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Proyecto del FIT contra la violencia hacia la mujer

El 3J centenares de miles de personas marcharon en todo el país para decir basta a los femicidios y a la violencia contra las mujeres. Tan sólo en la Ciudad de Buenos Aires, más de 300.000 se movilizaron bajo la consigna de #NiUnaMenos! Y más de 7.000 marcharon con las banderas del PTS y Pan y Rosas en todo el país.

Myriam Bregman

11 de junio 2015

Proyecto del FIT contra la violencia hacia la mujer

El 3J centenares de miles de personas marcharon en todo el país para decir basta a los femicidios y a la violencia contra las mujeres. Tan sólo en la Ciudad de Buenos Aires, más de 300.000 se movilizaron bajo la consigna de #NiUnaMenos! Y más de 7.000 marcharon con las banderas del PTS y Pan y Rosas en todo el país.
Esta inmensa movilización contrastó con el cinismo de los gobiernos responsables de esa situación. Cinismo, porque en estos años de gobiernos k la Ley contra la violencia hacia las mujeres (Ley 26.485), sancionada en 2009, no tiene presupuesto para poder aplicarse. Qué podemos esperar de una Presidenta que impide que se legalice el derecho al aborto, que evitaría 300 muertes por año por prácticas clandestinas. En esta “década ganada”, hay más de 600 mujeres y niñas desaparecidas a manos de las redes de trata y la mitad de las mujeres trabajadoras están en condiciones de precarización laboral.
Muchos políticos se sacaron fotos con el cartel de #NiUnaMenos!, pero son parte de los partidos de este régimen capitalista que sostiene, legitima y reproduce la violencia hacia la mujer.
Macri también se sacó la foto, mientras en la Ciudad le quita presupuesto a los programas de atención a las víctimas de violencia y su esposa Juliana Awada es dueña de locales de ropa producida en talleres clandestinos donde las obreras textiles son obligadas a trabajar a destajo, en condiciones de semi esclavitud y crian a sus hijos en piezas de 2 x2, hace pocos meses dos chiquitos murieron calcinados en uno de esos talleres. También nos produjo asco ver al jefe de la Metropolitana, el mismo que reprimió a las enfermeras y pacientes del Hospital Borda, posar con la consigna.
Por eso con mi compañero Nicolás del Caño, reclamamos que se apruebe el proyecto de Ley de emergencia contra la violencia hacia la mujer que presentó en la Cámara de Diputados. Este proyecto también lo presentaron Noelia Barbeito, senadora de la provincia de Mendoza, Laura Vilches en la legislatura de la provincia de Córdoba y en pocos días se estará presentando en Neuquén, bancas conquistadas por el Frente de Izquierda.

Por una gran campaña para defender este proyecto de ley
Contar con esta ley permitiría paliar en forma rápida la situación de indefensión en que se encuentran las mujeres víctimas de violencia, sobre todo las que no cuentan con medios económicos.
Este proyecto incluye un régimen de subsidios a las víctimas durante todo el tiempo que se encuentren fuera de su lugar de residencia y/o hasta que consigan insertarse o reinsertarse laboralmente cobrando como cualquier trabajador de categoría D de la Administración Pública. También propone la creación de refugios y un plan de viviendas a corto plazo basado en el cobro de impuestos a las grandes fortunas y a las corporaciones inmobiliarias (amigos de Macri en la ciudad, pero también del gobierno nacional). Asimismo el proyecto plantea el derecho a solicitar un crédito, a tasa cero, al Banco de la Nación Argentina. Junto con esto planteamos un “régimen de licencias y pases educativos” destinado a todas las estudiantes, reconociendo las faltas en las cursadas presenciales. Y si las mujeres se encuentran bajo algún régimen laboral, obtener el derecho a licencias.
A su vez el proyecto reconoce el derecho de las mujeres a acceder a un inmediato asesoramiento de equipos especializados en la asistencia a las víctimas de violencia.
Como diputada nacional del PTS en el FIT me comprometo a defender este proyecto de ley, no sólo en el Congreso, sino en la lucha. Sabemos que nos apoyan las comisiones de mujeres, las estudiantes, las amas de casa, las docentes y cientos de trabajadores que entienden que oprimir a las mujeres los aleja de la posibilidad de romper con sus propias cadenas.

Prensa

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