logo PTS

JUVENTUD

Un horizonte próximo, hoy

Las injusticias sociales siempre fueron algo que nos angustiaba, niños con sus necesidades básicas insatisfechas, mendigando en la calle descalzos en el invierno, sin poder comprender porque sucedía eso ¿cuál era la manera de erradicar tanta pobreza?, pobreza que duele en los huesos, y provocan sentimientos de rabia, impotencia e indignación. La respuesta de las personas cercanas siempre fue: “porque siempre fue así, esto no se puede cambiar”. Hoy en nuestro trayecto educativo como estudiantes las respuestas aunque con otras palabras, son similares. Vemos y sentimos las condiciones en las que trabajan los docentes y en las que estudian los niños, con todos sus derechos vulnerados, que hace que sean discriminados y convivan en un ambiente de violencia constante.

Nathalia y Maria, estudiantes terciarias de Matanza

21 de agosto 2014

Las injusticias sociales siempre fueron algo que nos angustiaba, niños con sus necesidades básicas insatisfechas, mendigando en la calle descalzos en el invierno, sin poder comprender porque sucedía eso ¿cuál era la manera de erradicar tanta pobreza?, pobreza que duele en los huesos, y provocan sentimientos de rabia, impotencia e indignación. La respuesta de las personas cercanas siempre fue: “porque siempre fue así, esto no se puede cambiar”. Hoy en nuestro trayecto educativo como estudiantes las respuestas aunque con otras palabras, son similares. Vemos y sentimos las condiciones en las que trabajan los docentes y en las que estudian los niños, con todos sus derechos vulnerados, que hace que sean discriminados y convivan en un ambiente de violencia constante.
Hoy ante una crisis que tiene como principal reflejo los despidos y suspensiones, el ataque a las conquistas que vienen obteniendo los trabajadores y las consecuencias que eso trae: familias en la calle. Miles de millones destinados a pagar una deuda que no es nuestra, que significa un vaciamiento de la educación y la salud que son necesidades básicas para cada uno de nosotros.
Hoy la gran lucha que se manifiesta con las trabajadoras y trabajadores de Lear y Donnelley nos muestra un horizonte próximo, la defensa del empleo, porque nunca más halla familias en la calle. En Lear defendiendo con uñas y dientes los puestos de trabajo, en Donnelley mostrando que ante la salida que tienen los patrones al cerrar la planta dejando a más de 400 familias sin trabajo, ellos les responden poniéndola a producir y mostrando que no necesitamos patrones, que podemos poner esa producción al servicio de la comunidad entera para dar respuestas a esas necesidades básicas que ningún patrón ni ningún gobierno pretenden satisfacer. Como muestran hace más de 13 años los valientes obreros y obreras de Zanon en Neuquen.
Porque la historia y la realidad muestran que el único método por el que se consiguen los derechos es a través de la lucha, poniendo el cuerpo, enfrentando a los grandes poderes. Como lo demuestran los trabajadores de Lear y Donnelley existe una salida frente a la crisis. Hoy vemos que la pela por la transformación de la educación es al mismo tiempo la pelea de los trabajadores por su liberación.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: