En un acto en la planta de Peugeot en Tres de Febrero, Kirchner felicitó a la empresa porque “es un ejemplo” y “se ha abrazado a la Patria”. Agradecía así el presidente “las inversiones extranjeras”, en este caso a la multinacional francesa que anunció que va a fabricar nuevos modelos en el país. Cerquita del palco en el que habló Kirchner estaba el intendente Hugo Curto, un hombre de la casa (Sevel) desde su época de jefe de la UOM.
Como dice Clarín: “La afinidad de Peugeot y Kirchner no es nueva: fue la primera empresa privada que el Presidente visitó cuando llegó a la Casa Rosada, a un mes y diez días de su asunción”. Es más, Peugeot está en la selecta lista de empresas que recibieron del gobierno $1.100 millones por beneficios fiscales, y que fue deschavada en estos días, tras el lanzamiento de la candidatura de Lavagna, como las empresas clientas de la consultora Ecolatina que presidía el ex ministro. En realidad, junto a lista de empresas subsidiadas de la “burguesía nacional” que publicó Infobae como Aluar, Fate, Siderar, Siderca y Aceitera General Deheza; aparecen también Cargill, Louis Dreyfus, YPF, Volkswagen, General Motors y Peugeot-Citroen, estás últimas todas de capital extranjero.
El “ejemplo” de “patriotismo” de Peugeot no termina ahí. Las nuevas inversiones se hacen en condiciones de superganancias empresarias de la industria automotriz en su conjunto. Estas producen hoy con un 28% menos de empleados que en 1997, es decir que desde entonces expulsaron, al menos, uno de cada cuatro trabajadores. Si bien la producción sigue estando por debajo de la de ese año, la productividad laboral subió un 20% porque cada trabajador fabrica más autos y con un costo salarial para la empresa un 15% más barato, dado que los precios de los autos aumentaron mucho más que los sueldos pactados por el Smata, o la UOM en el caso de Peugeot. ¡¿Cómo no van a estar “abrazados a la Patria”?!
 
Con la colaboración de clases, perdemos; con la lucha de clases, ganamos
La idea de colaboración de clases se basa en el falso supuesto de que “si a los empresarios les va bien, nos va bien también a los trabajadores”. Pero en sentido contrario al crecimiento empresario, los trabajadores y sectores populares que en el 2001 percibíamos el 25,5 por ciento del PBI (Producto Bruto Interno) al finalizar el 2005 recibimos menos: el 22,3 por ciento. Esta mayor desigualdad en la distribución del ingreso se refleja en el consumo: en tanto la mayoría nacional disminuyó su consumo un 2 %; la elite patronal, que son apenas el 3% de la población ecomomicamnte activa, lo aumentó del 54 al 56 por ciento del PBI.
Las paritarias pactadas por la cúpula sindical con los empresarios y el gobierno, puso un freno al curso de lucha iniciado por la clase obrera desde fines de 2004. Fue con esas luchas que se lograron aumentos superiores a los que querían las patronales y el gobierno, como en subterráneos y Smata, e incluso se enfrentó el impuesto al salario con la rebelión de los petroleros de Las Heras. Por el contrario la colaboración de clases de los sindicatos enquistados por la burocracia sindical fue un factor decisivo para impedir que la clase obrera recupere realmente su salario, termine con las leyes flexibilizadoras, con el trabajo en negro y la precarización del empleo que divide las filas de la clase trabajadora.
 
Frente Clasista y de la izquierda Socialista
Ahora esta misma burocracia es la que, mayoritariamente, impulsa la campaña por la reelección de la familia kirchnerista para las presidenciales del 2007. Un sector de burócratas apoyará a Lavagna y la dirección de la CTA divide sus preferencias entre el oficialismo y nuevas variantes de centroizquierda. Nuestro llamado a las organizaciones obreras combativas y a la izquierda a un Frente Clasista y de la Izquierda Socialista significa comenzar por impulsar en común el reagrupamiento de los luchadores antiburocráticos, la elección de nuevos delegados a los puestos dirigentes en las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos, y la formación de un bloque de acción política para llamar a la ruptura de los trabajadores con todas las variantes patronales.