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MOVIMIENTO OBRERO

PLENARIO DE DELEGADOS DE LA AGTSYP

Subte: dos posiciones que deben debatirse en la base

El Gobierno Nacional y el de la Ciudad negocian para que trabajadores y usuarios banquemos a Roggio

Claudio Dellecarbonara

1ro de diciembre 2011

Este miércoles 30 de noviembre se realizó el plenario de delegados de la AGTSyP, el nuevo sindicato del subte. Se abordó la discusión del traspaso del servicio a la Ciudad de Buenos Aires, la disminución de los subsidios y el aumento del boleto que se viene. A pesar de que transcurrió casi un mes de los anuncios del gobierno nacional y las negociaciones con Macri, la mayoría de la comisión directiva no presentó una posición, salvo referencias a un “reportaje” (¿?) publicado en la página web al compañero Beto Pianelli (que encabeza el sector que en la ruptura de la CTA tomó partido por el oficialista Yasky). Con esta falta de seriedad por parte de la mayoría de la directiva del sindicato, arrancó la discusión en el cuerpo de delegados que, por su crucial importancia, tiene que llegar al conjunto de los compañeros y desarrollarse en las asambleas de base.

Contra Macri, ¿con Cristina?

La posición paralizante que asumió la mayoría de la comisión directiva critica elementos correctos a la administración del gobierno de Macri, del que no podemos esperar una política favorable a los trabajadores, obvio. Lo notable es la falta total de crítica al gobierno de Cristina Fernández que durante estos años garantizó las ganancias extraordinarias de Metrovías sin exigir siquiera un buen mantenimiento del subte, con millones en subsidios sin control alguno que son un robo a favor de la patronal parásita de los Roggio. Y que, ahora, utiliza el traspaso del servicio a la órbita de Macri para hacerse el desentendido del aumento del boleto a millones de pasajeros.

El problema del sector oficialista del cuerpo de delegados no es sólo la omisión de este acuerdo entre las privatizadas y el gobierno nacional, cuya denuncia es esencial para dejar en claro quién es el responsable del tarifazo que se viene. Se agrava con el apoyo sin restricciones al giro de la administración de Cristina. Comprando el discurso de “que paguen los que más tienen” se pretende avalar un aumento de tarifas que va a recaer esencialmente sobre los trabajadores, que son abrumadora mayoría entre los usuarios del subte, para que siga la fiesta de Metrovías. No se cuestiona los millones que se llevaron y se van a seguir llevando las privatizadas, y encima se apoya un mecanismo (como puede ser la tarjeta SUBE) que pretende mantener el subsidio a un pequeño sector de usuarios y le haga pagar la cuenta al grueso de los que hoy usan el servicio.
Por el contrario, desde la agrupación clasista Democracia desde las Bases que impulsa el PTS junto a otros delegados respondimos en el mismo sentido de los boletines que imprimimos y repartimos masivamente, rechazando el aumento de tarifas que va a traer aparejada la quita o disminución de los subsidios y exigiendo que desde nuestro sindicato señalemos claramente a los responsables de la estafa con los subsidios. A la vez que sostuvimos la necesidad de iniciar una gran campaña por la nacionalización del subte bajo control de los trabajadores y usuarios, porque con Macri o el gobierno nacional gana Roggio. Señala también que con esta perspectiva podemos pelear para ganarnos a los usuarios para un servicio económico y eficiente, en donde se respeten los derechos de los trabajadores.

