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Internacionales

Declaración del PTS (Argentina) y de la LER-QI (Brasil)

Un P-SOL que oscurece

23 de septiembre 2004



La casi nula trascendencia pública que tuvo el acto de apoyo al Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil, realizado el 17 de septiembre en Buenos Aires, no puede ocultar su profundo significado político. Para las dos alas del MST de Argentina y el conjunto de su corriente internacional 1, principales impulsores del acto junto al PC y otros grupos menores 2, tomar como modelo al PSOL es síntoma de un claro giro hacia una concepción política socialdemócrata cada vez más alejada de la clase obrera y su programa revolucionario histórico, y tributaria del curso político adoptado por corrientes europeas como la LCR francesa.
Aunque el MST tenga el récord internacional de ser el partido de "extrema izquierda" que mantiene desde hace 15 años una alianza electoral nada menos que con el Partido Comunista Argentino, que también fue parte de la mesa convocante del acto, siempre lo hizo bajo el justificativo de una alianza electoral "táctica" (¡rara "táctica" eterna!). Nunca reivindicó la necesidad de construir un partido común entre reformistas y revolucionarios como es el PSOL. Una de sus principales impulsoras lo dice con todas las letras: "Dentro del partido, tenemos sectores que se declaran revolucionarios y otros que se declaran reformistas. Creo que la dicotomía planteada para la izquierda, en el momento, no es esa (...) debemos construir una trinchera de resistencia en el campo partidario y en el campo sindical, aglutinando la izquierda socialista que no se rindió, sean reformistas o revolucionarios (...)" 3. Manera extraña esta, por no decir otra cosa, de proponerse defender los intereses históricos de la clase trabajadora, pues se trata de la construcción de un partido con los reformistas, considerados por los marxistas revolucionarios como agentes políticos del capital, es decir, enemigos declarados de la revolución social. Cuando el principal dirigente del MAS en 1990, Eduardo Expósito, propuso algo semejante, comenzó una feroz lucha interna que culminó en el estallido de ese partido en decenas de corrientes 4.

¿Qué es el PSOL?

El PSOL es un partido constituido en junio de este año en Brasil alrededor de la figura de Heloísa Helena, su presidenta, senadora del PT recientemente expulsada por oponerse a medidas neoliberales del gobierno de Lula. Tal es así que en el Encuentro de fundación del partido ya había remeras impresas (¡antes que se constituyera la organización!) con el lema "Una esperanza otra vez, Heloísa 2006", postulándola como candidata a las lejanas elecciones presidenciales.
Ella pertenecía a la corriente Democracia Socialista al interior del PT, que es parte del Secretariado Unificado a nivel internacional, corriente conocida como "mandelista" en referencia a su principal dirigente, ya fallecido, Ernest Mandel. Su principal sección nacional es la LCR francesa. Al SU y la DS pertenece actualmente Miguel Rossetto, Ministro de Desarrollo Agrario del gobierno de Lula, es decir, del gobierno aplicador de los planes del FMI contra los trabajadores, campesinos y demás sectores explotados. Militantes de esa organización son parte incluso del Ministerio de Hacienda, bastión del ala derecha del gobierno lulista 5. Aunque en Brasil, Heloísa Helena formó su propia agrupación "Liberdade Vermelha" (Libertad Roja), sigue perteneciendo a la misma corriente internacional que Rossetto y la DS. El SU pone los huevos en dos canastas: la del "neoliberal" Lula, y la del "anti-neoliberal" PSOL. Heloísa Helena es una de los principales actores de este juego, guardando cuidadoso silencio sobre su "compañero", el "Sr. ministro". Lo llamativo es que ninguna de las organizaciones participantes del acto en Buenos Aires, que conocen este hecho, hayan planteado la más mínima referencia a esta duplicidad que sería cómica, si no resultara trágica para la clase obrera brasilera.
Este no es un dato menor: el PSOL como organización es un experimento "avanzado" dentro de la matriz teórico-política de adaptación democrático-liberal, de tinte socialdemócrata, del marxismo de los principales dirigentes del Secretariado Unificado. En Brasil están haciendo lo que ellos no logran aún en Francia, aunque su curso liquidacionista del programa marxista revolucionario, que incluye renegar del concepto de dictadura del proletariado, los prepara para postularse como colaboradores de un eventual nuevo gobierno de la "izquierda plural".

