del ex – ministro Lavagna, hoy se declaran abiertamente kirchneristas.
En esta situación, la primera tarea de los que nos reivindicamos clasistas y socialistas es ayudar a organizar la defensa ante los ataques de los empresarios y la burocracia sindical. La ausencia de un polo de agrupamiento nacional de las organizaciones sindicales combativas y antiburocráticas, se muestra hoy como una debilidad importante, y debe significar un llamado a la reflexión para quienes se negaron a darle continuidad al Encuentro Obrero que había empezado a gestarse con cientos de delegados, activistas y organizaciones en abril del 2005. Toda política que ante estos ataques niegue la necesidad del frente único obrero -de todas las organizaciones y todas las tendencias- se convierte directamente en reaccionaria. Por el contrario, acompañar los intentos de reorganización de estos trabajadores, en su mayoría jóvenes y sin grandes experiencias políticas ni sindicales previas, es una verdadera “escuela de guerra” para encarar objetivos superiores. Luchas como la de los obreros de TVB son un desafío para toda la vanguardia. Rodearlas de solidaridad y poner todo para que triunfen es un deber elemental de todos quienes se definen combativos y antiburocráticos. En la suerte que corran las experiencias de esta vanguardia obrera, está la posibilidad de dar pasos en forjar una nueva dirección de los trabajadores, independiente de la burocracia y los partidos de los capitalistas. Hay que cerrar filas e impedir que sean derrotados. Ninguna discusión en la izquierda puede anteponer candidaturas o frentes electorales a esta necesidad elemental de la lucha de clases. Mas bien al revés, una unidad clasista y socialista debe ponerse a prueba, antes que nada, en este terreno.
La propuesta de los obreros de Zanon y el sindicato ceramista de Neuquén de un nuevo encuentro nacional de trabajadores puede empezar a gestarse desde la formación de Comisiones de Solidaridad ante cada lucha, para coordinar a los delegados, comisiones internas combativas y activistas de cada zona. Desde La Verdad Obrera, llamamos a nuestros lectores a una colaboración activa y militante en todas las tareas que esto signifique.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: