Posse terminó renunciando en medio de múltiples denuncias por su defensa de la última dictadura, por atacar a la juventud y, particularmente, hacia los docentes porteños. En pocos días logró el enorme repudio de un amplio arco político, social y cultural, que preanunciaba un 2010 conflictivo en la Ciudad, profundizando aún más la crisis del gobierno de Macri.

El gobierno PRO está en una crisis donde los escándalos, ya son moneda corriente. La UCEP, patota para estatal contra los indigentes, se llevó puesto al ministro de Espacios Públicos, Juan Pablo Piccardo. Las escuchas telefónicas de Ciro James a opositores y gremialistas, acabaron con dos jefes de la policía metropolitana, “Fino” Palacios y Chamorro, y con Mariano Narodowski.

Como sucesor de Posse fue nombrado Esteban Bullrich, de las huestes de López Murphy, quien fuera un fugaz ministro de Desarrollo Social del actual gobierno porteño y diputado nacional por el PRO. Su carta de presentación en la cámara de diputados fue la defensa de la asunción como diputado del genocida Luis Abelardo Patti. Mientras como legislador porteño, presentó una reforma educativa que implicaba, entre otras cuestiones, mayores ataques a los derechos laborales docentes, y que fue criticada por el mismísimo Narodowski, el renunciado Ministro de Educación, antecesor de Posse.

Al mismo tiempo que renunciaba Posse, Macri presentaba en público la nueva Policía Metropolitana, demostrando que intentará seguir con su política reaccionaria y represiva contra los trabajadores y el pueblo pobre. Allí estuvieron presentes las autoridades de la Federal, y su Jefe Valleca. Esta presencia de la Federal es expresión de un verdadero pacto entre el Gobierno nacional y el macrismo, que se constata con las votaciones en la legislatura a las principales políticas que impulsa el PRO, como la creación de la Metropolitana, la votación de los dos últimos presupuestos porteños, entre otras. Por eso sólo denuncian y critican lo más burdo de las medidas macristas, a lo sumo impulsando petitorios, sólo para debilitar las pretenciones presidenciales de Macri, y pelear por su base social, esperando el 2011. Desde la oposición, tanto la CC de Carrió, como la centroizquierda siguen la misma política de denuncia sin convocar a ninguna acción seria.

En definitiva, este nuevo cambio de ministro deja en claro que el problema no es tal o cual funcionario, si no el gobierno entero de Macri y el PRO. Un gobierno al servicio de las ganancias de las multinacionales contratistas, inmobiliarias y constructoras, y a costa de la profundización de las penurias de cientos de miles de trabajadores sin techo, hacinados en las villas y asentamientos.

Distintas organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, de DDHH, etc, vienen realizando movilizaciones y acciones contra la política del macrismo y su avance represivo. Pero debemos ir por más. La crisis de este gobierno puede implicar la caída del propio Macri.

Para esto, los sindicatos docentes tienen que ponerse a la cabeza de organizar la bronca que fluye, anticipando un año conflictivo. Y para superar la dispersión hay que unir a todos los sectores que repudian el gobierno de Macri. Por eso es necesario que la CTA Capital convoque a un Congreso de delegados de base de todos sus sindicatos, abierto a todas las organizaciones sociales, estudiantiles, de derechos humanos y políticas de la ciudad. Debemos lograr la más amplia unidad desde las bases para impulsar una gran lucha por la destitución de Mauricio Macri y de todo su gobierno.

PTS CAPITAL

23-12-09