¿Qué significa esto de recuperar una comisión interna?
Fue todo un proceso que tuvimos que hacer todos los trabajadores. Surgió por una cuestión de necesidad porque cada vez que llegábamos a fin de año nos topábamos con despidos, en otros casos nos íbamos suspendidos, permanentemente perdíamos derechos, no podías opinar distinto. Pero no sólo enfrentábamos el autoritarismo de la patronal sino que el enemigo número uno era la gente del sindicato y de la vieja comisión interna, ellos mismos hacían las listas negras para que a fin de año despidan a los compañeros. El sindicato y la patronal trabajaban de forma conjunta, te apretaban como una tenaza.
Ante esta situación empezamos a juntarnos afuera de la fábrica, medio clandestino, porque sabíamos que si esta gente se enteraba, los próximos éramos nosotros.
Así fue que con la convicción y los principios de querer ponernos a disposición de la lucha, nos presentamos como posibles candidatos y lo único que le dijimos a la base es que nosotros queremos ser dirigentes, tomar la posta, parar este atropello de parte de la patronal y lo queremos hacer mediante la participación de todos y para eso hay un mecanismo: que la base decida y que la asamblea sea la que marque el paso. Eso empezó a generar simpatía entre todos los trabajadores de base y sobre todo que no queríamos ser ninguno dirigente rentado y si alguno de nosotros se quería ir que primero renuncie al cargo de delegado. Esto digamos que fue un quiebre para todos los trabajadores y empezamos a ganar confianza y así fue como pudimos ganar a la comisión interna.
Después vino el otro paso importante. Se empezó a hacer un control obrero parcial de la producción de la fábrica. La comisión interna empezó a debatir junto con los compañeros de distintos sectores y a hacer números porque cada vez que se hacía un reclamo, la patronal decía que no había plata, que había que reestructurar. Entonces en la línea esmalte, en los hornos, empezamos a hacer números, a ver cuánto producíamos, cuánto pagaba la fábrica de luz, de gas, de sueldo y ahí quedó claro que nos estaban robando, que nos superexplotaban y cuando vimos con mucha más claridad esto y en las asambleas nos dimos este debate, nos hizo un clic en la cabeza y nos posicionó de manera diferente. Ese trabajo que se hizo desde la interna, basado en las asambleas fue el puntapié inicial de un control obrero parcial y que nos trajo hasta acá, hasta tener la fábrica gestionada por sus trabajadores.

Hubo un debate alrededor de San Vicente de cómo le van a dar a los sindicatos la organización y la seguridad del último responso del General Perón. Decían: “lo tiene que tomar la policía”. Sin embargo ustedes hicieron recitales multitudinarios y no ha pasado nada, no hubo un solo policía…
Lo que pasa es que hay una diferencia enorme entre un sindicato clasista y combativo que entiende que es necesaria la solidaridad, la lucha con el resto de los otros sectores, que busca la coordinación y que se ha puesto a la cabeza de la necesidad de los trabajadores. Hay otros sindicatos que sólo piensan en sus intereses personales, que son funcionales a los gobiernos patronales y a esa gente no se le puede dar ningún tipo de responsabilidad porque ya sabemos donde termina. Pero en el caso de Zanon, que tiene claro lo del clasismo, la solidaridad de clase, las cosas se pueden hacer diferentes. Pero eso no se construye del día a la noche, es una lucha permanente. Si nosotros mantenemos nuestros métodos de trabajo, que se respete el mandato de asamblea, creemos que hay mucho camino por delante. Y sobre todo volcar esa experiencia para que la tomen otros trabajadores porque realmente el problema que enfrentamos es la burocracia sindical, el dique de contención que no nos permite avanzar.

