“Tanto esta desaparición como el asesinato de Silvia Suppo nos muestran que debemos luchar con más fuerza contra la impunidad con la que cuenta esta maldita Bonaerense desde hace 34 años. Una institución llena de genocidas que no duda en reprimir cuando los trabajadores salen a luchar, como lo hicieron en Kraft el año pasado. Y que también reprime y asesina a nuestros jóvenes en los barrios obreros y populares, como pasó con Luciano Arruga”