El llamado de Adolfo Pérez Esquivel a realizar una contramarcha, apoyada por Luis D’Elia y Emilio Pérsico, sin preparación previa y sin un programa independiente del gobierno se inscribe dentro de la línea de cerrar filas con el kirchnerismo frente a la “reacción”. Es en esencia un acto oficialista.
Los socialistas revolucionarios denunciamos la mano dura reaccionaria y los intentos kirchneristas de reconstrucción del régimen político y social a favor de la burguesía “nacional”, cómplice del genocidio. Ambas son políticas ajenas a los intereses obreros y populares.
Sólo la movilización popular independiente, encabezada por la clase obrera, puede encarar la defensa de las libertades, derechos y garantías democráticas amenazadas, enfrentando el gatillo fácil, la criminalización de la pobreza y la impunidad.