“Después del conflicto de marzo-mayo del año pasado”, comentaron al terminar el encuentro, “habíamos logrado que no quede ningún miembro del sindicato en la fábrica. La cúpula del sindicato, que nunca había pisado la fábrica, comenzó a venir e incluso dijeron que iban a llamar a un paro. Todo esto es para que regresen los congresales. Llegaron a un arreglo con la empresa para que oferte a los laburantes un ‘premio’ de 600 pesos para dejar volver a los congresales.

No bien terminó el conflicto, cuando ellos quisieron volver, automáticamente paramos la fábrica e impedimos el ingreso. Los delegados trataron de apaciguar la situación, y de hecho aceptaron que vuelvan los congresales a cambio de los $ 600. Pero tendrían que haber hecho una asamblea para discutir realmente lo que significaba su regreso.

El repudio fue total. Los congresales volvieron pero están en un sector y son repudiados todos los días. Es más, uno de ellos no aguantó la presión que ejercía la gente y al otro día no volvió más”.