Ustedes plasmaron su experiencia en nuevos estatutos. ¿Qué destacás vos de ellos?
Cuando nosotros peleamos por la comisión interna y por recuperar el sindicato contra la burocracia de los hermanos Montes, nos costó muchísimo porque había un estatuto del que esta gente se agarraba para atornillarse en el sillón. Entonces nosotros decíamos: “cuando recuperemos la interna y el sindicato, vamos a tener que hacer muchísimas modificaciones”. Lo importante fue plasmar en ese estatuto lo que hacemos todos los días, porque podés tener el mejor estatuto pero si no sos consecuente con la lucha no te sirve de nada. Todo lo que hacemos de buscar la coordinación, tener solidaridad de clase con los que están en lucha, la unidad entre desocupados y ocupados, que los dirigentes no seamos rentados, que el mandato en vez de cuatro años lo achiquemos a tres, que la representación de las minorías esté manifestada en las direcciones, la representación en las listas de las compañeras. Un montón de cambios que hicimos para mejorar nuestro funcionamiento y en función de que esté quien esté, no se burocratice nadie. Ese es el objetivo central que tiene la democracia directa y el mandato de las asambleas. Esos fueron los grandes cambios, a grandes rasgos, que son la esencia de este sindicato.

_______________
La democracia obrera de los ceramistas

Los mandatos de los dirigentes se pueden revocar por asamblea y la asamblea es el órgano soberano: si no cumplen se reemplazan por otros compañeros. En la asamblea hay libertad para todas las opiniones y tendencias que no defiendan a los empresarios. Para las elecciones de comisión directiva rige el método de la proporcionalidad, no como ahora en todos los sindicatos, incluidos los que se dicen combativos como FOETRA Buenos Aires, en los que una lista de oposición puede superar el 20% de los votos de los trabajadores, (…) y no obtiene un solo miembro en la conducción. Los dirigentes ganan lo mismo que cualquier trabajador del gremio y trabajan, salvo que una asamblea general determine liberarlos para tomar tareas de tiempo completo, en cuyo caso no pueden estar más de un mandato sin trabajar. Sólo podrán ser reelectos una vez, luego deberán volver a la base. El mandato se acortó a tres años.

(Extraído del periódico impulsado por los ceramistas del SOECN, Nuestra Lucha Nro.22 - www.nuestralucha.org)

________________________
“Una sociedad sin explotadores ni explotados”

Fragmento del preámbulo del Estatuto Social del SOECN

El SOECN es un sindicato que tiene como principio y forma de trabajo la asamblea de trabajadores. Las asambleas de fábrica y del sindicato son la autoridad máxima que permiten el debate, la confrontación de ideas y opiniones y la resolución democrática de todas y cada una de las decisiones a tomar por los trabajadores. El SOECN es una organización sindical de lucha y defensa de los intereses económicos y sociales de los trabajadores/as ceramistas en la actual sociedad capitalista. En la sociedad hay cada vez más una reducida minoría que disfruta de todas las ventajas del desarrollo económico, social y tecnológico; mientras el resto está condenada a la sobreexplotación, la desocupación y los bajos ingresos. La sociedad se desarrolla en el contexto de la lucha de las clases sociales. Por eso el SOECN reconoce, se orienta y basa su práctica en la lucha de clases y bajo los principios del sindicalismo clasista, conservando su plena independencia del Estado y sus instituciones, del gobierno y todas las organizaciones patronales. El SOECN reconoce que la clase obrera no tiene fronteras. Somos hermanos de los trabajadores y los pueblos pobres y oprimidos de América Latina y el mundo. Luchamos contra la dominación de las potencias imperialistas que saquean al mundo con su secuela de hambres y guerras. La fraudulenta deuda externa o la intromisión del imperialismo en las principales fuentes de riqueza nacional, como es el caso del petróleo y el gas en nuestra región, consolida su dominio sobre los instrumentos y medios de producción, impidiendo el desarrollo nacional independiente y soberano. El SOECN libra una lucha consecuente por los legítimos intereses de la clase trabajadora y en alianza con los sectores populares buscando elevar la conciencia de clase de los trabajadores y lograr una sociedad sin explotadores ni explotados.