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Editorial

EL 20 DE DICIEMBRE A PLAZA DE MAYO

Una gran marcha contra el Pacto Social en Plaza de Mayo

Para apoyar las luchas como las del Casino Flotante, los fileteros de Mar del Plata, los del Lavadero Virasoro de Rosario. Por el doble aguinaldo para todos, ocupados y desocupados. Por el salario igual a la canasta familiar y el pase a convenio de todos los contratados y en negro. Por una paritaria nacional única con delegados elegidos en la base. Basta de persecución a los que luchan. Por la aparición con vida de Julio López y la cárcel para sus secuestradores y todos lo genocidas.

Comité de Redacción

22 de noviembre 2007

El caso de Aerolíneas y Austral fue presentado la semana pasada como una “prueba piloto” de lo que sería el ideal de Cristina para el Pacto Social. En el acuerdo, los dueños del grupo español Marsans, propietaria de ambas líneas, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, negocian en forma personal con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Los siete gremios aeronáuticos acordaron establecer la “paz social por cinco años para que la empresa pudiera invertir 4000 millones de dólares e incorporar a su flota 40 aviones (...) No se puede invertir si los vuelos salen atrasados, si no salen o si los gremios reinciden en paros”, repiten desde los tres sectores” (La Nación, 18/11).
Entre los siete gremios de la rama se encuentran tanto los alineados con la CGT como también con la CTA, como es el caso del dirigente kirchnerista Edgardo Llanos de APA. Incluso el ex dirigente gremial Ariel Basteiro (también proveniente de la CTA) sería uno de los postulantes para asumir el cargo que hoy ocupa Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial.
No obstante, el camino del Pacto Social diseñado por los Kirchner sigue plagado de tensiones. La intención del gobierno es un acuerdo salarial de largo plazo, que sea revisado anualmente. Pero la CGT ha dicho que “Lo único que podemos negociar es un primer incremento para los primeros 6 meses del año y otro ajuste para la última etapa, más que eso no está en nuestros planes”. Por su parte, en la reciente Conferencia de la UIA, los empresarios sostienen descaradamente que “por más que el Indec y las estadísticas oficiales estén siendo revisadas, superar los 20 puntos es descabellado”.
El telón de fondo es la puja redistributiva abierta en lo que se prevé el quinto año consecutivo de crecimiento récord (de no mediar una caída del precio de las materias primas a nivel internacional y un salto en la crisis financiera que empezó en EE.UU.) y de una igualmente récord recaudación fiscal de más de 34.000 millones el año que viene (superando el monto de 10.000 millones de dólares que se pagó al Fondo Monetario Internacional el año pasado).
Pero mientras la CGT plantea sus matices como parte del mismo partido oficial, la CTA está cruzada por un debate interno ante el pacto social y la ubicación política ante el próximo gobierno.

¿Qué será la “Paritaria social”?

Hugo Yasky de la CTA presentó, en el microestadio de Ferro, la propuesta de lo que llaman la “paritaria social” por una “equitativa redistribución de la riqueza”.
Lo dijo junto al banquero Carlos Heller del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (el mismo compañero de Filmus en la fórmula oficialista en las elecciones porteñas), a la cúpula de la Federación Agraria y a las patronales de las pequeñas y medianas empresas agrupadas en Apymes.
Con la propuesta de la “paritaria social” la dirección de la CTA intenta evitar un pronunciamiento contra el Pacto Social y salir al cruce de debates y reposicionamientos al interior de la central. Por ejemplo días atrás el Congreso Regional de la CTA Rosario se pronunció contra el pacto social (ver nota). Pero este debate se está desarrollando a puertas cerradas para los trabajadores y en Congresos completamente antidemocráticos y restrictivos en las regiones, antesala del Congreso nacional que se realizará en diciembre.
La crisis de la CTA es un subproducto del bloqueo de la dirección de Yasky a las luchas que irrumpieron desde los docentes de Neuquén cuando asesinaron a Fuentealba, así como en Salta y en la propia provincia del presidente, desbordando el acuerdo del tope salarial y el alineamiento que el propio Yasky daba en ese momento a la fórmula oficialista en las elecciones porteñas.
Esta crisis se ve acicateada, al mismo tiempo, por reacomodamientos de las tendencias políticas que conviven, hasta hoy en “consenso”, en la CTA. La ruptura del bloque de los 8 diputados del ARI con la Coalición Cívica, incluyendo algunos ligados orgánicamente a la CTA o proveniente de sus filas como Eduardo Macaluse y Marta Maffei, muestra un corrimiento hacia la centroizquierda de un agrupamiento de oposición al gobierno que representa sectores medios “progresistas” y trabajadores estatales. Esta franja, que fue una minoría del voto a Carrió en las pasadas presidenciales (engrosado mayormente por sectores de las clases medias y altas de las principales ciudades), no puede seguir siendo contenida dentro de una Coalición inspirada por el cardenal Bergoglio y la oligarquía agraria. Más bien, confluyen objetivamente con el espacio del diputado y economista de la CTA, Claudio Lozano, en la Capital.
La dirección de Yasky busca reeditar en la CTA el “consenso” entre las distintas alas alrededor de una fórmula: “la paritaria social”. Así, la “paritaria social” es la fórmula para entrar al Pacto Social y, a la vez, tratar de contener tanto al sector del diputado K De Petris, que empuja a un alineamiento con el “proyecto nacional y popular” de Cristina, como también a los que se encuentran en la oposición al gobierno como los dirigentes de ATE que, junto a Víctor De Gennaro, se pronunciaron públicamente en apoyo a Claudio Lozano en las pasadas elecciones. Tanto a los que siguen diciendo -como en el documento oficial hacia el Congreso Nacional de la CTA- que el de Kirchner es un “gobierno en disputa”; como a los que se pasaron a la oposición al kirchnerismo.

