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NACIONAL

Respuesta a la “Carta a la Convención del PTS” enviada por el CE del PO el 2/6/13

La carta que nos enviaron, a pesar de recibirla en la noche del sábado (horas antes del comienzo de nuestra Convención), fue obviamente distribuida por nosotros y leída por los delegados y delegadas, dado que se refería a uno de los temas centrales para el que convocamos esta instancia de debate centralista-democrática de nuestro partido.

PTS

13 de junio 2013

Compañeros/as de la dirección del PO (con copia a Izquierda Socialista)

La carta que nos enviaron, a pesar de recibirla en la noche del sábado (horas antes del comienzo de nuestra Convención), fue obviamente distribuida por nosotros y leída por los delegados y delegadas, dado que se refería a uno de los temas centrales para el que convocamos esta instancia de debate centralista-democrática de nuestro partido.

El rechazo a los términos y consideraciones políticas expresados en la “Carta…” fue unánime en nuestra Convención, sobre todo por el evidente intento de parte de ustedes de encubrir con argumentos bizarros (usando esta palabra no por su raíz castellana de “valiente” sino en su sentido coloquial devenido de su significado en francés o inglés, como “raro” o “extravagante”) la negativa a nuestra propuesta coherente y realista de distribución de candidaturas del FIT en Capital y Provincia de Buenos Aires que hicimos en la primera carta (27/3).

Comenzando por las cuestiones más generales, tenemos que coincidir en que, efectivamente, en las posiciones y prácticas políticas de nuestros dos partidos en el último período “hubo dos estrategias”, como ustedes afirman. Pero la realidad no coincide con la descripción que ustedes hacen. Nos imputan una supuesta estrategia concentrada en la política “centrista” de “partido sin patrones” que nos llevó al inmovilismo político, mientras ustedes supuestamente tuvieron una estrategia justa de “unión del movimiento obrero con la izquierda revolucionaria” que en concreto significaba una campaña anticipada del FIT y su desarrollo como frente electoral (ya que rechazaron nuestro planteo de abrir un debate serio sobre la posibilidad de construir un partido revolucionario común), y cuya concreción fue… una serie de charlas, recorridas de los candidatos (comenzando por los lugares turísticos) y pegatinas de afiches desde hace algunos meses. Esto, según ustedes, fue lo que permitió que el FIT existiera como realidad política hoy.

Comencemos por señalar que, en la Conferencia Nacional de Trabajadores que convocó el PTS el 8 de julio del 2012 y desbordó el estadio cubierto de Ferro, votamos impulsar una campaña de agitación política en torno a las consignas: “Por sindicatos sin burócratas, por un partido de trabajadores sin patrones, para que la crisis la paguen los explotadores”. Así estuvo expresada en afiches, stikers, etc. El cambio que ustedes hacen cuando se refieren a esta campaña no es sutil: dicen “partido sin patrones”, quitando “de trabajadores” y “para que la crisis la paguen los explotadores”, porque si no tendrían que explicar la “estrategia centrista” del propio PO en setiembre del 2011. En ese mes, Jorge Altamira publicó varias notas en Prensa Obrera planteando la política de Partido de Trabajadores. No eran afirmaciones al pasar sino los títulos de las notas (por ejemplo “Por un partido de trabajadores”, 1/9/11, “El partido cristinista y un partido de trabajadores”, 8/9/11).

Allí Altamira planteaba: “la lucha por diputados obreros y socialistas no puede disociarse de la perspectiva política de conjunto que plantea una victoria en estos propósitos: es decir, una afluencia masiva hacia un partido obrero o de trabajadores que ponga fin a la subordinación política de la clase obrera de Argentina a la política de la burguesía, en especial por medio del aparato del peronismo. Esta nueva reivindicación política debe ser puesta a prueba en la campaña que se inicia mediante una activa discusión con los luchadores y las nuevas generaciones en charlas y conferencias, así como también mediante un reclutamiento activo para la campaña y para nuestras filas. Es lo que está desarrollando el Partido Obrero. La conexión entre la lucha por la conquista de diputados obreros y socialistas con la perspectiva de un gran partido de trabajadores supera los límites históricos del parlamentarismo y abre nuevos horizontes de lucha. Pero cuidado con vender la piel del oso antes de despellejarlo” (PO 1192). O “La posibilidad de que un avance del Frente de Izquierda deje planteada la convocatoria a un partido de trabajadores se inserta en una crisis y tentativas de reestructuración del conjunto del régimen político en Argentina” (PO 1193).

