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Tiempos distintos

“Asamblea y movilización ya, antes de que sea demasiado tarde. Eso es lo que los 320 contratados de IVECO, que ya tienen el telegrama de despido en sus manos, le plantean a la comisión gremial. Desde SMATA sostienen que no son tiempos de lucha por la gravedad de la crisis.

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26 de febrero 2009

“Asamblea y movilización ya, antes de que sea demasiado tarde. Eso es lo que los 320 contratados de IVECO, que ya tienen el telegrama de despido en sus manos, le plantean a la comisión gremial. Desde SMATA sostienen que no son tiempos de lucha por la gravedad de la crisis.

Mientras tanto, 1000 familias de las empresas automotrices ven como pasan los días y el 31 de marzo se quedan en la calle” El periodista sintetiza con oficio. La escena le facilita la tarea.

Los jóvenes están allí, frente a la sede del SMATA Córdoba, cara a cara con los dirigentes gremiales y sus custodios. Ese momento inquietante es televisado para toda la provincia.

Una valla peatonal que separa la acera de la calle se vuelve simbólica. De un lado, los obreros. Del otro, los burócratas y sus matones.
 Caraduras hablen, digan porqué no hacen nada. Gritan los trabajadores. Uno, subido a la valla, realiza una denuncia formidable.

La cámara oscila mostrando a los dos bandos. El contraste es absoluto.

Todo trabajador tiene una idea más o menos formada de lo que es un burócrata sindical. Pero aquí, lo interesante es que el concepto se materializa en la repulsiva figura de un cincuentón que parece sacado de una mala película de la mafia siciliana.

El tipo saca pecho cruzado de brazos, gesticula afilando el mentón y desafía entrecerrando los ojos: -Con ustedes ya hemos firmado un acta. El 31 hablamos.

Es obvio que la vanguardia obrera quiere ir para adelante, pero el SMATA no. En ese contexto, el periodista interpela.

- El secretario general dijo otra cosa, que el 31 de marzo se termina el contrato y es muy difícil que permanezcan.

 Ustedes ya saben la situación que hay en el mundo y más la que tenemos en la metalmecánica. Con esta realidad no tenemos seguridad ni para los efectivos.

 Porque no organizan una marcha como están pidiendo los trabajadores. Insiste el reportero.

 Cuando creamos conveniente organizar una marcha, lo vamos a hacer.


Las imágenes son elocuentes, sin embargo no es tanto la acción ni la denuncia lo que causa el impacto. La potencia no está en el tiempo presente, sino en el hecho que aún no ocurrió. Un obrero ametralla con la mirada a los “jefes sindicales”.

En su afirmación, el burócrata se encarga de recalcar que a ellos nadie le impone los tiempos. Y en última instancia, es el TIEMPO lo que está en juego en la Córdoba metalmecánica.

La burocracia quiere aferrarse a los ritmos del pasado, cuando su práctica pro patronal podía andar sin mayores sobresaltos. Cuenta a su favor con la división entre efectivos y contratados. Por eso, las primeras víctimas de la crisis son los contratados.

Los jóvenes combativos con su lucha intentan inaugurar un tiempo nuevo, buscan romper con la rutina: :“no somos descartables. Vamos a romper con ese lugar común que dice que pueden dejar a la gente sin trabajo por ser contratados”.

La burocracia busca liquidar la iniciativa, infundiendo temor y acrecentando el conservadurismo provocado por los primeros efectos de la crisis.

Quién gane el corazón de la mayoría de los trabajadores impondrá sus tiempos. Ese momento decisivo, que se presiente en algunos pasajes del video, aún no llegó.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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