-Desde el viernes 30 hay paro total.

– Sí. Y va a seguir en la medida que no nos paguen. El miércoles le pedimos a la empresa que deposite algo de lo que deben, y nos dijeron que no pueden pagar nada. En la asamblea que se hizo después resolvimos seguir el paro y, si los jefes pretenden actualizar la web, que lo hagan sólo a condición de que nos den un espacio para difundir nuestra la posición a través del sitio. Es difícil que acepten, pero serviría para expresarnos a través del propio diario.

-¿Cómo está el ánimo de los trabajadores?

– Las asambleas son masivas y estamos movilizados. Armamos comisiones, algunos van a volantear a calle Florida, otros mantienen el blog* y otros organizan las actividades. La actitud de la empresa pudre mucho a los compañeros y eso nos moviliza. Fuimos a la puerta de la entrega de los Martín Fierro y logramos al menos que Majul y Aliverti hablen del conflicto.

-¿Qué actitud tiene el gobierno?

– Ninguna. El Ministerio de Trabajo se coloca como “mediador”, pero ningún otro funcionario apareció. El Ministerio llama a audiencias, insta a la empresa a pagar y nada más. La próxima es el viernes 14. Veremos qué pasa, ya que el miércoles 12 se reúnen los accionistas para ver qué van a hacer con el diario.

-¿Qué alternativas se manejan?

– Posiblemente los accionistas, Mata y Figueiras, se presenten a convocatoria de acreedores y ahí busquen algún comprador. Circulan muchas versiones. Mata dice que esto es una jugada del gobierno para que algún empresario amigo se quede con el diario. Si fuera así, cabe preguntarse por qué no paga los sueldos y listo, si el conflicto lo empezó él. Hoy lo que tenemos es incertidumbre.

-¿La UTPBA sigue sin aparecer?

– Sí, ni noticias.

-¿Cómo sigue la lucha?

– De no cambiar de actitud la empresa, el paro va a seguir. Esperaremos a ver qué pasa el 12 en la reunión de los accionistas.

Es muy importante el acto del próximo viernes en la puerta del diario (Maipú 271, NdR), desde las 14:30, al que invitamos a todos a participar y solidarizarse con nosotros. A los trabajadores de prensa, a las comisiones internas y agrupaciones de prensa y a todas las organizaciones políticas, sociales y culturales que concurran y colaboren con el fondo de huelga. Y convocamos también a los lectores, que nos acompañaron durante los veintiséis meses de existencia del diario. Ahora les pedimos que se pronuncien por su continuidad. Seguimos firmes, resistiendo por nosotros y nuestras familias.

Entrevista: Daniel Satur

Todo el apoyo a los trabajadores

Las direcciones sindicales, sobre todo de UTPBA (CTA), deben acompañar las medidas que los trabajadores de Crítica deciden en asamblea, poniendo ya mismo todos los recursos materiales y legales necesarios para concretarlas.
Las comisiones internas y los delegados que los sindicatos tienen en diarios, radios y canales deben impulsar un gran fondo de huelga para Crítica, adoptando medidas concretas como retención de tareas y paros solidarios. Y exigiendo a su vez minutos de aire y centímetros de papel gratuitos para difundir este conflicto y las propias demandas que hay en cada medio. Los 200 compañeros de Crítica no pueden quedar solos. No se le puede permitir a la UTPBA que repita una vez más sus históricas traiciones.

El gobierno de Cristina les da la espalda a los compañeros de Crítica
La presidenta vocifera contra los “monopolios”, pero desde 2009 da millonarios subsidios, vía el programa REPRO, a Clarín y otros grupos. Por eso hay que exigirle al gobierno que garantice que se pague todo lo adeudado a los trabajadores, que no haya un solo despido como parte de ningún “ajuste” patronal y que se pase a planta permanente a todos los “colaboradores” del diario Crítica.

Si la empresa no cumple, hay que obligar a sus accionistas a responder con su patrimonio.

Y si así el conflicto no se resuelve, se debe garantizar la continuidad del diario expropiándolo y poniéndolo a funcionar bajo control de sus periodistas, gráficos y técnicos, los verdaderos interesados, junto a los lectores, de que este medio siga existiendo.

Canal 7, Radio Nacional y otros medios estatales deben abrir sus micrófonos a los trabajadores de Crítica (y de otros conflictos en curso) para que expresen libremente sus reclamos. Los medios estatales deben dejar de ser gubernamentales y pasar a ser verdaderamente “públicos”.

Si los trabajadores de Crítica triunfan habrán demostrado que derrotar a la patronal es también derrotar el doble discurso del gobierno y las maniobras de la cómplice burocracia sindical.