NEUQUEN (AN).- La muralla de cerámicos no alcanzó para frenar el viento helado que se coló hasta por la última hendija de la fábrica tomada. Igual, el calor y las ganas de más de 2.500 pibes (y varios no tanto) le pusieron energía al recital sin policías en el corazón de la empresa sin patrones. Las imágenes del Che volando con la boina apretada parecieron explicar la particular situación, que se da de narices con los trazos del siglo XXI.
La ceremonia empezó mucho antes de que los músicos de Attaque 77 treparan al escenario que se levantó en la playa de maniobras de la planta, que se erige sobre la meseta neuquina. Allí, el único que tiene banca es el viento patagónico, que anoche demostró que sigue siendo el rey y fue él quien llevó muy lejos los reclamo que pare por estos días una parte de la sociedad neuquina. Así, tras un video que sintetiza los tres años de la cerámica bajo control obrero, llegaron las proclamas contra el gobernador Jorge Sobisch y el ministro de Seguridad, Luis Manganaro, contra las modificaciones a ley 2302, contra la rectora de la Universidad Nacional del Comahue, con la acreditación de las carreras de Ingeniería y Ciencias Agrarias y otras luchas. Los discursos fueron breves, contundentes y enfervorizados. Ninguno de los oradores pudo escapar a la sensación de estar dentro y ser parte una banda de rock: sól había que escuchar el ¡hola! para darse cuenta de cuál era la sensación de quien estaba sobre las tablas.
"Esto es de ustedes chicos, esto es de todos, cuidemos esto, cuidémonos entre nosotros, acá no hay canas, mostrémosles cómo se hacen las cosas", gritó el secretario general del gremio ceramista, Raúl Godoy, a modo de saludo y bienvenida.
Ataque hizo su ofensiva poco después de las nueve con el hit "Hecho Fuego". El viento se llevó un poco de sonido, pero el pogo, los saltos y las ganas de los fanáticos alejaron un poquito al fresquete que inundaba la noche. Después vino "Western", y hubo saltos más altos, la gente siguió ingresando entre los pasadizos armados con gigantescos packs de cerámicos, mientras que -desde arriba y de todos los rincones- los ojos de decenas de hombres de camisas de "grafa" espiaban mansos que todo anduviera sobre rieles.
La organización se encargó de los cacheos, contrató ambulancias, dispuso de bomberos y cuidó que los chicos tuvieran su festejo. Y Attaque trajo lo suyo, lo de siempre: mucho rocanroll y la yapa el tema "Setentista", compuesto en honor a los obreros de Zanon.