¿Por qué este planteo era “revolucionario” antes de octubre y se transformó en “centrista” en julio del año siguiente? ¿Porque el FIT no consiguió diputados (“cazar al oso”)? Recordemos que, en medio de estas dos fechas, se produjo un hecho cualitativo respecto a la relación de franjas de la clase obrera con el gobierno, como fue el paro de Camioneros y la marcha de Moyano a Plaza de Mayo (27/6/12), a propósito de la cual el título de tapa de PO fue “La clase obrera inicia una nueva etapa política” (PO 1228). El inicio del proceso de ruptura de franjas de la clase obrera con el peronismo kirchnerista en el gobierno para nosotros justificaba una agitación política tendiente a combatir los proyectos de colaboración de clases, articulando la independencia política de los trabajadores con un programa obrero y socialista (“por un partido de trabajadores sin patrones, para que la crisis la paguen los explotadores”) y la lucha por expulsar a la burocracia de los sindicatos (“por sindicatos sin burócratas”).

Pero aquí no termina la cosa. Para profundizar la tergiversación, dicen en la “Carta…” que este “proyecto” (primera falsedad ya se trataba de un plan de agitación política) “partía de la renuncia a una estrategia socialista”. ¡Nada más ni nada menos! Ni siquiera se toman el trabajo de citar alguna declaración o al menos una frase que sustente esta barbaridad. En las resoluciones votadas en la Conferencia de Ferro, publicadas en La Verdad Obrera, un punto del programa señala claramente: “imponer por vía revolucionaria el gobierno de los trabajadores, basado en organismos democráticos de autoorganización de las masas” (de paso, les recordamos a los dirigentes del PO que se opusieron, en el programa de FIT, a señalar que la conquista del gobierno de trabajadores sería “por vía revolucionaria” o ni siquiera “por la movilización” porque decían que en la campaña electoral ¡esto “asustaba” a los potenciales votantes!). También decíamos: “Instalar masivamente esas dos consignas aumentará la posibilidad de que la experiencia de la clase trabajadora con el peronismo, que aún se encuentra en sus inicios, cristalice cuando las condiciones lo permitan en un nuevo partido que tenga como ‘piso’ lo que llamamos ‘independencia política de la clase trabajadora’ o ‘independencia de clase’, y a partir de ella se articule un programa de demandas transicionales hacia el gobierno de los trabajadores. Las formas surgirán del proceso real. Lo que es urgente es instalar la idea y conquistar sectores de trabajadores dispuestos a llevarla adelante. Por esto, les proponemos a las organizaciones con las que integramos el Frente de Izquierda impulsar esta política, partiendo de la conquista común de los 660 mil votos de las elecciones” (LVO 484).

