Impactados por el pedido del Presidente Néstor Kirchner de llevar el salario mínimo a 450 pesos, como anticipó ayer Clarín, los delegados empresarios ante el Consejo del Salario Mínimo adelantaron que podrían aceptar esa cifra. Pero inmediatamente agregaron: siempre que el Gobierno otorgue un subsidio a las pequeñas y medianas empresas que no puedan afrontarlo o que les permita deducir de impuestos el incremento salarial.
Hasta ayer los empresarios estaban dispuestos a llevar el mínimo a 400 pesos, con la posibilidad de estirarse hasta 424 pesos. Pero las palabras presidenciales los obligó a rediscutir el punto.
Por eso hoy, a las 15 horas, los 16 representantes empresarios ante el Consejo del Salario Mínimo se reunirán en la Bolsa de Comercio. Y el objetivo es concurrir el jueves a la reunión del Consejo que debe fijar el nuevo salario mínimo con una posición unificada, sin fisuras.
"Me sorprende que haya este tipo de pronunciamientos oficiales cuando el Consejo del Salario Mínimo está discutiendo el tema", le dijo a este diario el representante de la Unión Industrial, Daniel Funes de Rioja con relación a las declaraciones presidenciales. Y agregó: " A las pymes del interior del país, a ciertas actividades que emplean mano de obra de baja calificación o en empleos de jóvenes se les hace muy difícil pagar un mínimo de 450 pesos, salvo que el Gobierno esté pensando en implementar una política de compensaciones".
En la misma dirección se expresó el titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, al señalar que fijar los 450 pesos "está complicado para algunos sectores de la industria, como por ejemplo los ligados al mercado interno, y particularmente al rubro servicios". Osvaldo Cornide, de CAME (mercantil) propone que, en esos casos, se permita tomar el incremento salarial a cuenta del pago de impuestos (como crédito fiscal).
Además, por razones de competitividad con Brasil, los empresarios miden qué salario se pagan allá. "Hay que considerar el valor del salario mínimo también en función de la integración regional", dice Funes de Rioja mirando los 260 reales (267 pesos) que abonan sus pares brasileños 
En cambio, la CGT hace otra cuenta y pide un aumento escalonado para llegar a 730 pesos (ver más información en pág. 4). Los representantes sindicales todavía no quieren mostrar del todo sus cartas. Pero el abogado de la CGT, Héctor Recalde, calificó de "buenísima" la posición presidencial "porque levantó el techo y lo convirtió en piso". 
Los empresarios hacen otra cuenta: el impacto que podría tener sobre ciertas actividades si el salario mínimo se establece en 450 pesos. Lo que más les preocupa es que las categorías más bajas de ciertos convenios —como construcción— podrían quedar por debajo del nuevo mínimo. 
Y en ese caso deberían adecuarse. Además, en todos los casos, "los 450 pesos actuarían como un elemento de presión de los sindicatos para actualizar las escalas salariales de todos los convenios", admiten.
El presidente del Consejo, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, está convencido que, por encima de las diferencias, el nuevo salario mínimo saldrá por consenso. 
Tomada señala que "la idea es que, más allá de la cifra definitiva, ningún trabajador del sector privado y del Estado nacional gane menos del mínimo". El ministro incluye en esa definición a los trabajadores no registrados que, en una alta proporción, gana menos de 450 pesos. Lo cierto es el nuevo escalón del mínimo también podría presionar sobre los sueldos de los empleados públicos provinciales y municipales.