Que la CTA rechace el Pacto Social

Vamos a presentar nuestra propuesta para que el Pacto Social al que convoque el Gobierno sea realmente la posibilidad de discutir la distribución de la riqueza en la Argentina, que es mucho más que discutir precios y salarios. Es discutir un nuevo modelo distributivo y un nuevo modelo productivo” sostiene Yasky.
La “paritaria social” sería, así, un Pacto Social “mas abierto”. La dirección de la CTA “condiciona” su entrada al Pacto Social a que este no sea “un acuerdo cerrado” sólo con la CGT y la UIA, presionando por un lugar en él para la propia CTA a la que el gobierno aún retacea la personería gremial, y lo que es aún peor para otros sectores patronales.
Tenemos entonces que en primer lugar, la “paritaria social” constituye un engaño para evitar un pronunciamiento claro de rechazo ante un Pacto Social que quiere maniatar la lucha de las organizaciones obreras en función de los intereses de los grandes empresarios. Y en segundo lugar que la dirección de la CTA se erige como representante de un frente de colaboración de clases con las patronales de las pequeñas y medianas empresas industriales y agrarias, y en alianza con el jefe de la banca “cooperativa” que aplicó el corralito de Cavallo en el 2001. La Federación Agraria sostiene un rechazo a las retenciones a la exportación agraria sin diferenciarse de la oligarquía y la gran burguesía agrupadas en la Sociedad Rural y en la CRA y que es bandera de la Coalición Cívica de Carrió. La contradicción es aún más flagrante en relación a la defensa que la CTA hace de las pequeñas y medianas empresas y sus alegatos a favor de la “libertad sindical”. Un estudio de la propia CTA indica cómo de “grave emergencia sindical” el hecho de la nula representación de los trabajadores “en empresas que ocupan menos de 200 personas”. No casualmente las PYMES concentran el mayor porcentaje de trabajo en negro, llegando al extremo de los talleres textiles que emplean trabajadores inmigrantes bajo el régimen de “cama caliente”.
Nuestra propuesta a los trabajadores de ATE y la CTA, es por el contrario, impulsar desde las propias organizaciones obreras, sus comisiones internas y cuerpos de delegados el rechazo al Pacto Social, el apoyo a todas las luchas en curso como la que se juega en el Casino, en el puerto de Mar del Plata, en Virasoro de Rosario y sigue pendiente en el INDEC, y abrir el debate en plenarios y congresos de delegados de base de un plan de lucha por todas las demandas de los trabajadores, con plena independencia de intereses, como el salario igual a la canasta familiar y el pase a convenio de todos los contratados y en negro.

El 20 de diciembre

El próximo 20 de diciembre, a seis años de las jornadas del 2001, es una buena oportunidad para comenzar a agrupar en la calle a todas las organizaciones y sectores combativos en una primera demostración preparatoria de la lucha contra el Pacto Social. Nuestra propuesta es organizar desde ahora, desde los lugares de trabajo y con todas las organizaciones combativas y de lucha, una gran marcha nacional en Plaza de Mayo que unifique todos los reclamos de las luchas en curso y avance en plantear un alternativa a las direcciones sindicales que se preparan para pactar con el gobierno y los empresarios contra los trabajadores y el pueblo.
Proponemos a los compañeros de la izquierda clasista con quienes conformamos el Frente de Izquierda en las pasadas elecciones, así como al Partido Obrero trabajar en común por esta tarea.

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