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Internacionales

Reformar al régimen político burgués o luchar por su caída revolucionaria

21 de septiembre 2006

El pasado 16 de septiembre, se realizó en el Zócalo de la ciudad de México la Convención Nacional Democrática (CND). Convocada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el Frente Amplio Progresista (encabezado por el PRD, el PT y Convergencia) reunió cerca de un millón de personas. Fue llamada por AMLO con el fin de “desconocer el cómputo oficial; rechazar la usurpación y desconocer a Calderón como presidente; (y decidir) si se constituye un gobierno de la República” (La Jornada, 28/8/06). La CND se realizó en medio de gran descontento con el fraude y mientras continúa en pie de lucha la heroica Comuna de Oaxaca, liderada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que es el punto más alto de la lucha de clases en nuestro país.

La lucha contra el fraude y la política de la CND
La CND expresó el gran descontento existente y aparecía como una política alternativa y una oportunidad para discutir y resolver los pasos a seguir en la lucha contra el fraude.
Las declaraciones de AMLO de “Al diablo con las instituciones” y su desconocimiento del triunfo de Calderón son un fuerte elemento de enfrentamiento al interior del régimen. El principal y más popular dirigente del PRD, pilar de la transición pactada y el posterior régimen de la alternancia, está confrontado con el resto de las instituciones y, en particular, con el partido de gobierno.
Sin embargo, más allá de las expectativas de los trabajadores y jóvenes que acudieron a la CND, su dinámica y resultados echan luz sobre la política de la dirección perredista.
• El nombramiento de AMLO como “presidente legítimo” y su “plan de acción” (que no propone unificar la lucha de Oaxaca con el descontento contra el fraude ni avanzar a la huelga nacional), demuestran que se trata de una política de presión extrema sobre las instituciones, que no cuestiona la esencia de los mecanismos políticos e institucionales de dominación de la burguesía ni busca acabar con el régimen por la vía de la acción de masas, sino más bien su reforma y “democratización”. El resultado de esta política ya lo vimos en 1994, con la transición pactada entre los tres partidos (PRI, PAN y PRD) que dio paso al régimen de la alternancia en 2000 que, más allá de los cambios cosméticos, preservó la opresión y la explotación de millones de trabajadores y campesinos.
• Más allá de las declaraciones de AMLO, el PRD demostró que no está dispuesto a darle la espalda a las instituciones. Por ello, mientras AMLO convoca a la CND, los senadores y diputados toman sus cargos en el fraudulento Congreso de la Unión, demostrando que están lejos de querer romper con las mismas instituciones que en el discurso denuncian. Como en la reciente reunión de la Convención Nacional de Gobernadores, donde los cuatro gobernadores del PRD acordaron –junto a los del PRI y del PAN–, un punto de acuerdo en apoyo a Ulises Ruiz. De igual forma, en Oaxaca, los diputados estatales del PRD y del Frente Amplio Progresista impulsaron el llamamiento a la Secretaria de Gobernación para que envíe la Policía Federal Preventiva para “restablecer el orden”. López Obrador se muestra como un defensor de las instituciones y un enemigo de la principal acción de las masas, como es la lucha de la APPO. De la misma forma AMLO y su partido mantienen un silencio cómplice respecto a los presos políticos de Atenco, violentamente reprimidos por la policía municipal, estatal y federal bajo las órdenes de los gobiernos de los tres partidos.
• El plan de acción impuesto a la CND muestra el carácter de la dirección perredista. Así como evitaron convocar a nuevas acciones como las del 16 y 30 de julio, y el 1° de septiembre no quisieron una gran concentración frente al Congreso de la Unión, el plan de acción decidido el 16/9 no busca derrotar y derribar al régimen político. El mismo es, en los hechos, un instrumento de presión sobre las instituciones y para consolidar a AMLO como dirigente nacional de un gran movimiento de oposición, durante los próximos años.
• La causa de esto es que AMLO y el PRD -por su pertenencia al mismo régimen burgués y sus vínculos con el sector patronal representado por el magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim Helú-, no están a favor de una movilización que vaya contra el régimen anti-obrero y anti-popular. Esta política ya demostró ser impotente para derrotar al fraude y para desarrollar, generalizar y darle una perspectiva combativa y de lucha al descontento que se expresó en toda su magnitud el 16 y 30 de julio.
• Bajo esta estrategia política, la CND estuvo lejos de ser un embrión de poder popular, como incorrectamente plantean algunas organizaciones que se reclaman socialistas. Nosotros sostenemos que, mientras que la CND se realizó bajo la política burguesa de mantener un “movimiento pacífico y no violento” que no cuestione la “legalidad”, la comuna de Oaxaca sí representa un embrión de un verdadero poder alternativo al poder burgués, que se sostiene con métodos radicalizados, en la acción insurrecta de las masas y en una organización que controla territorialmente la ciudad.

