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LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

A PROPÓSITO DE LOS DOCUMENTOS EMITIDO POR LA IGLESIA Y LA CORTE

Narcotráfico y negocios capitalistas

La Iglesia emitió un documento “El drama de la droga y el narcotráfico”, en donde se señala que el país está acosado por “el flagelo de la droga” y el “narcotráfico”.

Facundo Aguirre

21 de noviembre 2013

La Iglesia emitió un documento “El drama de la droga y el narcotráfico”, en donde se señala que el país está acosado por “el flagelo de la droga” y el “narcotráfico”. Sobre esa base se está montando una campaña para promover una agenda más reaccionaria y fortalecer a las fuerzas represivas. En concordancia, la Corte Suprema de Justicia, también emitió un documento desde donde reclama que tomen cartas en el asunto.

El gobierno recogió el guante y cede ante los reclamos de la Iglesia, pero no puede hacerlo sin costo por lo que busca ponerle límites a la crítica clerical (al tiempo que negocian con ella la letra chica del Código Civil). El documento de la Iglesia fue aprovechado por la oposición de derecha para pedir que se apruebe una ley que permite a la Fuerza Aérea derribar los aviones de los narcotraficantes. Juan Schiaretti primero y Sergio Massa después, son los principales voceros de esta política, que cuenta con la simpatía de Daniel Scioli. El secretario de Seguridad Sergio Berni sale al cruce de las acusaciones reconociendo que las políticas del prohibicionismo han fracasado y que hay que concentrarse en atacar las organizaciones delictivas. Pero Berni defiende el accionar de las fuerzas represivas profesionales, que no hacen más que sostener el prohibicionismo, y su abordaje represivo contra las personas que consumen psicoactivos.

Narco-policía

La balacera con la que atacaron la casa del gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, muestra la impunidad con que se manejan las mafias policiales y señala un punto de crisis en una de las instituciones centrales del Estado. Algo similar sucede en Córdoba, donde debieron renunciar el ministro de Seguridad y el jefe de Policía, por comprobarse que tienen intimas conexiones con el narcotráfico. Pero el gobernador, Juan Manuel de la Sota, defiende a sus funcionarios sospechados de aliados del narcotráfico al tiempo que llama a derribar aviones del narcotráfico.
De la bonaerense ya se ha hablado in extenso y la discusión sobre el uso de Gendarmería y de Policías municipales habla de la falta de control de los políticos de la burguesía sobre esta fuerza.

Las crisis de las policías provinciales ponen en evidencia su descomposición criminal. Revela que son parte de la red de narcotráfico –y de todo el gran delito- y que se encuentran enfrentadas por el territorio y el negocio de las drogas. El caso de Santa Fe es emblemático, el gobierno ha perdido el control político sobre una institución que ejerce el monopolio de la violencia, luego de haberla amparado y silenciado sus negocios.

Un negocio capitalista

El crecimiento del narcotráfico tiene menos que ver con el aumento del consumo, como señala la Iglesia y la derecha, sino con el hecho que ofrece alta rentabilidad a las mafias capitalistas que lo llevan adelante. Del narcotráfico no sólo participan bandas criminales organizadas y las fuerzas policiales y de gendarmería, sino un amplio entramado de jueces, políticos y empresarios que protegen y son parte del negocio del narcotráfico y del lavado dinero que de allí proviene.

José Sbatella, presidente de la Unidad de Información Financiera, sostuvo que "A los jueces les molesta abrir las causas al delito económico (…) por complicidad" y agregó “Por lo que hemos visto nosotros en las cuatro causas más importantes que han salido a la luz pública, tienen bienes en propiedad, casas en Nordelta, casas en Abril, empresas agropecuarias e inmobiliarias. Está el caso de Meyendorf, un narco colombiano, que desde 2006 estaba acá...” Para Sbatella, Argentina es un lugar que le permite a los narcos “hacer negocios económicos y quedarse” Este mismo funcionario nombró al grupo Ale, que en Tucumán es protegido por los poderes provinciales, y que jamás investigaron la ruta de su dinero. Lo mismo ocurrió con la familia Juliá, el ex jefe de la Fuerza Aérea y sus dos hijos, que exportaban cocaína a España.

Todo esto demuestra que las políticas prohibicionistas sólo lograron incentivar un negocio altamente rentable para un sector de bandas criminales privadas y estatales y capitalistas.

Todo esto nos recuerda a cómo Carlos Marx definía el negocio del crimen "El crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblación sobrante, reduciendo así la competencia entre los trabajadores y poniendo coto hasta cierto punto a la baja del salario y, al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población”. Mientras las policías trabajan permanentemente en el reclutamiento de jóvenes para incorporarlos a bandas delictivas. Lo que les permite ganar control territorial y sembrar el terror sobre el resto de la población.

Contra el narco y la represión, legalización

Combatir el narcotráfico con las bandas policías o la gendarmería es darle poder a fuerzas que participan activamente en este negocio. El resultado previsible va a ser un aumento del control social sobre la juventud y los barrios pobres; y una amenaza latente contra las libertades democráticas. Para combatir el narcotráfico, hay que disolver las fuerzas represivas y derrumbar los mecanismos financieros que permiten el blanqueo de capitales de los empresarios y políticos asociados con los señores del narco, expropiando y nacionalizando todas sus propiedades y sus cuentas bancarias.

Los socialistas revolucionarios nos oponemos a la baja de la edad de imputabilidad de los menores y a cualquier aumento de las penas hacia los sectores populares. Sostenemos que los usos problemáticos que puede ocasionar el consumo de ciertas drogas como el paco, la respuesta no puede dar mano libre al gatillo fácil, sino que hay que garantizar a los jóvenes viviendas dignas, educación de calidad, un sistema de salud optimo, acceso irrestricto a la cultura y los deportes y trabajo para todos. Oponemos a la represión y el individualismo degradante de las adicciones, la organización política de la juventud para luchar contra el capitalismo.
Planteamos la legalización de todas las drogas. El prohibicionismo no ha sido más que la enmascarada que permitió el crecimiento de mafias capitalistas; la legalización es un golpe de lleno contra estas mafias. La legalización permitirá una discusión abierta con argumentos científicos validos que destierren los argumentos oscurantistas y la desinformación que promueven los sectores reaccionarios.

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