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Sazonando sapos

Horacio González, intelectual de Carta Abierta, luego de los sucesos del Indoamericano, llamó a sus pares progres K más “pragmáticos”, que abiertamente defendían el uso de la fuerza como prerrogativa del Estado, a adoptar “el punto de vista de los oprimidos” como base ética sobre la cual el Estado pudiera luego pensar sus políticas; se trataba de una cobertura por izquierda para inmunizar las críticas que pudieran surgir frente el giro a derecha de Cristina .

Ariane Diaz

30 de diciembre 2010

Sazonando sapos

Horacio González, intelectual de Carta Abierta, luego de los sucesos del Indoamericano, llamó a sus pares progres K más “pragmáticos”, que abiertamente defendían el uso de la fuerza como prerrogativa del Estado, a adoptar “el punto de vista de los oprimidos” como base ética sobre la cual el Estado pudiera luego pensar sus políticas; se trataba de una cobertura por izquierda para inmunizar las críticas que pudieran surgir frente el giro a derecha de Cristina [1]. Pero hoy que este giro se profundiza persiguiendo a la izquierda y judicializando la protesta social, González parece acompañarlo adobando más sapos, sin tanto prurito aunque con muchas citas.

Hechos: la patota de la burocracia sindical que participa en los actos del gobierno y en los negocios de la UGOFE , con ayuda de la zona liberada provista por la PFA, asesina a Mariano Ferreyra por apoyar un corte de vía de los tercerizados; la patota de los terratenientes, con ayuda de la policía formoseña y el gobernador kirchnerista Insfrán, asesina a dos miembros de la comunidad qom; las patotas conjuntas de la PFA y la Metropolitana asesinan a dos ocupantes del Indoamericano y dejan vía libre para que patotas “no oficiales” continúen su labor mientras Hannibal y Macri acuerdan cómo desalojar sin más “escándalos”, sin dar viviendas pero sí con amenazas a futuro para quien ose reclamarlas.

Para hacer “tragables” todos esos sapos, en todos los cuales el gobierno está directamente implicado pero curiosamente presenta como “armados” en su contra, se crea el flamante Ministerio de Seguridad, donde Garré, la nueva ma˜ître, con el nuevo cocinero, Horacio Verbitsky, prepara los menjunjes de suculentos sapos con promesas de reformas policiales con control civil, no represión de la protesta social, políticas estatales para tratar los problemas sociales pendientes, etc., y que la progresía K se muestra dispuesta a tragar y reproducir.

Claro que cuanto más podrida la carne que venden, más necesario es sazonarla para que pase. Y para eso cuentan con los inestimables servicios de un tocayo del cocinero pero de apellido González, quien nos deleita en la edición del 27/12/2010 de Página/12 con un nuevo plato, “La razón de los golpistas”. Esto es, después de que la patota ministerial-judicial meta en cana a dos miembros del PO y se declare en busca de otros militantes acusados de extorsión por cortar las vías, con el argumento de que tal acción fue el detonante para una maniobra de desestabilización apadrinada por Duhalde. El mismo día, la persecución continuará con nuevos implicados señalados por la Ministra en conferencia de prensa, entre ellos, una compañera del PTS y miembro de la Lista Bordó del Roca, a la que se le adjudica haber participado en los hechos a pesar de encontrarse con licencia médica hace varios meses.

El estilo de González es siempre más componedor y erudito que el de sus jefes. Adoba el sapo reconociendo los méritos teóricos de Trotsky y Rosa Luxemburgo (aunque no dice nada de la campaña de Hannibal Fernández y demás ministros contra los trotskistas) y pone un toque de pimienta criticando a sus pares por las defensas a su gusto “demasiado pragmáticas” de muchos seguidores K que pretenden que los sectores progres se coman los sapos tal como salen de la cocina sin chistar: “no implica buena defensa de ellos el decir que ‘hay que tragar un sapo todos los días’. […] se hace incómodo verlos defendidos por pragmatistas asimismo anacrónicos, sobrevivientes de viejas épocas”.

Pero los aderezos apenas agregan más cinismo a los recientes argumentos de la nueva Carta Abierta: la defensa del gobierno, en posesión del Estado pero no del poder, y una mini teoría de los dos demonios según la cual al Estado no le queda otra que “actuar” frente a la violencia de una derecha duhaldista y una izquierda trotskista “funcional” que formarían parte de una razón golpista que se prepara para “dejar sin pellejo” a las instituciones antes “de voltearlas”.

