Despues de una serie de sucesivas crisis generadas por la desaparición de López, las patotas en el Hospital Francés, los hechos de San Vicente y la derrota reeleccionista de Rovira, el gobierno acusó recibo de una nueva crisis a partir de las acusaciones lanzadas contra Irán respecto al caso AMIA, que hasta el momento costó el pedido de renuncia de Luis D’Elia.
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral hizo lugar al dictamen emitido por los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos, acusando a Irán y a Hezbollah como responsables de haber cometido el atentado contra la AMIA en 1994, que arrojó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos. Canicoba Corral aceptó el pedido de extradición de Nisman y libró una orden de captura contra ocho ex funcionarios iraníes, entre ellos el ex presidente Akbar Raf-sanjani, un ex canciller y el ex embajador Hadi Soleimanpour. EE.UU., la Embajada del Estado de Israel, las autoridades de la DAIA y la oposición “republicana” de Macri y Sobisch saludaron la decisión y reivindicaron “la calidad del sistema judicial”. El Comité Judío Americano destacó que Kirchner cumplió el compromiso adquirido durante su visita en septiembre, celebrada por su exposición en la Bolsa de Wall Street tocando la campanita ante los magnates del capital financiero. 
Ante tales hechos, Irán respondió haciendo saber que emitirá una orden de arresto internacional contra los magistrados argentinos ligados a la investigación del atentado, acusándolos por “soborno y falsificación de expedientes”, señalando a su vez que el sistema judicial argentino peca de “corrupto”. Esta situación profundiza las ya deterioradas relaciones bilaterales entre ambos países. Desde 1994, Irán sólo mantiene relación con Argentina mediante un encargado de negocios. Indudablemente, esta resolución implica un alineamiento del gobierno “progresista” con Bush, el Estado de Israel y la cruzada terrorista contra el “Eje del mal”. Paradójicamente, mientras gran parte del electorado de EE.UU. castigó a Bush por sus políticas guerreras en Medio Oriente, Kirchner le dio un espaldarazo utilizando la causa AMIA como un ariete de calumnias contra Irán. En la misma dirección, Cristina Kirchner se apresuró a invitar al país a importantes dirigentes del Partido Demócrata como Hilary Clinton, acérrima enemiga de Irán y defensora a ultranzas del Estado de Israel, “la única democracia en Medio Oriente”, según sus palabras. 
Galeano, Nisman y el armado del fraude
El fallo de Canicoba Corral y el dictamen de Nisman constituyen, como bien denuncian los compañeros de APEMIA, “una nueva estafa al reclamo de una investigación seria de la masacre y del juicio y castigo a los culpables”1 . Un mamarracho reconocido hasta por personalidades oficialistas como Luis D’Elia, Miguel Bonasso y Horacio Verbitsky. Nisman y Martinez Burgos no presentaron ninguna evidencia pública que demuestre la responsabilidad de Irán en el atentado, pues sus pruebas son “secretas” y suministradas por la CIA, el Mossad israelí y la SIDE. Cabe recordar que estos servicios de inteligencia fueron partícipes del encubrimiento del atentado, orquestado por el ex juez Galeano, la plana mayor del menemismo, el dirigente de la DAIA Rubén Beraja, la embajada del Estado de Israel y el departamento de estado de EE.UU. Galeano dirigió durante 9 años la investigación, a pesar de haberse dado a luz el armado del contubernio que incriminó con acusaciones falsas a un grupo de policías a partir de una coima de U$S 400.000. En agosto de 2003, Galeano se vio acorralado y libró una orden de captura contra 12 funcionarios iraníes, acusados de perpetrar el atentado. El ex embajador iraní Hadi Soleimanpour fue detenido en Londres, pero finalmente el gobierno de Blair, el Tribunal Supremo de Justicia y hasta Interpol reconocieron la falta de pruebas. No sólo liberaron al diplomático sino que se vieron obligados a indemnizar al gobierno iraní con 180.000 libras esterlinas. Nisman, un hombre que trabajó con Galeano desde 1997, ahora vuelve sobre las “pruebas” del ex juez para reeditar un nuevo fraude.

Defendamos a Irán
La acusación contra Irán de ningún modo se orienta a esclarecer la verdad y satisfacer la legítima aspiración de justicia de los familiares de las víctimas del atentado. Por el contrario, es una determinación netamente política e interesada que prueba que la “justicia independiente” es funcional a las necesidades del gobierno de Kirchner para efectuar sus deberes con el imperialismo norteamericano y su peón en Medio Oriente, el Estado de Israel. Tras el empantanamiento en Irak, el fracaso militar del Estado sionista durante la guerra de Líbano y el ascenso de Irán como potencia emergente, la hegemonía norteamericana está seriamente cuestionada en la región. Sin embargo, sigue convalidando masacres, como la descargada por las tropas sionistas en Beit Hanún que segó la vida de 19 palestinos, predominantemente mujeres, niños y ancianos. Los socialistas revolucionarios del PTS defendemos a Irán incondicionalmente ante las agresiones del imperialismo. Defendemos también su legítimo derecho soberano a disponer del uranio enriquecido, ya sea para generar energía o para defenderse con armas nucleares ante las constantes amenazas del Estado de Israel, que cuenta con arsenales nucleares y más de 300 bombas atómicas. Defendemos a Irán aunque nos oponemos a la política reaccionaria del presidente Ahmadinejad y el clero shiita. Del mismo modo, pensamos que para avanzar en el esclarecimiento del atentado a la AMIA es necesario imponer mediante la lucha una comisión investigadora independiente del Estado dotada de plenos poderes para investigar hasta el último escondrijo. El Estado que encubrió el atentado con más de 12 años de impunidad y que ampara las bandas de genocidas de la dictadura militar, responsables de la desaparición de López, está incapacitado para dar una respuesta a la altura que demandan las circunstancias.

1 APEMIA (Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA). Comunicado de prensa, 09/11/06.