Como expresamos en la editorial de este número, sectores patronales junto al gobierno y la burocracia sindical, coinciden en distintos grados en atacar y aislar a los trabajadores combativos que conquistaron derechos laborales y sindicales, y a aquellos que pelean consecuentemente por recuperar lo robado en los ’90.
¿Cómo defender a los delegados y organizaciones que hemos conquistado? Aunque las respuestas de los compañeros están siendo ejemplares, la patronal está dispuesta a pegar más duro y la burocracia juega a su favor y están dispuestos a rechazar los derechos obreros y toda “legalidad”. En este marco, la solidaridad efectiva y activa (y no afectiva y pasiva) es fundamental.
Como se vio en el festival que organizaron los obreros de la ex jabón federal este domingo nada impide hoy que en el oeste de la Provincia de Buenos Aires, los delegados y activistas de Transportes del Oeste, Interpack, los ferroviarios de Haedo, los contratistas telefónicos, las organizaciones de trabajadores desocupados, y los trabajadores y comisiones de otras empresas y fábricas de la zona formen comités de solidaridad y coordinen una defensa en común. Como tampoco nada impide -por ejemplo- que en la zona norte impulsemos una coordinación los trabajadores de Stani, Terrabussi, Emfer, los laboratorios y la ex Atlántida.
“Si tocan a uno tocan a todos” es un principio básico de solidaridad obrera, que los trabajadores que nos negamos a ser explotados y pisoteados debemos levantar y volver a poner en práctica. Para los que nos reivindicamos clasistas debería ser natural reconocer que todo ataque a trabajadores combativos es un golpe a las aspiraciones obreras.
En este sentido, ante cada ataque, podemos organizar “comités de solidaridad”, tender redes de solidaridad efectiva, que nos permita fortalecer nuestra lucha y a la vez ayude a otras. No podemos aislarnos. La fuerza de la clase obrera está en su solidaridad y unidad de acción.
Desde el PTS pregonamos siempre medidas de acción en frente único para defendernos de los ataques, en vías de formar una organización permanente que nos permita coordinar y unir las luchas obreras. Destacados ejemplos como el “comités de solidaridad” que surgió en defensa de la lucha de los ceramistas de Zanon fue la base de la Coordinadora del Alto Valle que luego demostraría la eficacia y fuerza de esta política de coordinación obrera y popular.
Por último, creemos que las respuestas a los ataques deben lograr el más amplio apoyo obrero y popular para que las luchas no queden sitiadas, y sumar a cada paso a más compañeros, ya que los conflictos no pueden triunfar aislados del resto de los trabajadores. Por eso llamamos a poner en pie comités de solidaridad con reuniones abiertas y democráticas, que nos permitan rodear de apoyo las luchas y avanzar en la coordinación y unidad obrera, no sólo para defender a los delegados y activistas, sino para ir por nuestros derechos y conquistas perdidas.