Posmarxismo

En el PSOL, mientras se exalta la "libertad" poniéndola como bandera central de ese partido al mismo nivel que el socialismo, no aparece ni una vez en su extenso programa aprobado por el Encuentro Nacional de fundación, la fórmula "revolución socialista" ni se explica cómo conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Pequeño problema. A comienzos del siglo XXI la burguesía se ha encargado de fomentar en las masas el "sentido común" de que no existe otro régimen político-social posible más que la democracia burguesa, que toda revolución socialista conduce al "totalitarismo". El PSOL aplica el giro que vienen discutiendo los teóricos del SU: en lugar de combatir la pesada carga de la experiencia stalinista recuperando la estrategia soviética por la que lucharon los bolcheviques, la de los consejos de obreros, campesinos y soldados, con libertad de partidos en su interior, se pasan al campo de la tradición socialdemócrata:
a) Presentan al socialismo como "horizonte" (y es sabido que el horizonte nunca se alcanza) mientras se lucha por "reformas populares", algunas descaradamente capitalistas como "centralizar el cambio y controlar la salida de capitales". Esta es una demanda no de los trabajadores sino de sectores de la burguesía brasileña como la FIESP que se oponen a la política de tasas altas del Ministro de Hacienda, el ex trotskista (de la corriente lambertista) Antonio Palocci. Hay que reconocer que el giro a la derecha programático de la izquierda brasileña es tan profundo que también el PSTU, que se opone al PSOL, ha levantado este tipo de consignas. Se ponen por detrás no sólo del programa de los marxistas que lucha por el monopolio del comercio exterior y la nacionalización de la banca, sino incluso de gobiernos burgueses como Perón o Cárdenas que fueron mucho más allá de las "exigencias" que hoy levantan estos "socialistas", que en los hechos terminan planteando medidas como las nombradas que significan sólo restricciones financieras al conjunto de la política neoliberal.
b) Proponen un régimen político basado en una "nueva Constitución" y el sufragio universal sin explicitar la necesidad de superar en forma revolucionaria la democracia burguesa.
c) Proponen la "democratización de las fuerzas policiales (sic) y en particular del Ejército" (demanda que comparte también el PSTU) sin plantear ni siquiera el derecho a la autodefensa, por no hablar de la política que es tradición de la clase obrera: las milicias obreras. Y esto en un país que tiene desde hace décadas una guerra civil larvada en el campo, con tomas masivas de tierras y una represión feroz de los terratenientes y el estado que ha costado miles de muertos al Movimiento Sin Tierra (MST) y otros movimientos campesinos. El programa del PSOL, por este extremo pacifismo, no se propone ninguna lucha seria contra el estado burgués, cuyo pilar fundamental son las fuerzas armadas en defensa del capital ¡Ni hablar de conquistar el poder para llegar al supuesto "socialismo" que pregonan!
