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Y ella llegó como de ninguna parte

Así apareció, silbando más que bajito, preguntando con mucha cautela, pero con nervios, ansiosa. Sin saber cómo era la situación, que pasaba ahí adentro. En su casa no se aguantó, dejo de caminar por las paredes y salió. Así estuvo esos días, pero tomo confianza, se animó, se metió, fue parte. Cada vez más. “Allí adentro esta la tomada, sí”. Era la fábrica tomada, los obreros cansados de sus despidos y maltratos la tomaron, afuera un grupo hacia el aguante, y llenaba de piquetes el escenario. Su pareja estaba adentro.

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9 de julio 2014

Y ella llegó como de ninguna parte

Así apareció, silbando más que bajito, preguntando con mucha cautela, pero con nervios, ansiosa. Sin saber cómo era la situación, que pasaba ahí adentro. En su casa no se aguantó, dejo de caminar por las paredes y salió. Así estuvo esos días, pero tomo confianza, se animó, se metió, fue parte. Cada vez más. “Allí adentro esta la tomada, sí”. Era la fábrica tomada, los obreros cansados de sus despidos y maltratos la tomaron, afuera un grupo hacia el aguante, y llenaba de piquetes el escenario. Su pareja estaba adentro. Ella afuera, con dos hijos en su casa, de un marido que supo dejar porque lo merecía. Ella es empleada doméstica, es obrera, es sirviente, esclava, la del barrio bajo que limpia esa linda casa en unos de esos barrios que nunca pasaste. Es católica, era practicante y ahora se le movió el piso. No el que limpia, el suyo, el de su vida, su mundo, y se lo pone en duda. Quería vivir tranquila, pero no la dejaron, se le removió todo. Escuchó experiencias de comisiones de mujeres de fábricas cercanas que estaban en apoyo de que hacían, por qué lo hacían, por qué la mujer se tiene que organizar. Le cuentan que cuestiona, ¿por qué debe ser la ama de casa?, ¿por qué debe esperar? Charla con Bety, con Olga, con Mónica, se asombra, mira, ríe, saluda, escucha, y sigue escuchando.
Algo en ella cambia, ya no es la misma, no se sabe lo que quiere todavía, pero sabe lo que no quiere. Sabe que quiere salir, que el mundo está más allá de esa reja. Ya no le sobran noches para huir, “ya quiero salir”. Ya va a enfrentarse con ella, con él, con vos, conmigo. Sale derrotada la huelga, pero no ella. Sale con moral, sabe que ahí dejó algo, algo de ella ya no está y algo nuevo se acerca. Se plantea los cambios, los transmite como puede. Ella avanza, él retrocede y no se detiene. Se está por mudar al fondo de una pieza, sola con sus hijos y sigue limpiando mientras piensa y da vueltas. La mugre sale fácil, la superficial, la de esa casa que suele limpiar. La de esos señores y señoras bien no. Sigue ahí en sus mocos, en sus billetes, en sus maltratos cotidianos.
Me mira, se ríe, me dice que siga escribiendo, que a ella le da vergüenza, se hizo amigos nuevos, compañeras de ruta, tomamos mate que le ganó a mi café. Me cuenta sus miserias, le hablo de las mías. Me cuenta los maltratos que ya no tolera, por eso lo dejó. Me saca la compu y escribe. De lo que vivo día a día, de que ya no quiero lavar, cocinar, limpiar para nadie, de “lo que quiero a mis hijos, de que ya no me animo a mirarlos a los ojos y decirles que no voy a luchar y decido luchar”.
Hay otra huelga de otros trabajadores y allá vamos, apoyamos, bancamos el piquete y ya no hay vuelta atrás. La conciencia aumenta y es parte de ella. Mañana tiene que volver a limpiar esa casa inmunda de esos inmundos que nos dominan y quiere seguir peleando.
Ahora ya no es de ninguna parte, es de nosotros, de los que quieren cambiar el mundo, si de esos locos que ya no lo bancamos más. Ahora nos hacemos amigos y nos conocemos. Ahora somos de este lado, de esta verada de la que está justo enfrente de los hombres de azul y verde. Sabe que no es fácil, que cuesta, que duele.
Le gusta el sol, el río y el atardecer, pensarse ahí a orillas del río que hay entre el cielo y el agua se pregunta. ¿Pero, queremos tomar el cielo por asalto? Después aparece la noche para que ahora las estrellas iluminen algo. Quiere ser por un rato Thelma o Louis y escaparse, pero no. Esta acá, firme para pelear. Es vos, sos vos, es ella, es Marta, es Julia, es Carme, Zulema, Laura, es mi vieja limpiando pisos para dar algo a la noche que comer cuando era chico, es la tuya, es tu hermana, es una compañera nueva y va por más.

Benjamín y ella (que decide reservar la identidad)

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