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MOVIMIENTO OBRERO

Se nos fue Valeriano López, el Vale

Valeriano Pedro López, el Vale, dejó de existir en la madrugada de hoy casi a las 3 de la madrugada en el Hospital Oscar Orías. Personaje entrañable, todos los que viven de su trabajo, cuando tienen la suerte de contar con uno, y muchos de los que ni siquiera gozan de ese derecho, conocieron su solidaridad y compañerismo.

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14 de marzo 2013

Valeriano Pedro López, el Vale, dejó de existir en la madrugada de hoy casi a las 3 de la madrugada en el Hospital Oscar Orías. Personaje entrañable, todos los que viven de su trabajo, cuando tienen la suerte de contar con uno, y muchos de los que ni siquiera gozan de ese derecho, conocieron su solidaridad y compañerismo. La vida del Vale fue dura y sacrificada, como la de todos los hombres y mujeres de la clase obrera ledesmense. A los pocos años de haber formado pareja perdió a su compañera con la que tuvo dos hijos. Ledesma, la empresa en la que trabajaba, le negó el derecho de tener el día libre para asistir al velorio. Una tarde cuando era joven al volver del trabajo en bicicleta, un accidente le arrebató la vida a su pequeña hija. Cayó en un canal de riego del ingenio. Siendo un luchador nunca pudo recuperarse de ese golpe. Como tantos en esta dolida tierra obrera buscó ahogar sus penas en el alcohol. Una larga batalla contra la bebida que poco a poco fue mellando su salud.

A la edad de 21 años entró a trabajar en la empresa Ledesma, allá por 1980. La firmeza de sus convicciones y su carácter intransigente le valieron la simpatía de sus compañeros de sección, donde se destacó como activista junto al delegado “Fiaca” Romero. En el año 88, cuando el sindicato azucarero era dirigido por Medina, el Vale paró la sección de fraccionado junto a los delegados del sector de mantenimiento y equipo automático. Este paro duró quince días y la empresa, acostumbrada a imponer su dictadura patronal para garantizar condiciones de superexplotación, se vio obligada a garantizar las mínimas condiciones de seguridad y a otorgar un plus por productividad, que hasta el día de hoy siguen percibiendo los obreros de estas secciones. Esa lucha victoriosa le costó caro al Vale y a muchos de sus compañeros, pues estas patronales negreras no están dispuestas a tolerar que los explotados levanten la cabeza. Despedido, sin trabajo, con sus hijos pequeños, nunca se amilanó y puso el pecho para salir adelante; nunca transó. Ni en los momentos más críticos vaciló en mantener sus principios. Frente a tantos que vendieron su “combatividad” por unos pesos, el Vale quiso demostrar y demostrarse que la dignidad no tiene precio. Por eso no dudó en apoyar la lucha de los trabajadores desocupados y los habitantes de las barriadas obreras y populares cuando en el 97 tomaron la ruta 34 para reclamar trabajo genuino, enfrentando la feroz represión de la maldita Gendarmería Nacional. Cuando por el 2011 comenzó un proceso de despertar obrero en la rama azucarera y surgió una lista alternativa y luchadora a la burocracia de Goitea que, durante doce años dirigió el sindicato al servicio de los intereses patronales, el Vale se jugó a convencer a los obreros más jóvenes de apoyar a la lista Gris que finalmente logró recuperar el sindicato para los trabajadores.

El Vale fue y seguirá siendo uno de los mejores hijos de nuestra clase, y un ejemplo de lucha y humildad aunque ya no esté entre nosotros.

PTS Jujuy, camaradas de su hijo MIguel

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