La estrategia de González es desdibujar las brutalidades de sus ministros para reafirmarlas luego. Así, “la razón golpista” no sería una relación explícita entre Duhalde y el PO poniendo fecha a la caída del gobierno, sino una “semiología” estructurada “como un lenguaje interno de la época”, azuzada por los medios corporativos, donde reside el poder con que combate el gobierno. Los gobiernos nac & pop serían entonces esas “frágiles” estructuras cuyas “reformas” son resistidas por la derecha e “incomprendidas” por la izquierda, algo que como señala no es nuevo pero estaría agravado por la razón mediática corporativa: “Los medios de comunicación que operan con escenas primordiales de miedo y esperanza crean disciplinas de masivas, el ‘theatrum mundi’ de la palabra popular desnuda, hablando de espasmos o catástrofes. […] En estos lenguajes se nutre ahora la razón golpista”.

En ese sentido, y adelantándose tanto a que seguramente ningún duhaldista será implicado concretamente, como a que caerá por falta de sustento el mamarracho construido por Garré, Timerman y Hannibal contra los trotskistas, “todos” son golpistas en sentido general aunque depende el caso no querrán o no podrán encontrarse pruebas concretas para ninguno. Por qué mientras hubo militantes trotskistas presos y más procesamientos por el corte de vías y nadie por los disturbios en Constitución, son secretos que el chef y sus pinches se guardan para sí.

Tampoco merece análisis que varios ministros y la propia Garré hayan justificado perseguir a la izquierda haciendo campaña en los medios y apoyándose justamente en las imágenes de “la corpo” y un detenido que respondería a Barrionuevo, que por misterios de la razón mediática permitirían “demostrar” que habría implicados del PO que estaban a la vez en las vías y en la estación así como nuestra compañera (¿será porque fue candidata en la lista contra Pedraza y por ello tuvo litigios con los dirigentes de la UF?).

Ante esa amenaza de “antesalas neogolpistas de derrumbe y desgaste a gobiernos democrático-sociales”, el gobierno debe proteger la “razón democrática” como “los peces deben defender el agua”; entiéndase: a como dé lugar y desesperadamente, porque de ello dependería su vida. En suma, González hace una defensa de lo actuado; la “urgencia” de “quedarse sin agua” es la que justificaría el mamarracho.

¿Y qué es lo actuado? Que por los disturbios en Constitución no hay más que especulaciones, pero mientras Pedraza sigue impune por la muerte de Mariano (recién ahora fue llamado a declarar), sí hubo dos presos del PO y más órdenes de captura para quienes están relacionados con la lucha de los sectores tercerizados que este modelo necesita, como dijo Tomada, y que en el caso de los del ferrocarril, son mano de obra barata para los negocios de la patota sindical y los funcionarios que manejan la UGOFE.

Es decir que el nuevo plato “Garré de gendarme acompañado de solícitos jueces”, establece como nuevo modelo “de seguridad” que la represión de la protesta social se haga con fuerzas militarizadas como la gendarmería, y una “policía modelo” aunque aún un poco lenta, que use “lo menos posible” balas de plomo (ya que el back up porta armas de fuego), y más con palos, gases, golpes y como (no tan) nuevo ingrediente, la judicialización. Modelo que demuestra que es este gobierno, haciendo uso de los poderes del Estado, el que constituye un verdadero “complot” contra los trabajadores y sectores populares que reclaman por lo que este “modelo de crecimiento” durante 8 años les ha negado, con el apoyo de toda la oposición burguesa que dice combatir, para mantener la precarización que está en la base de las super-ganancias empresarias, defender a los “dueños de la tierra” y el “modelo sojero”, la especulación inmobiliaria y la propiedad privada.

Para quien se reclama de izquierda, la cuestión de principios es no reconocer ningún derecho al Estado que mantiene más de 4000 procesados por luchar, y al gobierno que en menos de dos meses dejó seis muertos en movilizaciones populares, a investigar a las organizaciones de los trabajadores y de la izquierda; y defender a cualquier organización de lucha que intente ser criminalizada por participar en ellas, más allá de las diferencias políticas y metodológicas que podamos tener.

En cambio, el nuevo restaurant montado por Cristina, que González gustaría presentar como “comedor popular” en su retórica nac & pop, se parece más a un “bistró” de Puerto Madero a gusto de los que, como versión alternativa a los exabruptos macristas, piden “presencia estatal” que pueda controlar las tendencias a la acción directa de las masas para poder seguir disfrutando el modelo de distribución de la pobreza entre cada vez más para disfrute de cada vez menos. A eso son funcionales (y funcionarios) los intelectuales progresistas K que con retórica, citas bibliográficas y una base de cinismo desbocado, adoban los sapos que el gobierno K nos viene cocinando en los últimos meses y prepara para los próximos.

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