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No al chantaje de Kirchner, Tabaré y Busti

Los cortes contra las papeleras no deben levantarse

9 de marzo 2006

Cuando ya van más de 30 días de cortes de ruta contra la instalación de las papeleras en Fray Bentos, los gobiernos y los empresarios de ambos lados del río Uruguay aprietan para que se levanten los cortes de la ruta 136.
Al inaugurar la Asamblea Legislativa, Kirchner llamó a su «hermano» y «amigo» Tabaré Vázquez a suspender las obras de las papeleras por 90 días, para realizar un estudio ambiental «independiente». El gobierno uruguayo no tardó en responder a sus «vecinos» y «hermanos» argentinos: «diálogo sí», dijo Tabaré, pero con «dos condiciones inamovibles: una es que, para negociar, se tienen que levantar los piquetes, ilegales e irregulares, que se están llevando adelante en la República Argentina; y la segunda, que la construcción de las plantas no se detiene» (Clarín, 04/03/2006).
Mientras tanto, con la venia de Kirchner, el Gobernador de Entre Ríos Jorge Busti pidió que se levantaran los cortes y amenazó que «recurrirá a la Justicia para que ésta haga respetar la libre circulación por las rutas provinciales que se ven afectadas por los piquetes de ambientalistas» (La Nación, 06/03/2006).
Es al compás de estas declaraciones que en las últimas asambleas de Gualeguaychú empezaron a aparecer los llamados a flexibilizar las medidas, principalmente por parte de los empresarios locales. Pero el piquete sigue firme y los asambleístas responden a los empresarios, como a Alejandro Gahan con insultos gritándole: «Mandate a mudar, mugriento, traidor.» (La Nación, 06/03/2006), mientras redoblan su respuesta a los aprietes organizando, como hicieron el domingo pasado, una caravana de 10.000 personas que mostró el contundente apoyo popular a la lucha.
La última discusión que se ha abierto es sobre el reclamo de los asambleístas -y del propio Busti- de que se impida el paso de camiones con materiales para la construcción de las papeleras, pedido que ya fue rechazado por un juez de Concepción del Uruguay sosteniendo que dicha facultad es del Poder Ejecutivo y pateándole la pelota a Kirchner.
Esta política, apoyada por un sector de los asambleístas como condición para levantar las medidas de lucha, es también parte del chantaje de Kirchner, Tabaré, Busti y las empresas, que quieren liquidar los cortes, incluso acordando un parate momentáneo de las obras -que nadie va a controlar, por cierto- para negociar tranquilos y «dibujar» un nuevo estudio de impacto ambiental que permita la instalación de las plantas.
Hay que rechazarlo y profundizar el camino de la acción directa, sumando a los cortes a los trabajadores de la zona que serán los más afectados por la instalación de las papeleras.

Los hermanos sean unidos ... con los de afuera

Como denunciamos en LVO N° 181, el contrato leonino para la instalación de la finlandesa Botnia es un ejemplo de entrega al imperialismo. Hace pocos días, Página/12 reveló el contenido del Acuerdo de Protección de Inversiones que Uruguay firmó con Finlandia en marzo de 2002, durante el gobierno de Batlle. Los artículos 5, 6 y 9 del acuerdo son escandalosos. Establecen que «las inversiones no podrán sufrir expropiaciones directas ni indirectas» y que «los inversores que sufran pérdidas» por «revueltas, insurrecciones o manifestaciones» serán indemnizados «en efectivo, en moneda de libre conversión e inmediatamente transferible». Por si faltaba algo, «en caso de controversia, las empresas podrán saltearse los juzgados nacionales y llevar el tema a tribunales internacionales, según les parezca.» (Página/12, 05/03/2006).
Este contrato entreguista es hoy defendido a capa y espada por el gobierno de Tabaré Vazquez y el «izquierdista» Frente Amplio. No es una excepción. Durante toda la década de los ’90 se firmaron este tipo de acuerdos entre las empresas y gobiernos imperialistas y los países de Latinoamérica. Néstor Kirchner, el «hermano» y «amigo» de Tabaré Vazquez, también se unió a «los de afuera» y sigue entregando a la Repsol y las privatizadas las riquezas del subsuelo santacruceño y de todo el país del mismo modo que lo hizo Menem. Sobre la base de preservar este modelo de sumisión al imperialismo, es que ambos presidentes buscan hoy una salida «negociada» a la crisis de las papeleras.
Pero los trabajadores y pobladores de Uruguay y Argentina, que nos consideramos verdaderos hermanos en nuestra lucha contra la explotación y el saqueo, tenemos otra salida: la expulsión de las empresas imperialistas sin ningún tipo de indemnización y la puesta en marcha de un plan de industrialización racional bajo control de los trabajadores que garantice el futuro de nuestros pueblos.

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