Por supuesto que la agitación “por un Partido de Trabajadores” abre las puertas a su concreción en el futuro, pero en ese momento no llamamos a los partidos del FIT a “disolverse” en un imaginario PT sino a hacer agitación política de la independencia de clase. De todos modos ¿qué hay de “centrista” en abrir (como una de las posibilidades) el camino de un PT, cuando sabemos que Trotsky lo planteó para países sin tradición de partidos obreros de masas, como los Estados Unidos en los ’30? ¿Cómo se puede descartar esta experiencia en América Latina donde todas las corrientes trotskistas de Brasil participaron en el proceso de surgimiento del PT, cediéndole a la dirección de Lula aunque esto no evitó que gran parte fueran expulsadas, pero cuya existencia hoy sería inexplicable sin aquel proceso? En la primera carta que nos enviara el PO (7/4/13), señalaban con desprecio el proceso boliviano diciendo que “por ahora terminó como una salida política de conciliación de clases”. Pero en Bolivia son los principales sindicatos de la COB (mineros, fabriles, etc.) los que están discutiendo la formación de un Partido de Trabajadores enfrentado de hecho (como se vio en la histórica huelga general de mayo) a Evo Morales, por más que la burocracia cobista quiera convertirlo en una organización electoralista, de conciliación de clases y lo menos opuesta posible al gobierno. ¡Pero es un proceso que, de concretarse, abre un debate político de masas entre los trabajadores de uno de los países más avanzados del continente, desde el punto de vista de la lucha de clases! Comprendemos que el PO no tenga organización hermana que esté luchando en Bolivia por poner en pie un partido revolucionario, interviniendo en el proceso político real que se está dando de lucha de clases y de formación de un PT, pero esto no puede llevar a semejante desprecio por la experiencia política de una clase obrera de enorme tradición.

En su primera carta nos decían que el PO proponía que el FIT se lanzara a “consumar la gran tarea de convertir a la clase obrera al socialismo”, mientras nosotros proponíamos algo demasiado básico como la independencia política de los trabajadores –articulado siempre a un programa transicional- con la idea de un PT. Pero entonces, ¿cómo califican el planteo de Altamira en setiembre del 2011? Proponía luchar “por un PT” pero “cazando primero al oso” (obteniendo diputados) en octubre. Si el FIT hubiera obtenido, por ejemplo, dos diputados (en Capital y Provincia de Buenos Aires) ¿no hubiera sido entonces un retroceso mayor en ese momento, con diputados “socialistas”, plantear construir un “PT”? Si en julio del 2012, luego de la ruptura de Moyano con el gobierno, agitar la idea de un PT para ustedes es una “estrategia centrista”, la política propuesta por Altamira luego de un eventual éxito del FIT, directamente “político” y “socialista”, ¡debiera ser calificada como directamente liquidacionista!

A estas contradicciones insalvables llevan los razonamientos puramente fraccionalistas de la dirección del PO.

Pero vayamos a los hechos, que son más fáciles de delimitar.

Nosotros afirmamos que si el FIT existe hoy es porque los partidos que lo componemos actuamos en varios de los principales eventos de la realidad política nacional en general, y del movimiento obrero en particular.

Un dato llamativamente “raro” de la “Carta…” es que no nombran ¡ni una vez! el principal hecho político que permitió que Altamira y otros referentes del PO tuvieran un importante protagonismo político: el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra. Nuestro partido y nuestra juventud, como ustedes saben, tomamos con todo esta campaña política que avanzó en desnudar la alianza criminal entre el estado, su policía, empresarios, el gobierno y la burocracia sindical. Los partidos que conformamos el FIT también fuimos protagonistas del triunfo en las 11 seccionales del SUTEBA de la lista Multicolor.

Junto a estos hechos, hubo otros (que ya señalamos en la primera carta) en los cuales referentes del FIT estuvieron en la primera fila: las denuncias de espionaje de la Gendarmería Nacional (Proyecto X), que dejó mal herida a la (ahora ex) Ministra de Seguridad Nilda Garré; la batalla por el ingreso a Plaza de Mayo el 24 de marzo, escrachando a la patota del “supersecretario” K Guillermo Moreno; la denuncia del operativo “lavaje” de Bergoglio y su vinculación al genocidio de la dictadura; el proyecto de ley para “que los diputados ganen lo mismo que una maestra” impulsado por el diputado del FIT en Neuquén Raúl Godoy en común con los dirigentes docentes de ATEN, dando legitimidad al reclamo salarial que luego se transformó en una durísima huelga; la lucha de los metalmecánicos de Volkswagen de Córdoba contra el fraude y los despidos, que fue una de las causas de la renuncia del Ministro de Trabajo Omar Dragún (dirigente del SMATA cordobés); el triunfo en la Comisión Interna de Coca Cola, la fábrica más grande de la CABA; todo esto sin nombrar decenas de otras luchas obreras, como la impresionante lucha de los obreros de Lear y su Comisión Interna combativa, primero contra el intento de sanciones del SMATA, luego parando el 20N contra la dirección del sindicato, y finalmente con la dura huelga que impuso un plus salarial y la reincorporación de los activistas despedidos, torciéndole el brazo a la multinacional yanqui y a la burocracia traidora del SMATA. (Dicho sea de paso, en las elecciones del Ferrocarril Roca -donde luchó y cayó asesinado Mariano Ferreyra- el PO fue responsable de la división de la oposición debilitando la batalla contra la burocracia pedracista, y pagó caro esto obteniendo un escaso 9,5% de los votos, frente a un casi 15% obtenido por la lista impulsada por el PTS, que ustedes habían propuesto ¡que se disolviera en la lista del PO!).