d) En el punto referido a los derechos de la mujer no aparece en ningún lugar la demanda democrática elemental de la lucha por el derecho al aborto. Esto no es casual ni un olvido: entre los fundadores del PSOL se encuentran sectores de la iglesia católica, como el diputado Jo˜ão Fontes, y han establecido una alianza electoral municipal con el PTC (Partido Trabalhista Crist˜ão), antiguo PRN que llevó al neoliberal Collor de Melo a la presidencia (expulsado del poder al poco tiempo por masivas movilizaciones populares).
e) Coronan el programa con la increíble consigna "Por una Federación de Repúblicas de América Latina", así nomás, a secas, lo cual no puede tener otra lectura que las actuales repúblicas burguesas se federen, algo así como la extensión del Mercosur de los monopolios. No olvidemos que Jo˜ão Machado, dirigente de Liberdade Vermelha, se daba el lujo de afirmar a fines del 2003, poco antes de su salida del PT, sobre la "nueva política externa" de Lula: "El aspecto más positivo de la orientación del gobierno hasta aquí fue su política externa. Además de oponerse al ataque de los Estados Unidos a Irak y de dar pasos en dirección a establecer una política externa independiente, hubo un intento de construir una unidad sudamericana, y también un frente de los llamados países ‘en desarrollo’, opuesto a los intereses de los centros imperialistas" 6.
Para culminar, analicemos el nombre: Partido Socialismo y Libertad. Toda una definición, que se complementa con fórmulas como la "defensa del socialismo con libertad y democracia". Aquí estamos frente una expresión política concreta de lo que venimos observando en la LCR francesa: la "influencia de las ideas posmarxistas –y también liberales de izquierda- que reemplazan las definiciones de clase por la de ciudadanía y diluyen la perspectiva de la revolución por la radicalización de la democracia. Esto se expresa a través de la fórmula recientemente enunciada (...) de que la ‘revolución es la lucha por la democracia hasta el final’ y que el sufragio universal y no la democracia de los consejos obreros, es el principio organizador de la sociedad de transición al socialismo" 7. La única libertad que concebimos los marxistas revolucionarios consiste en una sociedad basada en la desaparición del trabajo asalariado, la mercancía, la moneda y el estado, una sociedad de ese tipo es lo que Marx denominó comunismo. Desde él en adelante, sostenemos que esta sociedad es imposible de lograr sin demoler el estado burgués y sin construir un estado obrero transicional, única forma de encaminarse hacia el "reino de la libertad", la sociedad comunista.
Como el célebre personaje de Moli˜ére, el pobre Monsieur Jourdain, que era "prosista sin saberlo", es posible que el MST y la UIT, siguiendo los pasos del PSOL, se estén haciendo "posmarxistas sin saberlo".

