La Celeste-Granate-Violeta y la Intendencia de Quilmes pensaban quedarse con el SUTEBA para convertirlo en una oficina del gobierno nacional y evitar la unidad con los estatales y el resto de los trabajadores. La junta electoral nos negó los padrones, como en todas las seccionales, y el miércoles trajo decenas de empleados del SUTEBA central e integrantes de su Comisión Directiva. Incluso mandaron policías a las escuelas con la excusa de que la Multicolor “iba a patotear a los presidentes de mesa”. Cuando, pese a las maniobras y apretadas, la voz de los compañeros se hizo oír con una victoria aplastante impugnaron cuatro urnas y quisieron llevarse la urna de la sede para “escrutarla” en el SUTEBA central. Un cordón humano prolongado durante horas impidió el fraude y obligamos a la junta electoral a reconocer nuestro triunfo.