Además, en Neuquén fue un impacto el viaje de Raúl Godoy a Francia, España, Grecia y Alemania, por lo cual fue entrevistado por los medios locales y seguido por miles de simpatizantes del FIT.

En todas estas batallas (y la “estrategia” es la articulación de batallas para un determinado objetivo) el PTS tuvo un rol protagónico, y no fueron sólo importantes para avanzar en “la unión del movimiento obrero con la izquierda revolucionaria” sino que muchas fueron infinitamente más eficaces para lograr presencia en el escenario político (nacional o provincial) que los métodos tradicionales de hacer campañas electorales (charlas, volanteadas, pegatinas de afiches o recorridas de candidatos), sobre todo cuando los trabajadores y la juventud no se están preguntando “por quién votar” como en las campañas electorales. ¡No es poca cosa lograr afectar a ministros del gobierno nacional, y relacionar con ello a figuras del FIT como Myriam Bregman o Christian Castillo que serán candidatos en las próximas elecciones!

Si todo esto es “inmovilismo”, no nos queda más que decir ¡viva el inmovilismo!

Dicho sea de paso, no podemos dejar pasar la afirmación falsa de que la campaña electoral (y los votos) del 2011 fueron “gracias al PO” ¿No recuerdan que el eje de mayor impacto de la campaña de las PASO de ese año, la denuncia del intento de proscripción, fue lanzado por nuestro partido, en acuerdo con los compañeros de IS, contra la resistencia del PO que recién a último momento vio la efectividad de esa campaña, luego de afirmar previamente que “El énfasis en atravesar el 1,5% electoral es una autoconvocatoria a la marginalidad política, lo cual no interesa a nadie” (PO 1179)? ¿Qué hubiera sido de la campaña del 2011 sin ese hallazgo (recordemos que Proyecto Sur, además de sus debilidades “estructurales”, se negó a denunciar la proscripción y así se autoderrotó en las PASO)? ¿No recuerdan además que el PTS inició la campaña con el método novedoso de las proyecciones en fábricas, empresas, colegios y facultades? ¿No fueron acaso el PTS y la Marrón ceramista, con los dos referentes históricos de Zanon a la cabeza, la “novedad” y la vanguardia indiscutida de la campaña provincial en Neuquén que dio el primer triunfo electoral de ese año al FIT? ¿De qué “ultimatismo” hablan en Neuquén en torno al problema de las legalidades, si el PTS también la había perdido (como el PO) y el FIT se presentó con la de IS en el distrito? ¿No fue acaso nuestro partido el que tuvo que sostener casi sólo la campaña de octubre en Córdoba, ya que encabezábamos la lista y no pudimos hacer ni un spot con Liliana Olivero (la diputada electa), a pesar de lo cual obtuvimos el record histórico de 80.000 votos en esa provincia? En Santa Fe y Mendoza (3ª y 5ª distritos del país en cantidad de habitantes) los militantes del PTS garantizaron con su esfuerzo la legalidad en ambas provincias, que el PO no tuvo –teniendo las mismas condiciones que nuestro partido–, y gracias a ello el FIT pudo presentar candidatos a diputados nacionales (incluyendo compañeros del PO).