Electoralismo desenfrenado

El PSOL no se considera como un partido de la clase trabajadora. Por el contrario, los parlamentarios son sus principales figuras y referentes. Con esto retroceden de la ya nefasta tradición del PT "de los orígenes", donde los trabajadores estaban condenados a perder crecientemente protagonismo a medida que aumentaban los puestos parlamentarios y los funcionarios en los distintos niveles (municipales, estaduales, etc.). Ahora directamente el PSOL ya no se considera un partido de clase.
Los llamados a "rescatar la independencia política de los trabajadores y excluidos" e impulsar "organismos de auto-organización de los trabajadores, verdaderos organismos de contra-poder", no son más que frases huecas. La única fórmula concreta es el "rechazo a gobiernos comunes con la clase dominante", lo cual, ligado a la ausencia en el programa de la lucha por un gobierno de trabajadores y rodeada de apelaciones contra el "capital financiero", deja abierta a formas de colaboración de clases. No olvidemos que los actuales dirigentes de la corriente a la que pertenece Heloísa Helena consideraron el "Presupuesto Participativo" de la gestión del PT en Río Grande do Sul como una suerte de "doble poder institucional" 8. Sobre experiencias concretas como esta, el PSOL no habla.
Dicen: "nuestras alianzas para construir un proyecto alternativo tienen que ser las que busquen soldar una unidad entre todos los sectores del pueblo trabajador (...) con los movimientos populares, con los trabajadores del campo, sin tierra, pequeños agricultores, con las clases medias urbanas, las profesiones liberales, la academia, los sectores formadores de opinión (sic), cada vez más dilapidados por el capital financiero, como vimos recientemente en el caso argentino". En este sistema de alianzas tan difuso, que parece un mal plagio de los programas CTA de Argentina, no se dice en ningún momento que la clase trabajadora debe ser la que hegemonice o dirija (¡como si el "caso argentino" del proceso iniciado en el 2001 no hubiera confirmado esto crudamente!), con lo cual quedan abiertas las puertas a cualquier engendro frentepopulista que será presentado como "independencia política de los trabajadores y excluidos".
Y por si quedaran dudas, en las elecciones que se realizarán el próximo 3 de octubre en Brasil, el PSOL, que carece aún de personería electoral, dice "reconocemos que existen casos de candidaturas con trayectoria de izquierda, que aunque están vinculadas a partidos de base gubernamental (sic), surgen con críticas a la política económica del gobierno Lula". Pero, aclaran, aunque "respetamos tales candidaturas y el apoyo que sectores del PSOL puedan darles eventualmente (sic), sin embargo en cuanto partido, no apoyaremos candidaturas" 9. Así, le prestan apoyo hasta a candidatos de la burguesía. Para mencionar algunos casos relevantes: en la ciudad de Maceió, capital del estado de Alagoas, tierra natal de Heloísa Helena, ésta apoya al candidato del PPS, el partido burgués de Ciro Gomes, actual Ministro de Integración Nacional del gobierno de Lula. En Goiania, donde el PSOL tiene una relativa presencia, su principal figura está afiliado al Partido Verde, del actual Ministro de Cultura, Gilberto Gil, y mantiene una alianza con el partido cristiano PTC (ya mencionada). Además, llaman a votar una amplia cantidad de candidatos a prefeitos y vereadores (intendentes y concejales) del partido con el que dicen que han roto, incluyendo también a candidatos de otro partido en el gobierno, el PCdoB. Como se ve, son extremadamente generosos hacia su derecha, y muy estrictamente avaros hacia su izquierda, ya que ni siquiera llaman a un voto crítico a partidos que se reclaman de la izquierda socialista, como el PSTU.
Por último, algo que no puede dejar de llamar la atención en Brasil, donde la CUT se ha transformado en una central sindical que apoya toda la política oficialista, por lo cual varios sindicatos se han desafiliado de esa organización, es que en el programa sólo se plantee la consigna "contra las burocracias sindicales, democracia en los sindicatos", sin que aparezcan palabras como "echar", "barrer", "tirar abajo", o semejantes que permitan evitar pensar que el PSOL se propone convivir con la burocracia, como las corrientes que la componen vienen haciendo hace años.
En síntesis, un partido que pretende ser alternativa a Lula y su gobierno, que están traicionando miserablemente a las masas brasileñas, no rompe con la tradición del PT de oponerse a la lucha por la verdadera independencia de clase sino que, desde afuera, continúan con la misma política de búsqueda de alianzas con sectores de la burguesía.

