Mi nombre es Juan Manuel Sepulveda. Me apodan “el Colo". Trabajo en la grafica Donnelley, en Pacheco, desde hace siete años.
Mi historia pasada no es muy “alentadora”. Fui cristiano, de la rama "evangélica", de nacimiento. Mi vieja ya iba a la iglesia con mi viejo, se casaron por la iglesia evangélica así que imagínense como me formaron ellos y me educaron.
Yo era ese pibe que iba a la puerta de tu casa a predicarte la palabra del "señor", era parte de la música del templo tocando el acordeón. Y como en la fábrica también "predicaba", empecé a tener discusiones con los camaradas sobre la religión: que función cumple la religión en este sistema capitalista…
Una de las anécdotas que me acuerdo es que yo discutía que dios existía y que había hecho al hombre. Y los compañeros me decían: “¿y quién lo hizo a dios?”. “Nadie les decía yo, por eso es dios”. Ja ja, se me reían. Y así discutíamos todos los días, hasta que empecé a reflexionar lo que me planteaban los compañeros, sobre el rol de los trabajadores, sobre el sistema capitalista, las religiones, lo que es la patronal, la burocracia sindical, el Estado. Me hablaban de la revolución obrera, de que los obreros manejamos todo y que cumplimos un rol fundamental para tomar el poder y que podemos tener nuestro propio gobierno. Y empecé a entender más, y los compañeros me invitaban a las marchas y a las actividades que organizaba el PTS, y yo le decía “bueno, primero vengan a la iglesia y después yo voy a las marchas”, y ellos me decían “primero vení vos y después vamos…” . Ja ja. Fui yo, ellos nunca fueron a la iglesia. Pero igual ya casi me habían ganado para las ideas de la revolución, así que nunca más fui al templo, y empecé a participar de las actividades más frecuente.
Y entonces vino mi despido en la fábrica, donde éramos 19 efectivos y 30 de agencia. Dimos la pelea hasta el final. Ese día hicimos asamblea en la puerta, decidimos cortar la Panamericana, salimos en los medios y el gobierno tuvo que dar la conciliación obligatoria con todos adentro en sus puestos, con tareas normales por 20 dias. Esos días empecé a militar por el despido en las universidades con el fondo de lucha, hicimos una gran fiesta en la puerta de la fabrica donde todo lo que recaudamos fue para el fondo de lucha y así recorrimos diferentes actividades políticas pidiendo la solidaridad en apoyo a la lucha que estábamos dando y así peleamos duramente hasta lograr las reincorporaciones.
Después de haber vivido este proceso de lucha que para mi era todo nuevo empecé a militar en el PTS.
Soy “el colo” Sepúlveda. Hace 7 años que trabajo en Donnelley. Hace tres años que conformo la comisión interna con otros siete compañeros más. Allí tenemos la Agrupación Grafica Clasista (en la Lista Bordo grafica). Hoy me considero un obrero de base revolucionario, trotskista. Desde hace cuatro años milito en el PTS, donde me formé y me sigo formando, para construir un partido que pelee por la causa del comunismo.

Colo