En el marco de una lucha que venimos librando desde hace tiempo los residentes (médicos, psicólogos, odontólogos, trabajadores sociales, y otras disciplinas) de la provincia de Buenos Aires, ayer llevamos a cabo una jornada de lucha con paro y movilización y corte de la bajada del puente Pueyrredón. Más de 200 compañeros de distintas regiones nos encontramos en las puertas del hospital Fiorito de Avellaneda y luego de una asamblea decidimos marchar hacia el puente.

Pero esto no es una medida aislada: el miércoles pasado más de 600 residentes formamos una columna de 2 cuadras en la movilización de La Plata en reclamo de aumento de salario equiparable al del personal de planta, más insumos, medicamentos y llamado a concurso para ocupar los cargos de planta que se vienen perdiendo hace años. Con la lucha obtuvimos un aumento del 8,9 %, pero ninguna respuesta respecto del resto de las exigencias.

La realidad de los hospitales es trágica. En los establecimientos más importantes se ha reducido el número de camas de internación de manera sostenida, como en el hospital San Martín de La Plata, donde en cinco años se cerraron 100 camas. Además es evidente la falta de personal en el plantel de profesionales y sobre todo en enfermería. Mientras que la fórmula ideal es la de dos enfermeros cada 5 camas, la relación actual es de un enfermero cada 23 pacientes internados. Sumado a todo esto, la escasez de insumos y medicamentes, agudizada en los últimos meses, hace imposible brindar una atención de calidad a los pacientes. Debido a estas deficiencias se presentan a diario múltiples complicaciones por demoras o prácticas realizadas sin el material adecuado.

Los residentes somos trabajadores asalariados que bajo el marco de una “beca de capacitación en servicio” ejercemos la asistencia a pacientes con todas las responsabilidades profesionales que ello implica. Somos trabajadores precarizados, con un contrato que dura entre tres y cinco años, y sin perspectivas a ingresar al plantel permanente de los hospitales cuando nuestra “capacitación” haya concluido. La verdad es que nos cargamos el grueso del trabajo en los hospitales, con un salario que no llega a la canasta familiar, y con una carga horaria semanal mayor a 80 horas. Con todas las dificultades que nos impone un régimen de trabajo transitorio, los residentes estamos construyendo una organización provincial, y buscamos que trascienda las generaciones y cobre la fuerza necesaria para revertir el abandono del sistema de salud. Hoy avanzamos en trazar las primeras líneas de una Comisión Provincial de Residentes que ya nuclea a residentes de las regiones sanitarias IV, V, VI, VII y XI, y será un polo de oposición a las políticas K en el plano de la salud. En la jornada de hoy recibimos el apoyo de un sector opositor del gremio Cicop, que representa a los profesionales de la salud de la provincia. Esto contrasta con la actitud burocrática que demostraron los dirigentes de dicho gremio en la movilización del miércoles 17, al no permitir que entrara a la negociación un delegado residente por cada región sanitaria. Es una deuda pendiente que tenemos la de discutir en las asambleas si queremos aprovechar el espacio político que se nos abre en el interior de esta organización sindical.

Esta lucha es un primer gran paso, y para profundizar la pelea por nuestras conquistas es imprescindible levantar un programa independiente del gobierno y de los empresarios que lucran con la salud, un programa en el que participen exclusivamente trabajadores y usuarios. Hay que avanzar en la reestatización de todos los servicios privatizados en los hospitales, impulsar la producción estatal de medicamentos sin pago de patentes, basados en la Declaración de Doha, sistema universal y público de salud bajo gestión de los trabajadores y los usuarios.

Es imprescindible levantar un programa independiente del gobierno y de los empresarios que lucran con la salud, un programa en el que participen exclusivamente trabajadores y usuarios. Hay que avanzar en la reestatización de todos los servicios privatizados en los hospitales, impulsar la producción estatal de medicamentos sin pago de patentes, basados en la Declaración de Doha, sistema universal y público de salud bajo gestión de los trabajadores y los usuarios.