Las grandes patronales azucareras y el ministerio de Tomada dilatan las paritarias.

El 3 de mayo en la fábrica y los campamentos del sector agrario la patronal difundió un comunicado que dice “¿Los sindicatos quieren diálogo?”. Surge a raíz de la exigencia de inicio de las negociaciones paritarias que hacen las direcciones de los sindicatos azucareros de Jujuy y Salta nucleados en el Bloque Azucarero, que se propone reeditar la Federación Azucarera Regional (FAR). El panfleto de la administración argumenta que si el ministerio de Trabajo no convoca a reuniones paritarias ellos no se van a sentar a discutir salario y condiciones laborales, y agregan que los $8.000 que reivindican los sindicatos son de imposible cumplimiento, al representar un aumento de más del 60%. La empresa busca posar de víctima y acusa a los sindicatos de intransigentes por declararse en conflicto.

Las empresas nucleadas en el Centro Azucarero Regional del Norte Argentino (CARNA) que preside Nicholson, hombre fuerte de Ledesma y desde hace años vicepresidente de la UIA, dilatan las paritarias sin importarles que los acuerdos salariales de 2012 estén vencidos y totalmente superados por la inflación. ¿Quién puede negar que los $4.870 que conquistaron los trabajadores de Ledesma, los $5.006 que le arrancaron los compañeros al ingenio Rio Grande, los $4970 ganados en base a una enorme lucha en El Tabacal, y ni que hablar los $4.387 que rigen en La Esperanza, están muy por debajo del costo de vida? Por eso hoy se exige un aumento salarial igual al costo de la canasta familiar que es de $8.000. El piso son las necesidades de los trabajadores y no los porcentajes que quieren imponer las patronales.

El ministerio de Trabajo de Tomada con su demora a convocar a paritarias del sector favorece abiertamente a las patronales. La autoproclamación del kirchnerismo como cabecilla de la justicia social, la distribución de la riqueza y los derechos humanos trata (con poco acierto) de encubrir su rol escandalosamente antiobrero.

Un nuevo ataque patronal, ahora contra los zafreros

En el campo Ledesma S.A.A.I. está obligando a los zafreros -que se presentaron a ficharse para la zafra 2013- a firmar la “jubilación anticipada”. Tratan de infringir un nuevo ataque con despidos encubiertos, usando el mismo mecanismo que utilizaron los Roggio en La Esperanza para reducir puestos de trabajo con un costo mucho menor al de una verdadera indemnización. Su objetivo es una tecnificación del campo que expulse gran número de trabajadores, como la que hicieron en los ‘80 y ‘90, manteniendo o superando la producción del sector con menos de la mitad de obreros, generando un aumento de la superexplotación de los que queden.

Altas ganancias y dictadura patronal

Los Blaquier, quienes declararon en su último ejercicio contable del 2012 una ganancia neta de $223 millones y cerraron la última zafra con un nuevo record en la producción, son los que se niegan a otorgar el aumento salarial. Encabezan desde hace años un ataque férreo a las condiciones laborales y la representación gremial. El régimen de los turnos relevantes (cuarto turno), la polifuncionalidad, las tercerizaciones, la imposición de la jubilación anticipada, la persecución, los métodos de interrogatorios y los despidos que pesan sobre delegados y activistas sindicales son sólo los puntos más notables de una dictadura patronal que buscan profundizar en su empresa e impulsar en los ingenios vecinos.

Como contraparte, los trabajadores del azúcar encaramos desde hace algunos años un proceso contrario al que quieren imponernos las patronales. Se recuperaron los sindicatos de manos de viejos burócratas, se empezó a recuperar un método democrático basado en la asamblea, y por medio de la huelga, la movilización y el piquete se han logrado grandes conquistas salariales, en las condiciones laborales y en la ampliación de la cantidad de delegados. Así que de ninguna manera podemos aceptar esta verdadera maniobra patronal.

Congreso de delegados azucareros y plan de lucha para torcerle el brazo a Blaquier

La alianza entre las direcciones azucareras y las asambleas por sindicato que se declararon en conflicto frente a las maniobras patronales ya son dos hechos positivos; ahora tenemos que ir por más, es una tarea central de los sectores combativos y de la izquierda impulsar la unidad de las bases obreras. Los delegados y activistas desde las bases tienen que exigirle a las direcciones azucareras la convocatoria urgente a un congreso de delegados y activistas de todos los ingenios del norte, que delibere, amplíe el pliego único de reivindicaciones y avance en votar un plan de lucha para romper el techo salarial, conquistando un salario de $8.000 para la categoría 1, y terminar con la flexibilización y precarización laboral. Dándole jerarquía a la lucha por la reincorporación de los despedidos y el cese de los hostigamientos y persecuciones a los delegados. En Ledesma ya logramos la reincorporación de los delegados Luis Rivero y Juan ˜ávila, conquista que debe fortalecer la lucha por la vuelta de Ricardo Rivero a sus tareas, sección y funciones de delegado, y por la reincorporación inmediata de todos los compañeros de El Tabacal, que la estadounidense Seabord Corporation se niega a fichar, por el “delito” de haber participado en la huelga del año pasado.