logo PTS

EDITORIAL

"Soberanía" para las grandes multinacionales

No habían terminado de anunciar el proyecto de expropiación de una parte de las acciones de YPF-Repsol, cuando los interventores, Julio De Vido y Axel Kicillof, se reunían con representantes de las multinacionales, entre ellas las norteamericanas Chevron y Exxon Mobil o la francesa Total, para ofrecerles negocios con la “nueva” YPF.

Ruth Werner

26 de abril 2012

"Soberanía" para las grandes multinacionales

No habían terminado de anunciar el proyecto de expropiación de una parte de las acciones de YPF-Repsol, cuando los interventores, Julio De Vido y Axel Kicillof, se reunían con representantes de las multinacionales, entre ellas las norteamericanas Chevron y Exxon Mobil o la francesa Total, para ofrecerles negocios con la “nueva” YPF. Si miramos el carácter de los acuerdos de este Estado en otras ramas de la economía, como la minería o el transporte e incluso en la producción petrolera, con las otras empresas, se entiende el entusiasmo de estas multinacionales por sumarse al negocio.

Luego del berrinche diplomático inicial, el gobierno español y Repsol bajaron su “beligerancia” y se concentraron en exigir una indemnización “justa”. Es que el Estado Español responde al conjunto de su clase empresaria, que mantiene grandes inversiones en Argentina, en bancos y privatizadas no menos saqueadoras que Repsol, y pretende sostener sus negocios como primer inversor extranjero en el país, con activos por cerca de 24 mil millones de dólares (El Mundo 18/4). Pero además, con las ganancias millonarias remitidas por Repsol y con lo que el gobierno está dispuesto a pagar, hasta una “mínima” propuesta sería un negocio redondo para la multinacional.

La expropiación parcial de YPF y el ciclo kirchnerista

La oposición mediática afirma, desde su “tribuna de doctrina” (La Nación), que la medida es una “confiscación” y con ello la embellece “por izquierda”. Sin quererlo hace un aporte al relato de “epopeya nacionalista” K. La mayoría de la oposición se subordina votando la Ley de expropiación de CFK. Por su parte, los defensores del kirchnerismo presentan el retroceso del gobierno español como una “capitulación”; y como un triunfo, la escasa reacción contra la medida de otras potencias u organismos imperialistas (FMI, G20), o incluso el aval implícito de EE.UU. Una confesión del carácter de la expropiación cristinista, que no ofende a casi ningún gobierno imperialista, que luego de hacer sus quejas de rigor, pasan a negociar la entrada “carroñera” de sus empresas, con la confianza de tener garantizado un nuevo saqueo. Salvo que se crea que los Estados imperialistas dejaron de ser defensores acérrimos de sus multinacionales y que sus monopolios se convirtieron en emprendimientos solidarios y “sensibles” al relato “Nac&Pop”.
El gobierno logra revertir parcialmente la pérdida de hegemonía (ver LVO N°466) que las crisis por la sucesión le venían generando, combinadas con la emergencia de los graves problemas estructurales y los límites del “proyecto”. Pero si la capacidad hegemónica no puede reducirse a la economía, tampoco sólo al discurso político. El gran dirigente de la Revolución Rusa, Lenin, definió que “la política es economía concentrada”, por lo tanto, el consenso que incluye necesariamente toda política hegemónica, debe contener una base material que dé respuesta a las expectativas de la población trabajadora respecto a sus necesidades.

La medida que cambió el escenario político y le permitió al gobierno retomar la agenda y fortalecer a su “ala izquierda”, cosecha adhesión por las justas aspiraciones de terminar con el robo a nuestros recursos. Pero los primeros pasos del gobierno transparentaron sus verdaderos objetivos que chocarán, a mediano o corto plazo, con las ilusiones puestas en esta expropiación.
A dos meses de la Masacre de Once, mientras los peritos oficiales y la justicia pretenden inculpar al maquinista por el desastre, los delegados y las víctimas, denuncian que las condiciones en las que se viaja, son las mismas que cuando se produjo ese crimen social. Las enormes carencias que demostró el temporal continúan para miles de familias trabajadoras (falta de cloacas, gas o conexiones eléctricas deplorables). Los trabajadores sostienen su pelea por las paritarias contra el techo propuesto por el gobierno y las empresas.
La falta de inversión no es un problema exclusivo de Repsol, sino una política de toda la clase capitalista que aprovechó, bajo el ciclo kirchnerista, las ventajas de la devaluación, un saqueo al salario obrero. Y cuando las industrias llegan, como ahora, a la utilización máxima de la capacidad instalada, sin inversiones acordes al crecimiento de la economía, la salida patronal es exigir techos salariales y aumento de productividad para mantener la “competitividad”, es decir, sostener las ganancias como prioridad, combinando esto con una inflación persistente.