Volviendo a las cuestiones de estrategia, las campañas electorales deben ser la expresión del programa y la práctica política, sintetizadas en ese momento en agitación y organización. Pero si es al revés, si la agitación electoral guía la práctica política y subordina el programa, se trata de una estrategia electoralista. Y esto no es nuevo, ya lo vimos en el MAS de los años ’80, partido totalmente impotente para la lucha de clases que terminó estallando. Esa es la estrategia que ustedes están reeditando.

Respecto a la discusión de candidaturas, es extraño que insistan tanto en las bondades de la candidatura a senador en la CABA. Pero no exageren, porque si es por la importancia de los eventuales competidores, entonces debería ir Altamira, algo que nadie propone. A su vez, no viene al caso discutir el “símbolo de clase” que representa Pitrola, cuando la discusión tiene que ver con los principales referentes del FIT del 2011 (Altamira y Castillo), la relación entre el PO y el PTS en las candidaturas, y también los mejores compañeros y compañeras para lograr superar las votaciones anteriores. Nosotros hemos propuesto (y lo seguiremos haciendo) candidaturas obreras. Tenemos el orgullo de haber presentado a José Montes como el único dirigente obrero candidato a presidente en el ’99 y 2007 (en esa oportunidad con el Frente de Izquierda que ustedes se negaron a integrar); a Claudio Dellecarbonara, uno de los principales referentes públicos del Subte, como candidato en la CABA; a los principales dirigentes ceramistas (Alejandro López –compañero independiente- y Raúl Godoy) para encabezar la lista del FIT en Neuquén, que fueron secretarios generales del Sindicato Ceramista y luego volvieron a sus puestos de trabajo, y ahora vienen siendo ejemplares diputados obreros, mientras en otras elecciones se presentaron también otros candidatos ceramistas como Andrés Blanco, ex Secretario Adjunto del SOECN; al compañero Hernan Puddú, delegado metalmecánico perseguido por el SMATA e IVECO en Córdoba, como candidato a diputado nacional del FIT que obtuvo 80.000 votos; al delegado municipal de los recolectores de residuos de Jujuy, Alejandro Vilca; al delegado metalúrgico “Chiche” Hernández como candidato a vice-presidente en el ’99 y luego en Santa Fe; a dirigentes obreros del GBA como el delegado jabonero Franco Villalba en La Matanza, el delegado despedido de Kraft en la gran lucha del 2009 Oscar Coria en Pacheco, Leo Norniella y Catalina Balaguer, delegados de Pepsico Snacks, en San Martín, el referente ferroviario Flavio Bustillo en la zona Sur; y así tanto otros compañeros y compañeras. Pero nunca se nos ocurrió utilizar esas candidaturas como boicot encubierto a alguna fuerza política con la que pretendemos establecer un acuerdo, como hacen ustedes ahora con Néstor Pitrola. No vamos a entrar en una discusión sobre el “carácter de clase” de Altamira, Solano o los demás candidatos que propone el PO, porque partimos de caracterizar al FIT como un frente de organizaciones obreras y socialistas. Entendemos que PO por sus habituales alianzas políticas con corrientes de conciliación de clases (por ejemplo en la universidad, con el PCR o Marea Popular) no tenga esta costumbre.

Nuestra delegación presentó en la reunión del martes 4/6 la resolución concreta de nuestra Convención sobre candidaturas, rechazando los fundamentos políticos de la “Carta…” como aquí hemos expresado, tendiente a agotar todos los esfuerzos de un acuerdo que contemple una representación aceptable para todas las fuerzas que componemos el FIT, y si no hay acuerdo recurrir a las PASO para dirimir las candidaturas, sin dejar de denunciar su carácter proscriptivo.

En un caso o en el otro, nuestro compromiso es hacer todos los esfuerzos para desarrollar una campaña lo más unitaria posible en las PASO y, superando el "piso", en las Generales de octubre.

Comité Central del PTS

5/6/13

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