La interna y el activismo no pierden tiempo y se lanzan a organizar la campaña. En un solo día, en distintas reuniones, se juntan unos 100 compañeros de los tres turnos. Se discute sobre los candidatos, sobre las propuestas y sobre cómo enfrentar a Daer y Bogado. La posibilidad del fraude sobrevuela todas las discusiones. Al día de hoy la burocracia del STIA se niega a entregar los padrones y no quiere aclarar si los administrativos y “repositores externos” pueden votar o no. Son trabajadores sin relación alguna con la interna y los obreros de planta que votarían a delegados con los que no van a estar en contacto y pueden alterar el resultado de la elección. Se los quiere utilizar para fines fraudulentos al mismo tiempo impedirles tener delegados propios. Que un supuesto repositor externo, que trabaja en Capital o cualquier rincón del Gran Buenos Aires, vaya especialmente hasta Pacheco con el único fin de votar a una interna que jamás tendrá contacto con él, no pude tener más que un propósito fraudulento. Nadie puede controlar si realmente se trata de repositores ya que es el mismo STIA el que otorga los carnets por lo cual si votan no puede ser más que un fraude hecho y derecho. Por eso, los activistas ya discutieron que no van a votar.

La interna sale a recorrer las líneas y los sectores para pelear voto a voto, para dialogar con todos los trabajadores para defender y fortalecer una comisión interna que en estos dos años no solo recuperó conquistas sino que estableció la asamblea como órgano de decisión democrática.

Por supuesto no se trata de un slogan. Basta retrotraerse dos años a esta parte cuando reinaba la división entre los turnos, cuando las asambleas brillaban por su ausencia (a excepción del turno noche donde surge la agrupación Desde Abajo y el Poke Hermosilla era el delegado).

Los activistas reunidos recuerdan la elección de 2009, donde la interna saliente agitaba que si ellos perdían la situación iba a ser catastrófica para los trabajadores. La verdad es que la situación cambió para mejor.

En el turno mañana, las obreras no tenían ni voz ni voto en las decisiones que tomaba la vieja interna. Pero con el trabajo de la nueva interna, el método de la asamblea empieza a calar hondo, al punto tal que el turno mañana fue la vanguardia en la lucha por el premio luego de las paritarias en agosto 2011. Por primera vez, en una asamblea masiva, en la que una gran cantidad de trabajadoras toman la palabra, el turno mañana votó el paro y los dos turnos restantes se sumaron y no levantaron la medida hasta que lo hiciera el turno que lo había iniciado.

Por eso el mensaje de los activistas es claro, visible y contundente: “hace dos años cambiamos para mejor. Con esta comisión interna ahora vamos por más”. 
La campaña ya está en marcha. Además de la interna, la lleva adelante un activismo que en el correr de estos dos años no solo se afianzó en la defensa sindical de sus derechos, sino que ha hecho una experiencia política con el gobierno y se referencia en el ala izquierda del sindicalismo de base. 

La pelea que se está dando es fuerte. Pero enfrente está una alianza de todos, empresa, sindicato y ex interna. Si no alcanza con concentrarse en una sola lista y tratar de unir sus votos, están dispuestos a maniobras fraudulentas. Es por eso que es una gran pelea, contra todos los que se oponen a que se desarrolle una interna en Kraft y una oposicion clasista en todo el gremio.