Tomar posición y prepararnos para enfrentar el ataque a trabajadores y usuarios

Como sostuvimos en el plenario, esta discusión es crucial para prepararse ante el ataque que se viene. El gobierno, consciente de las consecuencias de una reducción drástica de subsidios y el aumento de tarifas ,ha empezado a atacar a los gremios de las empresas de servicios públicos, quiere hacer responsables a los trabajadores. Tomando el caso de Aerolíneas Argentinas, apoyó con todo a una administración que mantiene a la empresa con un déficit anual de miles de millones, mientras que trata de vagos y boicoteadores a los que luchan, llegando al extremo de solicitar la suspensión de la personería al gremio de los técnicos aeronáuticos y el pase a la órbita militar de los controladores aéreos. A los trabajadores de Metrovías, Cristina Fernandez nos atacó en reiteradas oportunidades con menciones a la “tendinitis”, burlándose de nuestra defensa de las condiciones de trabajo de los boleteros del subte. Con esto se intenta restringir, limitar o anular nuestro elemental derecho a huelga y a la acción directa con la que hemos logrado todas nuestras conquistas. Planteamos que los trabajadores del subte debemos rechazar este ataque a los derechos sindicales.

La mayoría de la Comisión Directiva no enfrenta esta política gubernamental, y pretende que, habiendo construido un sindicato independiente de la UTA, miremos para otro lado cuando entre Macri, De Vido y Roggio deciden sobre nuestro futuro y el de millones de usuarios. Mientras el gobierno está creando un clima hostil a la lucha de los trabajadores, se prepara para aumentar el boleto y ponerle techo a los aumentos de salarios, la mayoría de la directiva de nuestro sindicato pretende que no hagamos nada. En cambio, nuestra posición es poner a nuestro sindicato y su cuerpo de delegados de pie para hacerles frente.
Este fue el comienzo del debate. La agrupación clasista Desde las Bases que impulsa el PTS planteamos que ambas posturas se bajen a la base, a todos los compañeros y compañeras, para tomar posición frente a este problema de enorme importancia para nuestro futuro inmediato y el de millones de usuarios.


Roggio: ayer y hoy

Los Roggio llevan décadas haciendo negocios con el Estado. Luego de alentar el golpe militar como parte de la Cámara Argentina de la Construcción, entre 1976 y 1983 construyeron ATC, la Central Térmica de Tucumán, los Tribunales y la Central de Policía de Córdoba el estadio mundialista Chateaux Carreras y empezaron a recoger la basura gracias a su relación con el intendente Cacciatore. Ganaron en esa época 1.000 millones de dólares, y luego se beneficiaron con las maniobras del Banco Central a favor de los deudores privados.

En los 80 los Roggio fueron parte de los “capitanes de la industria”, que se repartieron buena parte de las obras del Estado.
Pero la fiesta vino con el menemismo. En licitaciones truchas se quedaron con el servicio de subtes (Metrovías), trenes (FF.CC. Urquiza), los peajes de varias rutas (Covisur, Coviares y Puentes del Litoral), más servicios de recolección de residuos (Cliba) y la construcción de diversas obras públicas.

El 1 de enero de 1994 el Grupo se hizo cargo del servicio de subtes. En poco tiempo de los 3.500 trabajadores quedaron la mitad. Las empresas tercerizadas le permitieron empeorar las condiciones de trabajo y desviar parte de sus ingresos. Fue beneficiado con millonarios subsidios, y su plan de inversiones se solventó con recursos públicos.

Los Kirchner aseguraron que venían a “acabar con los negociados y la corrupción de los ‘90”. Pero el esquema se mantuvo prácticamente igual, e incluso se profundizó.

A pesar de dejar incompletas obras en autopistas y deber millones en deudas e impuestos, el gobierno le permitió seguir explotando los peajes.
Y los negociados más grandes siguieron con los trenes. Hoy Metrovías opera el subte, parte del Belgrano Cargas, y a través de la UGOFE tiene a su cargo –junto a otras empresas– la prestación de los servicios de las líneas San Martín, Gral. Roca y Belgrano Sur. Por todos recibe subsidios.
Montó un imperio con la dictadura. Después hizo negocios con Alfonsín, Menem y Duhalde. Hoy con los Kirchner, los Roggio y la patria contratista siguen de fiesta.

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