La CND, muy lejos de ser democrática
La CND estuvo lejos de ser una verdadera instancia de decisión y resolución democrática. No hubo ninguna posibilidad de que se expresaran propuestas alternativas a las de AMLO, ni que las organizaciones obreras, campesinas, populares y de izquierda pudiéramos presentar nuestro programa. No tuvieron lugar los sectores en lucha contra el gobierno, como la APPO, los presos y ex presos políticos de Atenco, los huelguistas de Sicartsa. Pero quienes sí tuvieron un lugar fueron los políticos provenientes del PRI (Camacho Solís y Ebrard). La CND, más allá de la voluntad de los cientos de miles de participantes, estuvo organizada de forma burocrática, con el fin de refrendar la política lopezobradorista e impedir que surgiesen posiciones de izquierda que fueran más allá de la línea del PRD y AMLO.
¡Qué lejos del funcionamiento de la APPO donde se expresan (con todos sus límites) los distintos sindicatos y organizaciones en lucha! Hay que decirlo, esto desmintió las expectativas que muchas organizaciones de la izquierda tenían en que la CND sería un “paso” en la lucha popular…

Por una lucha radical y revolucionaria contra el régimen de la alternancia
Lamentablemente, los sindicatos como el SME no expresaron ninguna posición alternativa y su dirigente llamó a los trabajadores a subordinarse a la misma.
Por otra parte, distintas organizaciones de izquierda olvidaron no sólo la necesaria crítica a AMLO por su política frente al fraude, sino también una orientación –ante esta dirección de carácter burgués– para que los trabajadores intervengan en la actual crisis con una perspectiva independiente y en defensa de sus reivindicaciones, impulsando la alianza obrera, campesina y popular.
Los socialistas estamos en la primera trinchera del combate por las demandas democráticas, como es el caso de la lucha contra el fraude, y lo hacemos sin ningún sectarismo. Pero impulsando el único camino para imponerlas: la movilización independiente de las instituciones y mecanismos de desvío que instrumentan los regímenes y sus partidos. Es necesaria una gran lucha nacional, que unifique la heroica lucha de la Comuna de Oaxaca con el descontento con el fraude, encabezada por los trabajadores con sus métodos de lucha (y en primer lugar por la CNTE y la APPO) apuntando a que se incorporen a la misma los grandes destacamentos de la clase obrera de la industria y los servicios a nivel nacional, preparando el camino para una Huelga General que eche abajo el régimen de la alternancia e imponga una Asamblea Constituyente Revolucionaria.
En ella los trabajadores y campesinos podremos discutir libremente nuestras reivindicaciones, comenzando por las demandas del magisterio y la APPO de Oaxaca.
En el camino de imponer esta Constituyente Revolucionaria, los trabajadores y el pueblo desarrollarán su autoorganización y métodos de lucha, así como la convicción de que, como apunta el ejemplo de Oaxaca, es necesario un gobierno de los trabajadores y el pueblo que acabe de una vez por todas con este sistema de explotación y miseria.
Llamamos a las organizaciones que se reclaman socialistas (POS, LUS, GAR, PRT) a iniciar un debate público sobre la política a tener ante el movimiento democrático y ante AMLO y el PRD, como parte esencial de la discusión sobre el programa y la estrategia que debe tener un nuevo partido de trabajadores revolucionario unificado en México, una necesidad cada vez más acuciante. Dirigimos también este llamado a los militantes del Militante, si rompen con el PRD, ya que, para avanzar en la construcción de un partido genuinamente revolucionario en México es necesaria la independencia política y organizativa respecto a todos los partidos de la burguesía.

Prensa

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