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Breves

Mundo Feliz

31 de agosto 2006

El policía Aníbal Luna fue liberado hace más de diez días entre sombras y silencio. Los instructores de justicia sabían que dificilmente podía guardarse esa novedad en secreto. Luna fue condenado a prisión perpetua, aunque más tarde el tribunal de Casación Penal bonaerense le redujo la sentencia a 24 años. Pero no llegó a cumplir los 8 años y con $40.000 de fianza quedó libre. “Mi marido lleva casi diez años muerto y sin justicia”, clamó con voz entrecortada María Cristina Robledo cuando se enteró de la excarcelación de Luna. “El gobierno sigue tapando cosas, sigue poniendo dinero, y en lugar de sacar gente que duerme en la calle, saca a la gente que mata”. La viuda perdió la mirada sobre esa foto en blanco y negro, esa que hace pocos años conmovió a millones de personas en movilizaciones y actos públicos, esa foto que pasó a la posteridad diciendo “no se olviden de Cabezas”. Porque sobre el macabro asesinato de José Luis Cabezas camina la estela de la impunidad, a pesar de haberse revelado con lujo de detalles las relaciones mafiosas entre patrones como Alfredo Yabrán, los oficiales de la policía de Pinamar y la banda de delincuentes de Los Hornos. Los criminales Braga, Auge y González ya fueron liberados. Los policías Prellezo, Camaratta y el ex militar Gregorio Ríos saben con certeza que les espera poco tiempo tras la partida de Luna.
Hace pocos años, gran parte de los funcionarios que hoy integran el gobierno de Kirchner marcharon junto a millones de personas que exigían justicia para José Luis. A poco de asumir enarbolaron el discurso de los derechos humanos como un principio acorde a los nuevos aires progresistas... nuevos aires viciados de la vieja impunidad menemista, aunque con un poco menos de pizza y champagne.

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