Una oportunidad para la estrategia marxista revolucionaria

Es evidente que en Latinoamérica se están produciendo enormes experiencias políticas en la clase trabajadora de donde pueden emerger nuevos fenómenos que permitan recomponer la subjetividad revolucionaria luego de más de dos décadas de derrotas y retrocesos. El enfrentamiento con el gobierno del PT en Brasil será indudablemente una de las más importantes, pero también comienza a ponerse de pie la enorme clase obrera mexicana, y continúan el proceso de maduración política en el rico proceso boliviano.
De la experiencia argentina pueden extraerse también varias conclusiones. Primero fue el fracaso del electoralismo, que golpeó sobre todo a los integrantes de Izquierda Unida y también al PO. Sus camaradas brasileños deberían mirarse en ese espejo. Ahora asistimos a la crisis de la construcción en base al "piqueterismo" que experimenta la mayor parte de la izquierda, a partir de la confusión deliberada entre un movimiento social de un sector de la clase obrera desocupada que recibe asistencia social del estado capitalista, con colaterales partidarias. Esto llevó a organizaciones como el PO y al MST a alejarse tan profundamente de las fábricas, que quedaron por fuera de la primera lista opositora antiburocrática que se constituyó en el gremio de la Alimentación de Capital y Gran Buenos Aires, lista que ganó en las principales fábricas. El PO, además, no fue parte de la lista que triunfó en el Astillero Río Santiago, recuperando el cuerpo de delegados en esa fábrica de 2200 obreros, una de las más grandes de la Provincia de Buenos Aires.
Es necesario que los que reivindicamos la lucha por la revolución obrera y socialista actualicemos nuestro programa, perfeccionemos nuestra estrategia a la luz de las nuevas experiencias, debatamos con todas las actuales teorías políticas, pero sin perder de vista que se están abriendo las condiciones para recomponer la subjetividad revolucionaria de la clase obrera, para luchar a brazo partido por la verdadera independencia política de los trabajadores, para templar los dirigentes y cuadros de un poderoso partido revolucionario inserto en la clase trabajadora, que sea parte de la reconstrucción de la IV Internacional.
Como parte de esta batalla, desde el PTS y la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional, insistimos en nuestro llamado en Argentina al PO, al MAS y al MST a impulsar un Frente Político de Trabajadores, para buscar agrupar en una alternativa política a todas las organizaciones de los trabajadores que se reivindiquen clasistas, para intervenir en la lucha de clases, levantar un programa obrero de salida a la crisis, y discutir incluso la intervención común en el plano electoral.
Al conjunto de los trabajadores y estudiantes conscientes, y en general todos los militantes de las organizaciones que se consideran parte de la lucha de los trabajadores y el pueblo, proponemos debatir las distintas experiencias de nuestro continente, y del conjunto de la clase obrera internacional.

23-9-04

Fredy Lizarrague – PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas, Argentina)
Milton D’León – LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria – Cuarta Internacional, Brasil)










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1 El MST pertenece a la Unión Internacional de Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), junto a la CST de Brasil que forma parte del PSOL y grupos en otros países del continente.




2
El acto fue parte del Encuentro Abierto Latinoamericano, organizado por el MST, el PC, el MAP de la diputada Beatriz Baltroc (electa por la lista del PRD kirchnerista de Miguel Bonasso), el MPL de los hermanos Devoto, ex miembros de Autodeterminación y Libertad, el grupo Cimientos y la LSR. Por el PSOL estuvieron presentes el diputado Babá (CST), la diputada Luciana Genro (MES) y el dirigente sindical Agnaldo Fernandes, y asistieron delegaciones de la UIT de varios países latinoamericanos, Francia y Bielorrusia. Una de las principales resoluciones del Encuentro fue el apoyo a la construcción del PSOL en Brasil y la participación en el Encuentro Sindical de la UNT en Venezuela.




3
Entrevista a Luciana Genro del MES en "Correo de la Ciudadanía", junio/2004.




4
Lo extraño es que Nora Ciaponi, dirigente del grupo Cimientos y quien encabezara en aquella época la lucha desde la Tendencia Bolchevique contra quienes formarían luego el MST, haya estado en el acto como parte de la mesa convocante y saludando la formación del PSOL, es decir, apoyando la misma política que llevó al estallido del viejo MAS. A los compañeros del grupo Cimientos, con quienes compartimos el apoyo al periódico obrero Nuestra Lucha impulsado por el Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén, les proponemos iniciar un debate fraternal sobre la perspectiva planteada y el significado del PSOL.




5
Ver "Una campaña necesaria contra el ‘ministerialismo’ del Secretariado Unificado", por Simone Ishibashi y Edison Salles, en Estrategia Internacional n° 21.




6
International Viewpoint, publicación del SU-CI, octubre-noviembre de 2003.




7
"Más allá de la democracia liberal y el totalitarismo", por Claudia Cinati y Emilio Albamonte en Estrategia Internacional n° 21.




8
Bensaïd D. "Le sourire du Spectre. Nouvel esprit du communisme", Editions Michalon, Francia, 2000, pág. 197.




9
"El PSOL y las elecciones 2004", S˜ão Paulo, 5 de agosto de 2004, Executiva Nacional do P-SOL.









 





 

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