La respuesta que el gobierno denominó “sintonía fina” continúa, pese a que congelaron el aumento paulatino de tarifas luego de la tragedia de Once. El uso de las reservas del Banco Central o la expropiación de las acciones de YPF pueden actuar como paliativo para evitar, coyunturalmente, la sangría de las finanzas públicas que van a subsidios de las empresas o a pagar la importación de energía, pero no detiene la tendencia del ciclo descendente de la economía, en el marco de la crisis mundial. Aunque a la vez, el gobierno ya comenzó a discutir posibles aumentos de precio; “Las conversaciones sobre un mejor precio para el gas ya se habrían planteado en la reunión que mantuvo la semana anterior De Vido con autoridades de la petrolera Total, la principal productora de gas del país” (Página 12, 25/4).

En el trasfondo del debate nacional que abrió la medida, el gobierno mantiene su “agenda”, donde parece que el “modelo” ya terminó su “redistribución” y no alcanzó para aquellos que trabajan en negro o en empleos precarios, que viajan como animales (o peor) y no tienen viviendas o servicios esenciales.

El acto de Cristina y la burocracia sindical

Cristina se prepara para un acto en Vélez donde montará un “espectáculo” con discursos desbordantes de “soberanía”.

Además del ex “izquierda independiente”, Axel Kicillof, junto a CFK estará el ex–menemista Daniel Scioli, que maneja la “Bonaerense” y sus mafias. También estará el metalúrgico Antonio Caló, el predilecto de la Presidenta para remplazar a Moyano al frente de la CGT. Por su parte, este último acaba de desistir de competir con el acto gubernamental y redujo su acto, a uno sólo de camioneros. Sus intereses giran en el mundo de la “interna” del peronismo. Poco y nada tiene para ofrecer a los trabajadores este 1° de Mayo.

1° de Mayo con el Frente de Izquierda

Se cumplen 125 años de que el gobierno, la justicia y el empresariado norteamericano dieran la orden para ejecutar a los mártires de Chicago. Los capitalistas buscaron dar un castigo ejemplar, pero esos obreros se convirtieron en bandera. Por eso, en el día internacional de los trabajadores, el Frente de Izquierda marcha a Plaza de Mayo para realizar un acto obrero e internacionalista.

Desde nuestro palco se alzarán voces de apoyo a los luchadores que en el Estado Español son perseguidos por el derechista Rajoy. La burguesía española y sus políticos defienden, con prepotencia colonial, el saqueo de Repsol. Los trabajadores argentinos no podemos menos que sentirnos hermanados con la gran huelga que el 29 M sacudió al Estado Español. Son la avanzada de la resistencia a los planes de ajuste que recorre Europa y otros lugares del mundo donde la crisis capitalista mundial golpea de lleno.
Tras la expropiación, Cristina en un discurso les dijo a los piqueteros que “busquen otra forma de reclamo” porque con “la recuperación de YPF hemos terminado de pagar la historia”. Lejos de “pagar la historia” lo que van a pagar es una indemnización a los saqueadores, cuando no debería dársele un centavo a quienes expoliaron nuestros recursos. ¿Volverán a trabajar los miles que quedaron sin trabajo con la privatización, pasarán a planta los que fueron empleados por las contratistas petroleras y trabajan sin derechos sindicales, sin ninguna conquista? ¿Se va a poner en marcha un plan hidrocarburífero, como parte de un plan para desarrollar cloacas, viviendas e industrializar el país? Ninguna de estas medidas será tomada por un gobierno burgués, como el que hoy está en la Rosada.

Este 1° de Mayo vamos de nuevo a Plaza de Mayo y a los actos que el Frente realizará en distintas ciudades del país. En la Plaza, los dirigentes obreros del FIT serán los oradores centrales. Como “Poke” Hermosilla de Kraft, que enfrenta a la multinacional yanqui y encabeza la Lista Bordó en la Alimentación contra el traidor de Daer, en una batalla clave para el movimiento obrero. Y Raúl Godoy, dirigente de Zanón bajo gestión obrera y del Sindicato Ceramista, que ha vuelto a trabajar a la línea y ha sido electo diputado neuquino por el FIT.

Este 1° de Mayo vamos a plantar bandera de que sólo un gobierno de los trabajadores, de la clase más creativa de la historia, es el único capaz, de imponer un programa y una salida independiente del imperialismo.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: